
Que esta película supuso un antes y un después en la carrera de Pedro, es una obviedad. Le abrió las puertas de Hollywood, donde parecieron descubrirle en este momento y volverse locos con su particular idiosincrasia, para olvidarse de él tras Hable con ella.
Volviendo a la película, la considero su mejor drama, en el que ha sabido reunir todos los elementos de su cine, con buenísimas actrices y una buena historia, pero no es la película de Pedro que más me gusta. Quizás porque los contínuos saltos temporales con cartelito incluido le restan fluidez a la historia. Quizás porque, a pesar de contar con buenas actrices, hay dos o tres planos en los que Cecilia Roth chirría un poco. Quizás porque cuantas más espectativas llevas, más difícil es satisfacerlas.
Aún así, tiene momentos verdaderamente brillantes, sobre todo por la química que se desprende en los diálogos entre sus actrices, consiguiendo que hasta un Toni Cantó travestido de arriba abajo resulte creíble e incluso ensombrezca en sus dos apariciones a Cecilia Roth. Y también incluyendo Barcelona de una forma muy discreta, pero muy presente.
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