
Decir que Moon Safari se convirtió en uno de mis discos fetiches, sería quedarse corto. Recuerdo una temporada larga siendo mi disco de todos los días para ir a la universidad en el tranvía, y sigue siendo uno de esos discos a los que vuelvo a menudo cuando me harto de novedades y necesito escuchar algo conocido y agradable.
La mezcla que hacen de electrónica, pop y jazz, dio en este disco un resultado realmente elegante, y bebiendo de Jarre, Vangelis y otros de los grandes revolucionarios de la electrónica en los 70, consiguieron un sonido propio, entre la electrónica y lo acústico, que marcaría un estilo y abriría las puertas de una oleada de grupos que le dio un nuevo aire a la electrónica, y que junto al Tourist de St. Germain, todo terminaría, desgraciadamente, en la horrible moda de los recopilatorios chillout.
Me sería imposible descartar algún tema de este disco, aparte de sus temas más conocidos: La femme d'argent, Sexy boy o Kelly watch the stars; todos y cada uno de los temas aportan al conjunto, haciendo uno de esos discos de los de escuchar de principio a fin y vuelta a empezar. Desde la belleza de las dos baladas con Beth Kirsch: All I need y You make it easy; el carácter cinematográfico de Talisman, la atmósfera de ciencia ficción retro que recrean en Remember, la elegancia acústica de Ce matin-là, la melancolía de New star in the sky, y la sensualidad de Le voyage de Pénélope.
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