El sábado de nuevo se alargó la llegada, aunque en la franja de las 17:00 ni
Bigott, ni
Lidia Damunt (por mucho que tocase con
Hidrogenesse), ni
Dinero, ni
Wicked Wanda, ni
Ornamento y Delito me apasionaban tanto como para madrugar. La peli de Animal Collective igual estuvo curiosa, aunque ni su música me atrae, ni el horario acompañaba. Y me perdí a
Tórtel, recomendadísimos por una amiga, aunque seguro que vuelven tarde o temprano por Valencia.
En la franja de las 18:00 tocaban
The Psychic Paramount en el ATP, que por lo poco que he escuchado en su MySpace, son demasiado ruidosos para mi; los miniconciertos en el Salón MySpace 43 de
Kana Kapila y
Le Pianc tampoco me llamaban mucho;
Trigger, en el Adidas, hacen un electro-rock a lo Cycle que está un poco pasado de rosca; no he escuchado apenas nada de
Endless Boggie; y
Real Estate hubiera sido una buena alternativa a esas horas con su pop psicodélico, que parece mentira que uno de los componentes sea de
Titus Andronicus, pero la opción final fue
Clare and the Reasons.
Clare and the Reasons | Escenario Rockdelux (18:00)
De vuelta por el Auditori, sin colas y eligiendo sitio, Clare and the Reasons, con trío de vientos y una desenvoltura total encima del escenario, dieron un recital de folk muy disfrutable y tranquilo, ideal para los que tras dos días de festival empezábamos a sufrir ciertas secuelas. Al final,
Van Dyke Parks salió para tocar el piano en el último tema, y les quedó la cosa más que redonda.
Klaus & Kinski | Salón MySpace 43 (19:00)
Sabía que iba a escucharse fatal y que iban a tocar cuatro canciones como mucho, porque el tiempo por concierto en el Salón MySpace 43 no da para más, pero tenía ganas de verles. Dicen que Van Dyke Parks estuvo inmenso en el Auditori, pero yo necesitaba empezar a animarme, porque si no la noche se iba a hacer muy cuesta arriba.
Sonaron
Mamá, no quiero ir al colegio,
Carne de Bakunin,
Brilla como una estrella y, el que fue el momentazo del concierto y quizás de todo el festival,
Lady de Modjo.
Guateque Elefant | Salón MySpace 43 (19:30)
Había que hacer tiempo hasta Florence + the Machine y a esas horas, habiendo visto a
Atlas Sound en el Greenspace y con el resto de conciertos a medias, me quedé a ver qué hacían
Bla, que me parecieron totales y muy divertidos, y
Linda Guilala, que me parecieron unos sosos. A
Papá Topo ya no me quedé, que no quería llegar tarde a Florence.
Florence + the Machine | Escenario San Miguel (20:50)
Mucho ruido y pocas nueces. El disco me gusta sin apasionarme, pero en directo Florence descontrola por completo la voz, gritando y ahogándose a partes iguales, y por mucha presencia que tenga en el escenario, desclaza y vestida con su túnica blanca, y por mucho que se vuelva loca sobre las tablas, no me convenció. Por momentos me recordaron a Evanescence, y eso no es bueno. Aunque por momentos me recordó a Björk, que no sé si es bueno o malo a estas alturas de la carrera de la islandesa. En fin, un chasco.
Grizzly Bear | Escenario Ray-ban (21:55)
Esta era la hora maldita, porque tocaban a la vez
The Drums,
The Antlers y el
homenaje a Camarón en el Auditori, aunque yo ya había decidido días antes que iría a ver a los osos pardos haciendo un ejercicio de lógica aplastante: lo de Camarón igual terminaba pasando por Valencia algún día, The Drums es un grupo más festivalero y puede que acudan a otros festivales el año que viene si triunfan este verano con su debut, y a The Antlers nunca he terminado de cogerles el punto.
Dicen que la anterior visita al Primavera Sound de Grizzly Bear fue un desastre. Cualquiera lo diría, porque sonaron perfectos, de hecho, para mi han sido los que mejor han sonado del festival, muy limpios y nítidos teniendo en cuenta la complejidad instrumental y de arreglos que tiene el folk psicodélico y jazzístico que hacen. Se atrevieron con infinidad de instrumentos, incluso modularon voces, y sonaron absolutamente profesionales. La gente enloqueció con
Two weeks, que soltaron casi al principio, quizás para no caer en lo obvio, quizás para poder demostrar que tienen otras grandísimas canciones además de su sencillo más accesible, repasaron algunos temas de sus anteriores discos y dejaron claro por qué Veckaminest está en las listas de lo mejor del año pasado de muchos medios. Una delicia.
Pet Shop Boys | Escenario San Miguel (01:30)
Podía haber aprovechado mejor la franja de las 23:00, pero terminé en
The Charlatans, cuando nunca he sido fan y cuando
Built to Spill,
Matt & Kim o
Niño y Pistola hubieran sido alternativas que hubiese disfrutado mucho más. Sinceramente, fue por la pereza de tener que bajar hasta cualquiera de los tres escenarios de la zona de baños, porque el césped del escenario San Miguel era muy tentador, y porque la compañía no conocía a ninguna de las alternativas y no tiró del carro.
Tras The Chalatans, que escuché sin pena ni gloria, pasé de todo lo demás, porque me apetecía ver a los Pet Shop Boys en primera fila, y viendo la marabunta de gente que invadió el escenario San Miguel el viernes con Pixies, no quería correr riesgos.
Qué decir de Pet Shop Boys que no se haya dicho ya. Escenografía, vestuario y coreografías cuidadas, kitsch y minimal a partes iguales, en el concierto más grande de todo el festival. Uno de esos conciertos hechos de principio a fin para disfrutar y bailar sin calentarse la cabeza y con el que Chris Lowe y Neil Tennant demostraron que son los reyes y las reinas del pop (ni Madonna, ni Michael Jackson, ni nadie) con una colección de hits rotundos con los que podrían hacer el setlist en el orden que les diera la gana, que funcionaría igual. Inmenso.
Orbital | Escenario Ray-ban (03:00)
Después de darlo todo durante hora y media larga con los Pet Shop Boys, lo de Orbital lo viví más allá que acá. Samplearon el
Heaven is a place on Earth de Belinda Carliste, que nos quedamos todas muertas, y no sé si fue por mi agotamiento absoluto, pero me dio la sensación de que, con lo poco que vi en el
SOS 4.8, en Murcia metieron mucha más tralla. Aunque al menos me quité la espinita de ver a estas leyendas del
techno.