El sábado de nuevo se alargó la llegada, aunque en la franja de las 17:00 ni Bigott, ni Lidia Damunt (por mucho que tocase con Hidrogenesse), ni Dinero, ni Wicked Wanda, ni Ornamento y Delito me apasionaban tanto como para madrugar. La peli de Animal Collective igual estuvo curiosa, aunque ni su música me atrae, ni el horario acompañaba. Y me perdí a Tórtel, recomendadísimos por una amiga, aunque seguro que vuelven tarde o temprano por Valencia.
En la franja de las 18:00 tocaban The Psychic Paramount en el ATP, que por lo poco que he escuchado en su MySpace, son demasiado ruidosos para mi; los miniconciertos en el Salón MySpace 43 de Kana Kapila y Le Pianc tampoco me llamaban mucho; Trigger, en el Adidas, hacen un electro-rock a lo Cycle que está un poco pasado de rosca; no he escuchado apenas nada de Endless Boggie; y Real Estate hubiera sido una buena alternativa a esas horas con su pop psicodélico, que parece mentira que uno de los componentes sea de Titus Andronicus, pero la opción final fue Clare and the Reasons.
Clare and the Reasons | Escenario Rockdelux (18:00)
De vuelta por el Auditori, sin colas y eligiendo sitio, Clare and the Reasons, con trío de vientos y una desenvoltura total encima del escenario, dieron un recital de folk muy disfrutable y tranquilo, ideal para los que tras dos días de festival empezábamos a sufrir ciertas secuelas. Al final, Van Dyke Parks salió para tocar el piano en el último tema, y les quedó la cosa más que redonda.
Klaus & Kinski | Salón MySpace 43 (19:00)
Sabía que iba a escucharse fatal y que iban a tocar cuatro canciones como mucho, porque el tiempo por concierto en el Salón MySpace 43 no da para más, pero tenía ganas de verles. Dicen que Van Dyke Parks estuvo inmenso en el Auditori, pero yo necesitaba empezar a animarme, porque si no la noche se iba a hacer muy cuesta arriba.
Sonaron Mamá, no quiero ir al colegio, Carne de Bakunin, Brilla como una estrella y, el que fue el momentazo del concierto y quizás de todo el festival, Lady de Modjo.
Guateque Elefant | Salón MySpace 43 (19:30)
Había que hacer tiempo hasta Florence + the Machine y a esas horas, habiendo visto a Atlas Sound en el Greenspace y con el resto de conciertos a medias, me quedé a ver qué hacían Bla, que me parecieron totales y muy divertidos, y Linda Guilala, que me parecieron unos sosos. A Papá Topo ya no me quedé, que no quería llegar tarde a Florence.
Florence + the Machine | Escenario San Miguel (20:50)
Mucho ruido y pocas nueces. El disco me gusta sin apasionarme, pero en directo Florence descontrola por completo la voz, gritando y ahogándose a partes iguales, y por mucha presencia que tenga en el escenario, desclaza y vestida con su túnica blanca, y por mucho que se vuelva loca sobre las tablas, no me convenció. Por momentos me recordaron a Evanescence, y eso no es bueno. Aunque por momentos me recordó a Björk, que no sé si es bueno o malo a estas alturas de la carrera de la islandesa. En fin, un chasco.
Grizzly Bear | Escenario Ray-ban (21:55)
Esta era la hora maldita, porque tocaban a la vez The Drums, The Antlers y el homenaje a Camarón en el Auditori, aunque yo ya había decidido días antes que iría a ver a los osos pardos haciendo un ejercicio de lógica aplastante: lo de Camarón igual terminaba pasando por Valencia algún día, The Drums es un grupo más festivalero y puede que acudan a otros festivales el año que viene si triunfan este verano con su debut, y a The Antlers nunca he terminado de cogerles el punto.
Dicen que la anterior visita al Primavera Sound de Grizzly Bear fue un desastre. Cualquiera lo diría, porque sonaron perfectos, de hecho, para mi han sido los que mejor han sonado del festival, muy limpios y nítidos teniendo en cuenta la complejidad instrumental y de arreglos que tiene el folk psicodélico y jazzístico que hacen. Se atrevieron con infinidad de instrumentos, incluso modularon voces, y sonaron absolutamente profesionales. La gente enloqueció con Two weeks, que soltaron casi al principio, quizás para no caer en lo obvio, quizás para poder demostrar que tienen otras grandísimas canciones además de su sencillo más accesible, repasaron algunos temas de sus anteriores discos y dejaron claro por qué Veckaminest está en las listas de lo mejor del año pasado de muchos medios. Una delicia.
Pet Shop Boys | Escenario San Miguel (01:30)
Podía haber aprovechado mejor la franja de las 23:00, pero terminé en The Charlatans, cuando nunca he sido fan y cuando Built to Spill, Matt & Kim o Niño y Pistola hubieran sido alternativas que hubiese disfrutado mucho más. Sinceramente, fue por la pereza de tener que bajar hasta cualquiera de los tres escenarios de la zona de baños, porque el césped del escenario San Miguel era muy tentador, y porque la compañía no conocía a ninguna de las alternativas y no tiró del carro.
Tras The Chalatans, que escuché sin pena ni gloria, pasé de todo lo demás, porque me apetecía ver a los Pet Shop Boys en primera fila, y viendo la marabunta de gente que invadió el escenario San Miguel el viernes con Pixies, no quería correr riesgos.
Qué decir de Pet Shop Boys que no se haya dicho ya. Escenografía, vestuario y coreografías cuidadas, kitsch y minimal a partes iguales, en el concierto más grande de todo el festival. Uno de esos conciertos hechos de principio a fin para disfrutar y bailar sin calentarse la cabeza y con el que Chris Lowe y Neil Tennant demostraron que son los reyes y las reinas del pop (ni Madonna, ni Michael Jackson, ni nadie) con una colección de hits rotundos con los que podrían hacer el setlist en el orden que les diera la gana, que funcionaría igual. Inmenso.
