Un año bastó para la vuelta de Fuck buttons con su segundo disco, y... ¡vaya regreso! Más metidos en el techno industrial que con su debut y olvidándose de aquellos loops de gritos distorsionados que se me hacían un tanto indigestos, consiguen ir un paso más allá en su sonido y entregar, más que un disco, una experiencia.
Surf Solar, la canción que abre el disco, es tan grande que desborda, con una base machacona y una mezcla de capas de teclados y guitarras, en un crescendo de más de diez minutos. Tras ella, y enlazando principio y final, llega Rough Steez, con una base de carácter más tribal, como un perfecto interludio entre el primer tema y el conjunto que hacen The Lisbon Maru y Olympians, con las que sacan su lado más épico, en la primera con una percusión que recuerda a una marcha militar, y en la segunda con un carácter más emocional y trascendente. Phantom Limb vuelve a hacer de interludio, siendo el tema más experimental, ruidoso y desestructurado, para seguir en Space Mountain con otro gran crescendo, que enlaza y llega más arriba aún con Flight of the Feathered Serpent, cerrando el disco.
Un gran segundo disco en el que todo lo que experimentaron y consiguieron con su debut, aquí lo desarrollan con más calidad, entidad y saber hacer.
Este año pasado han estado en muchas de las listas del año con su segundo trabajo, pero ya en 2008 dieron que hablar con su debut.
La música que hace este dúo de Bristol podría considerarse experimental, aunque yo la veo bastante accesible si eres de los que le gusta la electrónica, el techno industrial y el rock progresivo, porque básicamente lo que hacen es una mezcla de electrónica y guitarras, con mucho de épica y otro tanto de percusiones tribales, con extensas canciones de loops interminables y capas de sonidos sobre capas de sonidos, como unos Sigur Rós o unos Explosions in the sky más sucios y electrónicos, por dar alguna referencia.
Este primer disco sería magnífico de no ser por los desesperantes loops de gritos distorsionados que utilizan en todos y cada uno de los seis temas que lo conforman. Quizás a algunos les apasione la sensación generalizada de desasosiego que producen, pero un servidor prefiere escuchar música que no le haga terminar tirándose de los pelos.
Con todo, y pesar de los gritos, un interesante debut.
La música que hace este dúo de Bristol podría considerarse experimental, aunque yo la veo bastante accesible si eres de los que le gusta la electrónica, el techno industrial y el rock progresivo, porque básicamente lo que hacen es una mezcla de electrónica y guitarras, con mucho de épica y otro tanto de percusiones tribales, con extensas canciones de loops interminables y capas de sonidos sobre capas de sonidos, como unos Sigur Rós o unos Explosions in the sky más sucios y electrónicos, por dar alguna referencia.
Este primer disco sería magnífico de no ser por los desesperantes loops de gritos distorsionados que utilizan en todos y cada uno de los seis temas que lo conforman. Quizás a algunos les apasione la sensación generalizada de desasosiego que producen, pero un servidor prefiere escuchar música que no le haga terminar tirándose de los pelos.
Con todo, y pesar de los gritos, un interesante debut.