Una vez al año no hace daño. O eso dicen.

En fin, parece que vuelve a ponerse de moda el cine de terror/acción "cámara en mano". Si la precursora en su día fue la polémica y tremendamente rentable "The Blair Witch Project" y el año pasado llegó "[Rec]" (la cual no he visto ni veré, porque quiero seguir subiendo las escaleras de mi casa sin ir vigilando todos los rincones a cada paso que doy), ahora nos llega la nueva producción de JJ Abrams, conocido por creaciones tan dispares como Felicity, Misión Imposible 3, o Lost (que anoche empezó en USA la 4ª temporada, por cierto).

Cloverfield (o Monstruoso ¿a quien se le ocurre poner títulos así?) nos cuenta la historia de unos jóvenes de Manhattan que una noche, en medio de una fiesta de despedida de uno de los protagonistas que se marcha a trabajar a Japón, sufren el ataque de una criatura de dimensiones y aspecto monstruosos, cargada con sus crías, de menor dimensión pero de aspecto similar. La película está pensada como una producción de acción de bajo presupuesto, de ahí la excusa de rodarla con videocámaras digitales, como si fuera el testimonio de uno de los jóvenes, que se empeña en grabarlo todo porque "alguien algún día querrá ver todo lo que pasó".

Sin demasiadas pretensiones, la película es entretenida y gracias a sus escasos 70 minutos no llega a cansar. Un planteamiento simple para una hora y pico de entretenimiento simple. Ah si... ha sido taquillazo en USA, así que ya se están planteando una secuela.

Lo divertido de esta película es imaginar cómo sería la versión en tu propia ciudad. Reirse un rato imaginando una Rita Barberá monstruosa que va soltando ladillas del tamaño de un caballo, mientras se refriega contra la Torre de Francia, no tiene precio.

En fin, para ver sin demasiadas espectativas un día que quieras desconectar. No todo iba a ser cine francés o iraní.


"Please don't tell me to do the Maths" (Los Campesinos!)