Orbital | Escenario Ray-ban (03:00)
Después de darlo todo durante hora y media larga con los Pet Shop Boys, lo de Orbital lo viví más allá que acá. Samplearon el Heaven is a place on Earth de Belinda Carliste, que nos quedamos todas muertas, y no sé si fue por mi agotamiento absoluto, pero me dio la sensación de que, con lo poco que vi en el SOS 4.8, en Murcia metieron mucha más tralla. Aunque al menos me quité la espinita de ver a estas leyendas del techno.
El viernes amanecí a las 15:00 de la tarde y claro, la posibilidad de ver a Owen Pallett se esfumó mientras miraba la hora en el reloj. Una lástima, porque según he leído hubo una afluencia considerable y el concierto estuvo realmente bien.
A medida que pasaba el tiempo, también se esfumó la posibilidad de ver a Leda Tres, Holywater, Cohete, Harlem, Wild Honey, A Sunny Day in Glasgow o Hope Sandoval y tuve que sacrificar a Delco y Beast Coast, porque empecé el día con Low.
Low | Escenario Rockdelux (18:50)
La cola para entrar a l'Auditori era considerable y lo primero fue preguntarle a los de la organización que pululaban por la cola si creían que entraríamos. Dijeron que sí y que iba con retraso. Todo bien... hasta que la organización demostró ser un desastre, porque el concierto empezó antes de que entrara toda la gente de la cola, yo entre ellos. Una marranada en toda regla, porque si sabes que va a ser un concierto con gran afluencia, que incluso has puesto a la venta tickets para reservar asiento, lo lógico es que abras las puertas con más antelación (con diez minutos más hubiese bastado) y sepas que gestionar la entrada de entre 1.000 y 2.000 personas en l'Auditori lleva su tiempo. Con esto demuestraron que sólo les importan los pocos que pagaron sus 2 € extra para estar los primeros en la cola, y los demás, que se apañen buscando un sitio a oscuras y con el concierto empezado.
Pero bueno, al final sólo me perdí la primera canción de un conciertazo, sin más. Repasar The great distroyer fue un placer, sonaron perfectos, aunque tampoco es muy difícil sonar así de bien en l'Auditori y cumplieron por completo mis expectativas.
Spoon | Escenario San Miguel (20:20)
Me perdí un par de canciones por el retraso de Low, pero tampoco supuso un drama. No conseguí conectar con el directo de Britt Daniel y los suyos tanto como hace unos años en el Wintercase 2007, entre otras cosas porque su último disco no me ha enganchado apenas. Eso unido al sonido un tanto lamentable que tuvo el viernes en general el escenario San Miguel, hizo que terminase con una sensación un tanto agridulce.
Beach House | Escenario ATP (21:40)
Para mi, el mejor concierto del festival, por su calidad, su calidez y porque fue toda una sorpresa. Ten dream no ha sido uno de los discos que más he escuchado este año y no me esperaba que sonaran tan bien, tan potentes y a la vez tan contenidos, ni que el público que abarrotaba (literalmente) el escenario ATP estuviera tan entregado. Victoria Legrand hizo gala de su chorro de voz y con su dream-pop y una escenografía simple pero efectiva, consiguieron hacerme flotar en algunos temas como Norway, con gran parte del público coreándola y, sobre todo, con 10 Mile Stereo.
Eso sí, la organización pecó de poco previsora, porque la marabunta de gente fue brutal, con las gradas a reventar y gente sentada hasta en el césped, y muchos quedándose en el vial de acceso al escenario. Por suerte yo llegué a tiempo, nada más terminar Spoon, y pude situarme bien sin problemas.
Wilco | Escenario San Miguel (22:30)
De nuevo me perdí el inicio, porque salir de Beach House fue toda una odisea con escalada incluída. Y me volvió a pasar lo mismo que con Spoon, que no conecté demasiado con ellos, por el cansancio acumulado y porque el sonido fue un asco. Una lástima, porque tenía muchas ganas de verles y disfrutarles y por lo que he leído a muchos les pareció un gran concierto. Otra vez será.
Marc Almond | Escenario Ray-ban (00:05)
Las opciones a esas horas estaban entre Cold Cave, que son demasiado oscuros para mí; Shellac, demasiado guitarreros; Panda Bear, que ya había empezado y por lo que he leído, defraudó; The dallas guild, un grupo primerizo de power-pop con algunos singles por ahí; o, claramente, Marc Almond.
Nunca le he seguido de cerca excepto un par de temas más conocidos, pero fue un gran momento ver como un artista tan sumamente teatral y alejado del perfil indie-rockero del Primavera Sound, puso a bailar a todo el mundo, aunque fuera tirando del Tainted love, tan obvio como imprescindible. ¿El Primavera Sound no ha tenido este año una considerable cuota gayer, o soy yo?
Pixies | Escenario San Miguel (01:15)
Nunca he sido fan de Pixies, cuando se separaron en el 93 yo era un niñato que aún veía dibujos animados. Quizás si tuviera cinco años más, Nirvana (y Pixies por referencia) me hubieran pillado en pleno inicio de mi adolescencia, pero qué le vamos a hacer... yo a mediados de los 90 era más de britpop y del grunge me quedé con los Smashing Pumpkins y poco más.
Con esta premisa, tampoco creo que pueda ponerme a juzgar un concierto que para muchos estuvo sumamente bien. Yo lo vi un tanto distante y antes del final me marché hacia Yeasayer, para ahorrarme la marea humana que invadía la zona (estaba casi todo el mundo allí).
Yeasayer | Escenario Vice (02:30)
Yeasayer eran el hype del festival que ponía la música de fondo al anuncio en televisión del propio Primavera Sound, con el que nos han bombardeado hasta la saciedad en el último mes.
