Ese es el lema que aparece en la portada de Facebook, una portada bien diseñada, con un azul agradable, tonos suaves, una extensión adecuada que cabe en pantalla, un formulario sin demasiados campos a rellenar, un tamaño de letra correcto y un logo con una tipografía original. Pero, ¿qué se esconde detrás de todo eso? Destripemos las utilidades de Facebook.


Facebook es ideal para compartir fotos y vídeos con mis amigos.
Sí, lo es. La interfaz es, además, muy intuitiva y cómoda. Y no sólo eso, puedes localizar las fotos y etiquetarte en ellas, es decir, recuadrar tu cara en cualquier foto y decir que eres tú, linkándola con tu perfil. No he comprobado si redimensiona las fotos o las deja con su tamaño original, lo que sí es seguro es que, en principio, no hay límite de capacidad. En principio.

Todo esto está muy bien, pero yo no utilizaría Facebook para subir mis fotos. En las Condiciones de uso pone claramente (en inglés, porque la traducción al castellano es penosa) que cualquier material que subas a Facebook podrá ser utilizado por ellos cuando y como quieran, cediendo así cualquier derecho de propiedad intelectual a Facebook. El día que a Facebook le de por vender las fotos de sus usuarios a cualquier banco de imágenes, va a ser súper divertido.


Facebook me ha permitido retomar el contacto con gente que hacía tiempo que no veía.
Puede que haya personas con las que he perdido el contacto por razones ajenas a ambos... aunque ahora mismo no se me ocurre nadie. No sé si seré un bicho raro, pero lo normal es que si has perdido el contacto con alguien, es porque ha habido una falta de interés mutuo. ¿Para qué retomar el contacto? ¿Ganas de remover la mierda? ¿Cotilleo puro y duro?


Facebook me permite controlar con qué usuarios quiero compartir mi información mediante los ajustes de privacidad.
Sí y no. Obviando que el primero que ve mis datos y puede hacer con ellos lo que quiera es el propio Facebook, los segundos que pueden ver mis datos sin ninguna limitación son mis amigos. Pero ¿qué pasa si quiero compartir algo con unos amigos y no con otros? Puede que quiera compartir las fotos de la pasada Nochevieja con Eric, Tom y Jerry, sin que mi hermana, mi jefe o un amigo de Madrid puedan verme borracho con una peluca en la cabeza y enrollándome con un gafapasta calvo.

No sé si Facebook terminará habilitando subgrupos de amigos (aunque seguiría sin subir las fotos por la cuestión de los derechos de propiedad y uso), pero de momento prefiero grabarlas en un pendrive y pasárselas a quien corresponda, o comprimirlas en un ZIP y mandarlas por correo o subirlas a rapidshare. Más lento, pero seguro.

De todas formas, esto carece de sentido y va en contra de la finalidad de Facebook: estar expuesto. La opción de privacidad por defecto es que todo el mundo pueda verte; por no quedar mal, aceptamos como amigo a todo el mundo; por pereza no configuramos las opciones de privacidad... así que al final terminamos como productos en un escaparate, siendo conscientes de que estamos siendo observados, manteniendo un tono superficial y buenrollista con todo el mundo. Aquí lo explican mucho mejor.


Facebook es divertido.
Hasta hace poco, todos teníamos a ese amigo que nos enviaba correos en cadena con fabulosas presentaciones en Powerpoint, sobre la amistad, sobre el amor, o sobre el calendario de bomberos de la ciudad que fuese. Ese amigo con el que nunca quedábamos para tomar ni un mísero café, pero que nos demostraba su amor, respeto y admiración a través de un Powerpoint lleno de frases hechas.

Ahora todos tenemos a ese amigo que nos invita a las aplicaciones de Facebook. Sí, sí, aplicaciones que te dan abrazos, besos, piropos, te dicen qué dibujo animado eres, en qué ciudad deberías vivir, qué flor eres, qué animal eres, qué marca de bragas eres... vital.

No sé si mi concepto de diversión peca de pretencioso, pero creo que hay una gran diferencia entre hacer algo para divertirse y hacer algo por no aburrirse.


Facebook me permite hacer en un sólo sitio lo que antes hacía en varios.
En Facebook puedes subir tus fotos como en Fotolog y los demás pueden comentarlas. Si alguna red social previa va a sufrir las consecuencias, sin duda será esta. Facebook funciona infinitamente mejor, es más rápido y, de momento, no tiene los contínuos problemas técnicos de Fotolog.

Twitter, la red social más inútil que existe, no tiene posibilidades de competir con Facebook. Quizás se salve por su integración con el móvil, aunque dudo que mucha gente se dedique a microbloggear desde el móvil a base de sms's de tarifa internacional. El muro de Facebook sirve absolutamente para lo mismo, es decir, para decirle al resto de la humanidad que te estás tomando un café, te has pintado las uñas de color fucsia o te has tirado un pedo. Apasionante.

Otra red que tal vez sufra la competencia de Facebook es MySpace. Para la gente que tiene un MySpace para usarlo como red social, Facebook ofrece lo mismo, pero mejor diseñado; y para los grupos de música, Facebook permite crear páginas, donde subir fotos, canciones, etc. Eso sí, supongo que con ese tipo de contenidos no tendrán la misma política de derechos de propiedad y uso que la del resto de usuarios, porque si no, yo no subiría una canción a Facebook ni loco. De todas formas, MySpace lleva mucho tiempo y está bastante implantado entre los grupos musicales, a pesar de su nefasto diseño, y a Facebook le queda mucho camino por recorrer.

Flickr tiene la suficiente experiencia, tiempo y profesionalización como para que sus usuarios terminen pasándose a Facebook. Siempre ha sido considerada como una red de fotógrafos aficionados o profesionales, y dudo que éstos prefieran Facebook a Flickr.

Tres cuartos de lo mismo pasa con Last.fm. En Facebook podemos usar iLike, pero el prestigio, la experiecia y la funcionalidad de Last.fm pesan más. Alguien que lleve varios años con sus estadísticas musicales en Last.fm, dudo que se plantee empezar toda la faena de nuevo cambiándose a iLike en Facebook.

Los Blogs y los Wikis no tienen cabida en Facebook. No hay nada parecido, y de haberlo tampoco publicaría nada, sabiendo que les concedo automáticamente los derechos de cualquier cosa que publique.

Y después de todo, me pregunto ¿realmente es interesante tenerlo todo centralizado en un sitio? Le estamos dando a una empresa privada el control absoluto sobre nuestros datos, nuestras fotos, nuestros comentarios y conversaciones... ¿Estamos locos? No ya sólo porque Facebook en sí pueda terminar haciendo un mal uso de su poder, sino porque cualquier fallo de seguridad podría ser aprovechado por cualquiera.

Incluso ignorando posibles conspiraciones orwellianas, y atendiendo sólo a cuestiones prácticas y personales, si Blogger se va a la mierda, sólo pierdo mis posts; si Flickr cierra, sólo pierdo mis fotos; si Youtube me cancela la cuenta, sólo pierdo unos cuantos vídeos; si Last.fm quiebra, sólo pierdo mis estadísticas musicales. Pero, ¿qué pasa si lo tengo todo en Facebook (u otra red que centralizase todo) y Facebook desaparece?

Precisamente, Internet nació para descentralizar y asegurar las comunicaciones, y ahora nos dedicamos a centralizar Internet. Irónico.