Pastora · La vida moderna
Anónimo 2.1.09
Por norma general, lo bueno no suele durar. Y así fue, desgraciadamente. Dos años después de su primer disco, en 2005, Pastora volvían con La vida moderna, perdiendo por el camino muchas cosas, esencialmente frescura.

Incomprensiblemente Dolo abandonó su acento andaluz, que le daba un tono muy particular a las canciones del primer disco, y también perdió en las letras, perdió inspiración, perdió ese toque cinematográfico y urbano, esa capacidad de contar historias, perdió gracia y lírica.

Musicalmente, radicalizaron posiciones, con temas muy acústicos y orgánicos por un lado, y temas muy electrónicos por otro, dejando atrás ese estilo ecléctico que les había caracterizado tan bien y que parecía ser hasta entonces el sello del grupo. El problema de esto, es que quedó un disco con muchos altibajos, muy dispar de tema a tema. Los temas más acústicos resultaban muy corrientes y estereotipados, el primer single Desolado no era más que la típica balada a piano, lo mismo que ocurría con Y que pasa si soy del montón o Los bichos, otros dos temas muy mediocres, a pesar de la letra. Los temas electrónicos adolecían en general de una extraproducción que les restaba inmediatez y ese toque ecléctico tan marcado en el primer disco. Siendo una lástima ver como se desaprovecharon temas como Día tonto, con ese inicio tan redondo, que termina cayendo picado a lo largo de la canción, o como en Perder el tiempo se echa a perder una letra bastante decente, fallando totalmente la parte musical.

Realmente, se salvan muy pocos temas de este disco, sólo Invasión y El Mundo Interior proponen cosas interesantes, sumándoles No se puede más y El azar no perdona por ser dos piezas electrónicas muy resultonas cada una en su estilo, y salvando in extremis Archivo de palabras tristes y Tu siesta porque al fin y al cabo funcionan perfectamente abriendo y cerrando el disco respectivamente.

En definitiva, un bache considerable y una pretendida evolución que reveló en el fondo que no tenían muy claro hacia donde tirar.

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Comentarios (3)

Anónimo dijo...
Como factores para el bajón respecto al primer disco, yo también apuntaría las prisas por no perder tirón comercial, y la necesidad de desmarcarse del rollo "one hit wonder" que les amenazaba tras "Lola".

Efectivamente, consiguieron salvar el escollo del "one hit wonder", pero es cierto que ningún single llegó a tener la repercusión de su tema más famoso.

Yo, de este disco, sólo salvo "Invasión", por conjugar bien electrónica con las letras geniales de Dolo; "Día tonto", esencialmente por su principio, como bien apuntas tú; y, a diferencia de ti, las dos que más me gustan son "Desolado", que me parece muy de verdad, y sobre todo "Archivo de palabras tristes", con su "y tal vez sepamos aprovechar las horas que quedaron sueltas"...

En fin, ¿qué ha sido de ese vendaval de aire fresco que supuso el primer disco? Llamemos a Iker Jiménez...
Sr_Skyzos dijo...
Disiento.

A mí me parece un disco bastante redondo. He de reconocer que el disco anterior hubo veces que no podía terminar de escucharlo porque me rayaba, cosa que no me pasó con éste. Sí que es verdad que se notan ausencias, como el deje andaluz, unas letras algo más redondas y, por supuesto, la frescura del primer disco (pero eso es lo más evidente que le ocurre a un disco, es muy difícil conservar esa actitud: no se puede soprender dos veces con el mismo plato, y si no cambias -evolucionas- también se te puede achacar que quieres repetir clichés.)

Miedo me da que hagas la crítica del último...
Anónimo dijo...
uff, no puedo discrepar más...

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