Muchos hablan de bluf y bueno... yo mal no me lo pasé, pero por la actitud que tuvieron parecían tenérselo un poco creído e ir de divos, tanto antes del concierto, en las pruebas de sonido, como durante el mismo, criticando sin saber muy bien por qué las ilustraciones de Ray-ban que decoraban el escenario, que yo me preguntaba cómo podían criticarlas con las portadas que se gastan ellos luego en sus dos discos...
En fin, actitudes aparte, sonaron bien, aunque en O.N.E deberían haber metido más caña, y dejaron Ambling Alp para el final. Sólo el tiempo les pondrá en su sitio y dirá si los hits y el relleno de sus discos trascenderán o no.
A medida que pasaba el tiempo, también se esfumó la posibilidad de ver a Leda Tres, Holywater, Cohete, Harlem, Wild Honey, A Sunny Day in Glasgow o Hope Sandoval y tuve que sacrificar a Delco y Beast Coast, porque empecé el día con Low.
Low | Escenario Rockdelux (18:50)
La cola para entrar a l'Auditori era considerable y lo primero fue preguntarle a los de la organización que pululaban por la cola si creían que entraríamos. Dijeron que sí y que iba con retraso. Todo bien... hasta que la organización demostró ser un desastre, porque el concierto empezó antes de que entrara toda la gente de la cola, yo entre ellos. Una marranada en toda regla, porque si sabes que va a ser un concierto con gran afluencia, que incluso has puesto a la venta tickets para reservar asiento, lo lógico es que abras las puertas con más antelación (con diez minutos más hubiese bastado) y sepas que gestionar la entrada de entre 1.000 y 2.000 personas en l'Auditori lleva su tiempo. Con esto demuestraron que sólo les importan los pocos que pagaron sus 2 € extra para estar los primeros en la cola, y los demás, que se apañen buscando un sitio a oscuras y con el concierto empezado.
Pero bueno, al final sólo me perdí la primera canción de un conciertazo, sin más. Repasar The great distroyer fue un placer, sonaron perfectos, aunque tampoco es muy difícil sonar así de bien en l'Auditori y cumplieron por completo mis expectativas.
Spoon | Escenario San Miguel (20:20)
Me perdí un par de canciones por el retraso de Low, pero tampoco supuso un drama. No conseguí conectar con el directo de Britt Daniel y los suyos tanto como hace unos años en el Wintercase 2007, entre otras cosas porque su último disco no me ha enganchado apenas. Eso unido al sonido un tanto lamentable que tuvo el viernes en general el escenario San Miguel, hizo que terminase con una sensación un tanto agridulce.
Beach House | Escenario ATP (21:40)
Para mi, el mejor concierto del festival, por su calidad, su calidez y porque fue toda una sorpresa. Ten dream no ha sido uno de los discos que más he escuchado este año y no me esperaba que sonaran tan bien, tan potentes y a la vez tan contenidos, ni que el público que abarrotaba (literalmente) el escenario ATP estuviera tan entregado. Victoria Legrand hizo gala de su chorro de voz y con su dream-pop y una escenografía simple pero efectiva, consiguieron hacerme flotar en algunos temas como Norway, con gran parte del público coreándola y, sobre todo, con 10 Mile Stereo.
Eso sí, la organización pecó de poco previsora, porque la marabunta de gente fue brutal, con las gradas a reventar y gente sentada hasta en el césped, y muchos quedándose en el vial de acceso al escenario. Por suerte yo llegué a tiempo, nada más terminar Spoon, y pude situarme bien sin problemas.
Wilco | Escenario San Miguel (22:30)
De nuevo me perdí el inicio, porque salir de Beach House fue toda una odisea con escalada incluída. Y me volvió a pasar lo mismo que con Spoon, que no conecté demasiado con ellos, por el cansancio acumulado y porque el sonido fue un asco. Una lástima, porque tenía muchas ganas de verles y disfrutarles y por lo que he leído a muchos les pareció un gran concierto. Otra vez será.
Marc Almond | Escenario Ray-ban (00:05)
Las opciones a esas horas estaban entre Cold Cave, que son demasiado oscuros para mí; Shellac, demasiado guitarreros; Panda Bear, que ya había empezado y por lo que he leído, defraudó; The dallas guild, un grupo primerizo de power-pop con algunos singles por ahí; o, claramente, Marc Almond.
Nunca le he seguido de cerca excepto un par de temas más conocidos, pero fue un gran momento ver como un artista tan sumamente teatral y alejado del perfil indie-rockero del Primavera Sound, puso a bailar a todo el mundo, aunque fuera tirando del Tainted love, tan obvio como imprescindible. ¿El Primavera Sound no ha tenido este año una considerable cuota gayer, o soy yo?
Pixies | Escenario San Miguel (01:15)
Nunca he sido fan de Pixies, cuando se separaron en el 93 yo era un niñato que aún veía dibujos animados. Quizás si tuviera cinco años más, Nirvana (y Pixies por referencia) me hubieran pillado en pleno inicio de mi adolescencia, pero qué le vamos a hacer... yo a mediados de los 90 era más de britpop y del grunge me quedé con los Smashing Pumpkins y poco más.
Con esta premisa, tampoco creo que pueda ponerme a juzgar un concierto que para muchos estuvo sumamente bien. Yo lo vi un tanto distante y antes del final me marché hacia Yeasayer, para ahorrarme la marea humana que invadía la zona (estaba casi todo el mundo allí).
Yeasayer | Escenario Vice (02:30)
Yeasayer eran el hype del festival que ponía la música de fondo al anuncio en televisión del propio Primavera Sound, con el que nos han bombardeado hasta la saciedad en el último mes.
Muchos hablan de bluf y bueno... yo mal no me lo pasé, pero por la actitud que tuvieron parecían tenérselo un poco creído e ir de divos, tanto antes del concierto, en las pruebas de sonido, como durante el mismo, criticando sin saber muy bien por qué las ilustraciones de Ray-ban que decoraban el escenario, que yo me preguntaba cómo podían criticarlas con las portadas que se gastan ellos luego en sus dos discos...
