
Este era el disco en el que tocaba cambiar, y bueno, lo han hecho, pero tampoco exageradamente. Así de primeras, destaca una mayor complejidad en los arreglos y un gustillo electrónico, teclados, bajos y guitarras filtrados, bases programadas, etc. En algo se tiene que notar la mano de Dan Carey, productor de CSS o Hot Chip, entre otros.
El disco empieza con el single Ulysses, que consigue enganchar sin ser gran cosa, tiene los ingredientes necesarios para hacerlo: subidón inicial, ahora con un toque electro, unos cuantos "la-la-la-laa", falsetes, susurros, etc. Los temas que más destacan están en la segunda mitad del disco. Twilights omens, el quinto tema, no sorprende mucho estructural y melódicamente, pero los teclados y una especie de calipso de fondo, le dan cierto toque original. Bite hard, con ese inicio a piano y el arranque en el segundo 40, que desemboca en el estribillo y cuando piensas que ya no va a subir más te suelta la melodía de guitarras y teclados, seguramente será single. Live alone no se aleja mucho de la estructura que suelen usar en sus canciones, pero han sabido darle un giro en la instrumentación y los teclados le dan un toque casi electro-pop. Can't stop this feeling, es realmente el tema más petardo del disco, con esas percusiones, esas guitarras filtradas y esos teclados, parece al principio un tema a medio camino entre Fischerspooner, !!! o LCD Soundsystem. Para hacer el ganso un rato. Lucid Dreams es lo más experimental que se han permitido hacer, casi 8 minutos de canción que empiezan como cualquier canción del grupo, siguen con el correspondiente subidón pre-estribillo, pero a partir del minuto y medio empieza a introducirse una base electro y una guitarra tratada y el tema termina evolucionando, pasando de un rock sucio a una canción electro que bien podría ser un remix de Justice, los últimos 4 minutos son totalmente instrumentales, en una especie de final electro-psicodélico. Dream again, no sirve de mucho más que para hacer de buen contrapunto a la radicalidad de Lucid Dreams, aún así, es un tema electrónico sosegado que poco tiene que ver con lo que han venido haciendo Franz Ferdinand hasta ahora. Y Kathering kiss me es un tema folkie y acústico que hace un correcto papel cerrando el disco.
El resto de temas, Turn it on, No you girls never know, Send him away y What she came for, no aportan mucho, aunque tampoco son un mal relleno, pero no a la altura de sus dos primeros discos.
En general, se aprecia un intento de evolución en la intrumentación, una intención de madurez en los arreglos, que no ha dado malos resultados, pero tampoco ha sido una revolución. Quizás deberíamos ver este trabajo como un disco de transición en el que han probado algunas cosas, pero no han querido mojarse demasiado. La cautela puede ser un arma de doble filo, ya veremos por donde tiran en próximos discos.
Ah, el disco sale el 26 de Enero a la venta, pero se filtró antes de ayer.
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