
Lo cierto es que, hasta aquí, el disco tiene una estructura interesante (tres canciones más electrónicas, un interludio, tres canciones más guitarreras), pero el problema es que aún quedan cinco temas y tres interludios más. Y es una lástima, porque entre los temas que quedan hay temazos absolutos como Hearts on fire o Far away (con un estribillo genial y un final mejor con esos "tururu tu tu turutu turu"). Y luego, cualquiera de los tres temas restantes: Strangers in the wind, Nobody lost nobody found o Eternity one night only; temas más tranquilos, hubieran funcionado bastante bien como cierre del disco, pero uno solo, no los tres y con un interludio de por medio.
El disco se alarga en demasía para mi gusto. Le sobran un par de temas y, por supuesto, todos los interludios, que no hacen más que alargar el disco innecesariamente, restándole inmediatez y cargándose la estructura. Se puede hacer un disco con todas las canciones enlazadas, pero sin resultar tan cansino.
Investigando un poco (bastante poco, la verdad, sólo hay que tirar de Wikipedia o de críticas en Gestolen o Jenesaispop) me enteré de que han sacado un disco antes de In ghost colours, quizás lo termine escuchando, porque en el fondo este segundo disco tiene muy buenos ingredientes. Lástima que a la hora de mezclaros no les haya salido redondo.
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