En fin, actitudes aparte, sonaron bien, aunque en O.N.E deberían haber metido más caña, y dejaron Ambling Alp para el final. Sólo el tiempo les pondrá en su sitio y dirá si los hits y el relleno de sus discos trascenderán o no.
¡Uff! Tenía la intención de hacer toda la crónica en una sola entrada, pero a medida que he ido escribiendo, me he dado cuenta de que iba a ser imposible, así que para que no saliera un chorizo kilométrico y muriera en el intento escribiendo esto, he decidido partirla por días. A ver si mañana hace menos calor y se puede escribir, pensar y respirar al mismo tiempo, porque hoy con escribir la crónica del jueves ya me he quedado sin neuronas.
Bis | Escenario San Miguel (18:00)
No llegamos a tiempo, porque llegamos al recinto con todo el mogollón y la cola para ponerse la pulsera y que te dieran la tarjeta de acceso era tremenda. De todas formas, por lo poco que vi y lo opinado por otros, no cumplieron y fue un concierto bastante plano. Ni con Eurodisco, que escuché ya en la tremenda cola de los tickets, parece que levantaron al personal.
The Wave Pictures | Escenario Ray-ban (19:00)
No tuvieron su mejor día, para qué negarlo. Empezaron un tanto flojos y, aunque remontaron de cara al final con los temas más carismáticos de Instant coffee baby, el recuerdo del concierto del año pasado en el FIB y, sobre todo, del que dieron en el OCCC en Valencia, pesa demasiado. De todas formas, no fue un mal concierto para abrir el Primavera Sound 2010.
The XX | Escenario Ray-ban (21:15)
Después de dar una vuelta por el mercadillo, que es sin duda el mejor mercadillo que he visto jamás en un festival, por cantidad de oferta y presencia de sellos, y de comprar Subiza a un precio razonable, llegó la hora de descubrir qué hacían en directo el trío londinense.
El concierto me gustó, aunque quedó patente que The XX no son un grupo de grandes escenarios y que el mismo concierto en l'Auditori hubiera pasado de gustarme a ser inmenso, porque no se hubiera perdido el intimismo que destilan en su disco y que necesitan también en sus directos, y porque me habría ahorrado a muchos de los que se aburrieron y se pusieron a hablar en lugar de irse a otra parte, como inteligente y respetuosamente hicieron unos pocos (que no será porque no había conciertos en otros escenarios).
Tocaron el disco prácticamente en orden y aunque así tocaron Crystalised y Islands casi al inicio, también quedaron Shelter (con un genial medley final de 9PM [Till I come] de ATB) y Basic space para el final, cerrando con una inmensa Infinity alargada en su subidón final y con un medley inicial del Smalltown boy de Bronski Beat (sí, el grupo de Jimmy Somerville, que he tenido el nombre en la punta de la lengua desde el jueves y ya podía nombrar a Boy George, Culture Club o a Conchita Piquer, que no me salía el jodido nombre). Lo dicho, un buen concierto, pero si tengo la oportunidad de verlos en sala, no la desperdiciaré.
Wild Beasts | Escenario Pitchfork (23:00)
Cada vez que pienso que me despisté y me perdí a Broken Social Scene y cuando me quise dar cuenta ya no había remedio, me dan ganas de cortarme las venas. Aunque bueno, me consolaré pensando que Broken Social Scene son un grupo de los grandes que volverán a tocar por España algún día, ¿verdad, verdad, verdad?
A pesar de todo, mi despiste no desmereció en absoluto mi impresión sobre la actuación de Wild Beasts, que desgranaron casi al completo su último disco Two dancers en poco más de 45 minutos de concierto, y demostraron que se mueven con soltura encima del escenario y que lo de la voz operística de Hayden Thorpe no es cosa del estudio y suena igual de correcta y potente en vivo, voz que en combinación con la voz más grave del bajista, Tom Fleming, les da un punto diferenciador bastante interesante, que se añade a su ya de por si personal y etéreo estilo musical.
The Big Pink | Escenario Pitchfork (00:15)
Su debut, A brief history of love, no me ha convencido demasiado y claro, los temas que no me gustaban del disco tampoco me animaron en directo, pero no les puedo negar que dieron un concierto más que correcto y muy potente, por lo que supongo (y confirmo) que a los que su debut les ha encantado al completo disfrutaron de lo lindo en el concierto. Me sorprendió también, todo hay que decirlo, la calidad del sonido en el escenario Pitchfork, nada que ver con el pastiche ruidoso que fue en 2008 cuando era el escenario CD-Drome. Y por fin entendí el porqué de su nombre cuando vi la maravillosa vestimenta de Akiko Matsuura, la batería, luciendo un increible pero cierto corsé rosa. Se merece una estatua.
Sleigh Bells | Escenario Pitchfork (01:30)
No tenía el placer de haber escuchado a esta mujer, pero vaya tela. Su mezcla de voz metalera con bases de hip-hop es perfecta en un festival cuando las fuerzas empiezan a fallar y en otros escenarios tocan dinosaurios como Pavement o Mission of Burma que tampoco has tenido tiempo de descubrir, degustar y digerir. Dudo que el disco de este dúo de Brooklin (todos vienen de allí últimamente), termine en mi estantería, pero el concierto fue rotundo y tremendamente divertido, de los que si vas con un par de copas de más, acabas dándolo todo.
Delorean | Escenario Pitchfork (02:45)
Lo intenté con Fuck Buttons, pero cuando me di cuenta de que lo suyo era cuestión de alargar los loops indefinidamente, que soltaron Surf Solar la primera y que luego empezaron con los gritos exasperantes de su primer disco, decidí volver al escenario Pitchfork a ver si me quitaba la espinita del SOS 4.8 con Delorean. Pero no.
