
No sé cómo lo hacen, pero Travis es una de esas pocas bandas que siempre sacan discos decentes, quizás no estén llenos de canciones enormes, no tengan un éxito de ventas tremendo, pero sus discos terminan mejorando poco a poco con las escuchas y al final siempre te queda una sensación buena de conjunto, y más cuando los dejas reposar un tiempo y vuelves a ellos más tarde, descubriendo de repente lo genial que es esta o aquella canción.
Ya dije en su día, cuando sacaron el anterior disco, que me había chocado que después de haberse encaminado hacia un sonido más crudo en 12 Memories, de repente sacaran un disco tremendamente acústico y folkie como The boy with no name. Pero con Ode to J. Smith han vuelto a la crudeza y a las guitarras.
Quizás no haya ningún tema muy inmediato, pero el trío que abre el disco es tremendo. Chinese Blues, con el piano marcando el ritmo y las guitarras siguiéndolo, es lo que podrían haber hecho Oasis en su último disco pero nunca harán; Ode to J. Smith, estruturalmente es una genialidad, con el crescendo con coro operístico en el centro del tema, y el final repitiendo la parte inicial; y Something anything es un single con todas las letras, inmediato, guitarrero y con un estribillo que entra a la perfección. Long way down recuerda por momentos a los Travis del 96, cuando todo lo que querían hacer era rock. Broken mirror, baja el ritmo preparándonos para Last words, un tema folk en consonancia con lo que hicieron en su día en su segundo y tercer disco. Quite free es un preciosista tema acústico, quizás el más anodino del disco, que da paso a Get up, un tema sucio, cercano al blues, que de nuevo me hace pensar en lo que me hubiera gustado encontrarme en lo último de los Gallagher. Y el trío final abre con Friends, una tranquila balada acústica más folk que rock; sigue con Song to self, que sería una canción enorme de haberse publicado en sus primeros trabajos, pero que a estas alturas no me dice mucho y en la que me choca un poco la percusión tan marcada; y se despiden con Before you were young, perfecto tema épico con piano, quitarra acústica, percusiones grandilocuentes y crescendo final.
La época dorada de Travis pasó hace años, pero ya quisieran muchos grupos en épocas bajas sacar discos así.
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