Alguien debería hablar seriamente con Ekhi y decirle que aprenda a cantar y a controlar su voz, que no puede hacer un disco con miles de capas de voces suaves y etéreas y en directo destrozarlo todo a base de subir y variar el tono de las notas, desafinándolas y alargándolas. Y es una lástima, porque el resto suena bastante bien, y bastó que al final tocasen uno de sus desconocidos remixes instrumentales para demostrarlo.
El reducido setlist dejó mucho que desear y se centró prácticamente en su totalidad en Subiza, a excepción de Seasun, que vale que internacionalmente sea su canción insignia y que estaban en el escenario Pitchfork, pero dejarse Deli y reducir el saco de temazos a Grow, creo que es dejarse mucha tinta en el tintero. Con estas premisas, se me han terminado de ir las ganas que pudieran quedarme de verles cuando pasasen con su gira por Valencia. Aunque igual termino pensándomelo, quién sabe.
Me quedé con las ganas de ver a Moderat a las 3:30, pero después de haber dormido sólo cuatro horas, más el viaje, más el tute de conciertos que lleva ya en mi cuerpo, más el bajón de Delorean... oía a la cama gritarme desde allí. El viernes se presentaba completito y lo cierto es que Moderat tampoco ofrecían nada radicalmente distinto a lo que ofreció hace tres años Apparat con su disco Walls, y con el recuerdo del desastroso concierto que dio en el Primavera Sound de 2008, no me apetecía nada pensar en llegar hasta el escenario Vice y encontrarme con la misma cantinela que hace dos años. ¿Alguien los vio? ¿Estuvieron bien? ¿Queréis darme envidia?
Bis | Escenario San Miguel (18:00)
No llegamos a tiempo, porque llegamos al recinto con todo el mogollón y la cola para ponerse la pulsera y que te dieran la tarjeta de acceso era tremenda. De todas formas, por lo poco que vi y lo opinado por otros, no cumplieron y fue un concierto bastante plano. Ni con Eurodisco, que escuché ya en la tremenda cola de los tickets, parece que levantaron al personal.
The Wave Pictures | Escenario Ray-ban (19:00)
No tuvieron su mejor día, para qué negarlo. Empezaron un tanto flojos y, aunque remontaron de cara al final con los temas más carismáticos de Instant coffee baby, el recuerdo del concierto del año pasado en el FIB y, sobre todo, del que dieron en el OCCC en Valencia, pesa demasiado. De todas formas, no fue un mal concierto para abrir el Primavera Sound 2010.
The XX | Escenario Ray-ban (21:15)
Después de dar una vuelta por el mercadillo, que es sin duda el mejor mercadillo que he visto jamás en un festival, por cantidad de oferta y presencia de sellos, y de comprar Subiza a un precio razonable, llegó la hora de descubrir qué hacían en directo el trío londinense.
El concierto me gustó, aunque quedó patente que The XX no son un grupo de grandes escenarios y que el mismo concierto en l'Auditori hubiera pasado de gustarme a ser inmenso, porque no se hubiera perdido el intimismo que destilan en su disco y que necesitan también en sus directos, y porque me habría ahorrado a muchos de los que se aburrieron y se pusieron a hablar en lugar de irse a otra parte, como inteligente y respetuosamente hicieron unos pocos (que no será porque no había conciertos en otros escenarios).
Tocaron el disco prácticamente en orden y aunque así tocaron Crystalised y Islands casi al inicio, también quedaron Shelter (con un genial medley final de 9PM [Till I come] de ATB) y Basic space para el final, cerrando con una inmensa Infinity alargada en su subidón final y con un medley inicial del Smalltown boy de Bronski Beat (sí, el grupo de Jimmy Somerville, que he tenido el nombre en la punta de la lengua desde el jueves y ya podía nombrar a Boy George, Culture Club o a Conchita Piquer, que no me salía el jodido nombre). Lo dicho, un buen concierto, pero si tengo la oportunidad de verlos en sala, no la desperdiciaré.
Wild Beasts | Escenario Pitchfork (23:00)
Cada vez que pienso que me despisté y me perdí a Broken Social Scene y cuando me quise dar cuenta ya no había remedio, me dan ganas de cortarme las venas. Aunque bueno, me consolaré pensando que Broken Social Scene son un grupo de los grandes que volverán a tocar por España algún día, ¿verdad, verdad, verdad?
A pesar de todo, mi despiste no desmereció en absoluto mi impresión sobre la actuación de Wild Beasts, que desgranaron casi al completo su último disco Two dancers en poco más de 45 minutos de concierto, y demostraron que se mueven con soltura encima del escenario y que lo de la voz operística de Hayden Thorpe no es cosa del estudio y suena igual de correcta y potente en vivo, voz que en combinación con la voz más grave del bajista, Tom Fleming, les da un punto diferenciador bastante interesante, que se añade a su ya de por si personal y etéreo estilo musical.
The Big Pink | Escenario Pitchfork (00:15)
Su debut, A brief history of love, no me ha convencido demasiado y claro, los temas que no me gustaban del disco tampoco me animaron en directo, pero no les puedo negar que dieron un concierto más que correcto y muy potente, por lo que supongo (y confirmo) que a los que su debut les ha encantado al completo disfrutaron de lo lindo en el concierto. Me sorprendió también, todo hay que decirlo, la calidad del sonido en el escenario Pitchfork, nada que ver con el pastiche ruidoso que fue en 2008 cuando era el escenario CD-Drome. Y por fin entendí el porqué de su nombre cuando vi la maravillosa vestimenta de Akiko Matsuura, la batería, luciendo un increible pero cierto corsé rosa. Se merece una estatua.
Sleigh Bells | Escenario Pitchfork (01:30)
No tenía el placer de haber escuchado a esta mujer, pero vaya tela. Su mezcla de voz metalera con bases de hip-hop es perfecta en un festival cuando las fuerzas empiezan a fallar y en otros escenarios tocan dinosaurios como Pavement o Mission of Burma que tampoco has tenido tiempo de descubrir, degustar y digerir. Dudo que el disco de este dúo de Brooklin (todos vienen de allí últimamente), termine en mi estantería, pero el concierto fue rotundo y tremendamente divertido, de los que si vas con un par de copas de más, acabas dándolo todo.
Delorean | Escenario Pitchfork (02:45)
Lo intenté con Fuck Buttons, pero cuando me di cuenta de que lo suyo era cuestión de alargar los loops indefinidamente, que soltaron Surf Solar la primera y que luego empezaron con los gritos exasperantes de su primer disco, decidí volver al escenario Pitchfork a ver si me quitaba la espinita del SOS 4.8 con Delorean. Pero no.
Alguien debería hablar seriamente con Ekhi y decirle que aprenda a cantar y a controlar su voz, que no puede hacer un disco con miles de capas de voces suaves y etéreas y en directo destrozarlo todo a base de subir y variar el tono de las notas, desafinándolas y alargándolas. Y es una lástima, porque el resto suena bastante bien, y bastó que al final tocasen uno de sus desconocidos remixes instrumentales para demostrarlo.
El reducido setlist dejó mucho que desear y se centró prácticamente en su totalidad en Subiza, a excepción de Seasun, que vale que internacionalmente sea su canción insignia y que estaban en el escenario Pitchfork, pero dejarse Deli y reducir el saco de temazos a Grow, creo que es dejarse mucha tinta en el tintero. Con estas premisas, se me han terminado de ir las ganas que pudieran quedarme de verles cuando pasasen con su gira por Valencia. Aunque igual termino pensándomelo, quién sabe.
Me quedé con las ganas de ver a Moderat a las 3:30, pero después de haber dormido sólo cuatro horas, más el viaje, más el tute de conciertos que lleva ya en mi cuerpo, más el bajón de Delorean... oía a la cama gritarme desde allí. El viernes se presentaba completito y lo cierto es que Moderat tampoco ofrecían nada radicalmente distinto a lo que ofreció hace tres años Apparat con su disco Walls, y con el recuerdo del desastroso concierto que dio en el Primavera Sound de 2008, no me apetecía nada pensar en llegar hasta el escenario Vice y encontrarme con la misma cantinela que hace dos años. ¿Alguien los vio? ¿Estuvieron bien? ¿Queréis darme envidia?
Este año ha sido el de la consolidación del SOS 4.8 y allí estuvo un servidor por primera vez, disfrutando de lo que buenamente pudo y le dejaron. En líneas generales, el ambiente del festival es bastante parecido al FIB en cuanto a cuota de gente con ganas de fiesta más que de ver conciertos, lo que le quita cierto encanto gafapastil, aunque no llega a ser ni por asomo tan escandoloso como en la cita de Benicàssim, y los guiris de sol y playa brillan por su ausencia, lo cual es muy de agradecer.
La edición de 2010 ha estado marcada por el éxito definitivo de ventas, con 7.000 abonos extras y ampliación de recinto, aunque no de manera proporcional, porque el viernes aquello era un tanto agobiante para moverse. Aunque a pesar de cierta masificación, la organización se merece muy buena nota en cuanto a servicios y rapidez, con abundancia de barras, puestos de comida, urinarios... y ausencia de colas. Así da gusto.
Pero vayamos a lo que importa. Los conciertos (los que pude ver, claro).
The Sunday Drivers.
Correctos como siempre, a pesar de que el último disco no me apasione tanto como el ya mítico Tiny Telephone. Ya los había visto en sala con la gira del último disco, pero me siguen pareciendo un grupo hecho para un grandes escenarios, aunque en los festivales todo sea siempre más reducido. Bueno rollo generalizado y público con ganas de concierto.
Joe Crepúsculo.
No le soporto, odio como canta y su propuesta me parece totalmente chabacana y pasada de rosca, de hecho, no sé porqué terminé allí. Ante tal panorama, lo único que realmente pude hacer para disfrutar del señor Crepúsculo, fue dejarme contagiar y aprovechar que las cervezas comenzaban a hacer su efecto. Fue breve, pero intenso.
Chema Rey.
Las sesiones de Chema Rey son garantía de temazos y fiesta asegurada, perfecta de paso para conocer y charlar un rato con lugareños de aquí y de allá. Y claro, entre eso o amuermarme con The Horrors y su repentina conversión al shoegaze, pues...
Los Planetas.
Estrenaban disco y había ganas, no faltaron sus temazos de siempre, aunque sorprendentemente pasaron de Un buen día, y aprovechando la coyuntura festivalera, La Bien Querida hizo su pertinente aparición para cantar a dúo No sé cómo te atreves. No soy fanático de los granadinos, pero si tengo que elegir el mejor concierto del SOS 4.8, me quedo con ellos.
Franz Ferdinand.
Desgraciadamente, el concierto, que empezó explosivo y con mucha energía, se fue desinflando poco a poco. Quizás influyó que fue calcado al del FIB 2009 y allí tuvieron, a mi parecer, mejor conexión con el público. También es cierto que tras 40 minutos de concierto saltando sin parar y habiendo soltado ya Do you want to y Take me out, el cansancio empezaba a hacer mella (sin siesta no hay quien aguante luego).
Delorean.
Lo tuvieron todo en su contra. Problemas técnicos que retrasaron el concierto más de media hora, mi agotamiento y desespero, el mayor agotamiento de la compañía, y un incomprensible volumen atronador que no sé si fue a conciencia, pero les perjudicó totalmente, desafines escandalosos y bastante irritantes aparte. Lo que en el disco son canciones entre lo etéreo y lo bailable con decenas de capas de sonido, en directo fue un pastiche enmarañado que no hacía justicia al logrado trabajo de producción del que hacen gala en el estudio.
Fue el concierto al que acudí con mayores expectativas, porque otros conciertos, especialmente en el del FIB 2009, fue una verdadera fiesta, con un sonido claro y cristalino y un volumen razonable. Al final, después de 6 canciones, viendo que aquello no mejoraba y con la esperanza de poder verles en el Primavera Sound en mejores condiciones, huí de allí bastante decepcionado. Y más cuando al día siguiente me contaron que lo de Hot Chip fue de escándalo, versión de She Wolf incluída. Siempre nos quedará el FIB 2010.
Pin y Pon DJ's
Por lo que me contaron, Nada Surf estuvieron muy bien. Pero para mí era vital empezar el sábado con temazos asegurados y remixes imposibles, y eso con los Pin y Pon lo tenía aseguradísimo. Desde Material Girl, Me colé en una fiesta o Disfraz de tigre, pasando por Apollo 440 o The Ting Tings, hasta un remix imposible de Maricas de Los Punsetes...
Buffet Libre DJ's
Y después de dar una vuelta y ver que We Are Standard siguen siendo tan verbeneros y coñazos como siempre y que Mistery Jets soltaban nada más empezar las dos canciones que me más me gustan, decidimos volver a la Zona Club, y... ¡sorpresón! Rythm is a dancer de Snap!, Lady de Modjo, Hey girl hey boy de los Chemical, Free de Ultra Naté... ¡madre mía, qué momentazos!
Dorian
El último disco flojea un poco, pero en directo han mejorado muchísimo. Lejos queda aquel concierto un tanto deslucido del Observatori 2007, y a pesar de que el concierto fue una versión muy comprimida de los la gira, no me defraudaron en absoluto. La tormenta de arena se desmarca definitivamente como el temazo del último disco, y aunque el set estuvo protagonizado principalmente por los temas de La ciudad subterránea, hubo tiempo para Te echamos de menos, La noche espiral y, por supuesto, Cualquier otra parte.
Love of Lesbian.
A pesar de que la etapa que marcaron en mi vida Love of lesbian con Maniobras de escapismo y Cuentos chinos para niños del Japón queda un poco lejos y nunca será superada por 1999, basta que empiece Noches reversibles para que se me pongan los pelos de punta y vuelvan a mi cabeza muchos momentos pasados.
Dudo que lleguen a impactarme de nuevo tanto como en el concierto del Mimed 2008 y después de haberles visto en la gira y a pesar de disfrutarlo como el que más, el concierto deslució un poco. Quizás hubiera sido mejor sacar la vena gafapasta de "aprovechar los festivales para ver a grupos de fuera que no pasan por Valencia" y haber ido a Madness, aunque aún llegamos a tiempo de Our house y It must be love.
Chris Cunningham.
Los retrasos acumulados en el escenario Estrella Levante a causa de las lluvias, hicieron que Orbital terminaran coincidiendo con el señor Cunningham, aunque ya trataré de arreglarlo en el Primavera Sound.
Lo peor de este... ¿concierto? es que no fuera en el Auditorio y a una hora más decente, porque me quedé con ganas de verlo entero y en mejores condiciones anímicas y físicas. Todo un espectáculo audiovisual más cercano al video-arte que a un concierto al uso. Muy recomendable.
El cansancio generalizado, el malestar gastrointestinal por culpa de algo en mal estado, el retraso de una hora acumulado, la cita ineludible con cierta cadena de muebles sueca que aún no tiene sucursal en Valencia y la perspectiva del viaje de vuelta en coche, pesaron demasiado y el señor Norman Cook quedó relegado para otra ocasión. Así que con los audiovisuales de Chris Cunningham me despedí del SOS 4.8 2010. Espero que no sea el último.
La edición de 2010 ha estado marcada por el éxito definitivo de ventas, con 7.000 abonos extras y ampliación de recinto, aunque no de manera proporcional, porque el viernes aquello era un tanto agobiante para moverse. Aunque a pesar de cierta masificación, la organización se merece muy buena nota en cuanto a servicios y rapidez, con abundancia de barras, puestos de comida, urinarios... y ausencia de colas. Así da gusto.
Pero vayamos a lo que importa. Los conciertos (los que pude ver, claro).
The Sunday Drivers.
Correctos como siempre, a pesar de que el último disco no me apasione tanto como el ya mítico Tiny Telephone. Ya los había visto en sala con la gira del último disco, pero me siguen pareciendo un grupo hecho para un grandes escenarios, aunque en los festivales todo sea siempre más reducido. Bueno rollo generalizado y público con ganas de concierto.
Joe Crepúsculo.
No le soporto, odio como canta y su propuesta me parece totalmente chabacana y pasada de rosca, de hecho, no sé porqué terminé allí. Ante tal panorama, lo único que realmente pude hacer para disfrutar del señor Crepúsculo, fue dejarme contagiar y aprovechar que las cervezas comenzaban a hacer su efecto. Fue breve, pero intenso.
Chema Rey.
Las sesiones de Chema Rey son garantía de temazos y fiesta asegurada, perfecta de paso para conocer y charlar un rato con lugareños de aquí y de allá. Y claro, entre eso o amuermarme con The Horrors y su repentina conversión al shoegaze, pues...
Los Planetas.
Estrenaban disco y había ganas, no faltaron sus temazos de siempre, aunque sorprendentemente pasaron de Un buen día, y aprovechando la coyuntura festivalera, La Bien Querida hizo su pertinente aparición para cantar a dúo No sé cómo te atreves. No soy fanático de los granadinos, pero si tengo que elegir el mejor concierto del SOS 4.8, me quedo con ellos.
Franz Ferdinand.
Desgraciadamente, el concierto, que empezó explosivo y con mucha energía, se fue desinflando poco a poco. Quizás influyó que fue calcado al del FIB 2009 y allí tuvieron, a mi parecer, mejor conexión con el público. También es cierto que tras 40 minutos de concierto saltando sin parar y habiendo soltado ya Do you want to y Take me out, el cansancio empezaba a hacer mella (sin siesta no hay quien aguante luego).
Delorean.
Lo tuvieron todo en su contra. Problemas técnicos que retrasaron el concierto más de media hora, mi agotamiento y desespero, el mayor agotamiento de la compañía, y un incomprensible volumen atronador que no sé si fue a conciencia, pero les perjudicó totalmente, desafines escandalosos y bastante irritantes aparte. Lo que en el disco son canciones entre lo etéreo y lo bailable con decenas de capas de sonido, en directo fue un pastiche enmarañado que no hacía justicia al logrado trabajo de producción del que hacen gala en el estudio.
Fue el concierto al que acudí con mayores expectativas, porque otros conciertos, especialmente en el del FIB 2009, fue una verdadera fiesta, con un sonido claro y cristalino y un volumen razonable. Al final, después de 6 canciones, viendo que aquello no mejoraba y con la esperanza de poder verles en el Primavera Sound en mejores condiciones, huí de allí bastante decepcionado. Y más cuando al día siguiente me contaron que lo de Hot Chip fue de escándalo, versión de She Wolf incluída. Siempre nos quedará el FIB 2010.
Pin y Pon DJ's
Por lo que me contaron, Nada Surf estuvieron muy bien. Pero para mí era vital empezar el sábado con temazos asegurados y remixes imposibles, y eso con los Pin y Pon lo tenía aseguradísimo. Desde Material Girl, Me colé en una fiesta o Disfraz de tigre, pasando por Apollo 440 o The Ting Tings, hasta un remix imposible de Maricas de Los Punsetes...
Buffet Libre DJ's
Y después de dar una vuelta y ver que We Are Standard siguen siendo tan verbeneros y coñazos como siempre y que Mistery Jets soltaban nada más empezar las dos canciones que me más me gustan, decidimos volver a la Zona Club, y... ¡sorpresón! Rythm is a dancer de Snap!, Lady de Modjo, Hey girl hey boy de los Chemical, Free de Ultra Naté... ¡madre mía, qué momentazos!
Dorian
El último disco flojea un poco, pero en directo han mejorado muchísimo. Lejos queda aquel concierto un tanto deslucido del Observatori 2007, y a pesar de que el concierto fue una versión muy comprimida de los la gira, no me defraudaron en absoluto. La tormenta de arena se desmarca definitivamente como el temazo del último disco, y aunque el set estuvo protagonizado principalmente por los temas de La ciudad subterránea, hubo tiempo para Te echamos de menos, La noche espiral y, por supuesto, Cualquier otra parte.
Love of Lesbian.
A pesar de que la etapa que marcaron en mi vida Love of lesbian con Maniobras de escapismo y Cuentos chinos para niños del Japón queda un poco lejos y nunca será superada por 1999, basta que empiece Noches reversibles para que se me pongan los pelos de punta y vuelvan a mi cabeza muchos momentos pasados.
Dudo que lleguen a impactarme de nuevo tanto como en el concierto del Mimed 2008 y después de haberles visto en la gira y a pesar de disfrutarlo como el que más, el concierto deslució un poco. Quizás hubiera sido mejor sacar la vena gafapasta de "aprovechar los festivales para ver a grupos de fuera que no pasan por Valencia" y haber ido a Madness, aunque aún llegamos a tiempo de Our house y It must be love.
Chris Cunningham.
Los retrasos acumulados en el escenario Estrella Levante a causa de las lluvias, hicieron que Orbital terminaran coincidiendo con el señor Cunningham, aunque ya trataré de arreglarlo en el Primavera Sound.
Lo peor de este... ¿concierto? es que no fuera en el Auditorio y a una hora más decente, porque me quedé con ganas de verlo entero y en mejores condiciones anímicas y físicas. Todo un espectáculo audiovisual más cercano al video-arte que a un concierto al uso. Muy recomendable.
El cansancio generalizado, el malestar gastrointestinal por culpa de algo en mal estado, el retraso de una hora acumulado, la cita ineludible con cierta cadena de muebles sueca que aún no tiene sucursal en Valencia y la perspectiva del viaje de vuelta en coche, pesaron demasiado y el señor Norman Cook quedó relegado para otra ocasión. Así que con los audiovisuales de Chris Cunningham me despedí del SOS 4.8 2010. Espero que no sea el último.
Érase una vez que navegaba yo felizmente por internet cuando reparé en un e-mail de un desconocido que me invitaba a un evento del Facebook. Se trataba de la proyección de The Rocky Horror Picture Show en los cines del Mercado de Fuencarral. Ay, qué guay! - pensé- Molaría un montón... a ver cuando lo hacen. Y resultó que lo hacían esa misma noche. Taquicardia. No tengo pelucas, boas ni nada glitter que ponerme! Pero no pasa nada porque nos da tiempo a ir a la tienda de disfraces... Y ahí que nos fuimos Gonzalo y servidor a ver qué ponernos...
Y la verdad es que estuvo muy bien la experiencia. Era nuestra primera vez en directo (aunque yo ya me sabía las coreografías y las letras, claro... uno que es muy friky, mira) y desfasamos como el que más (quizás demasiado y por eso me caían constantemente objetos al sombrero de purpurina?). Que si hay que hacer el ganso, pongámonos en primera fila, claro que sí!
Fallos? Hombre, pues supongo que el hecho de conocer el tema tanto tiempo (casi 10 años ya! qué mayoras nos hacemos!), como que genera muchas espectativas... Había mucha gente que no sabía muy bien de qué iba aquello (y empezó a tirarse arroz tal cual salieron los labios, por ejemplo) y a mí, sinceramente, me faltó la V en la frente por mi condición de virgen. Creo sinceramente que si hubieran puesto un poco de animación que explicase un poco, hiciera el gamba cantando, bailando y sacando a bailar a la gente, hubiera sido otra cosa. De hecho, estoy seguro de que si me lo piden me monto una parafernalia quepaqué (indirecta a los organizadores :P).
Otra cosilla, desde luego, fue lo inesperado de todo... Yo me enteré la misma tarde, una chica que nos encontramos, yendo a comprar un rato antes al centro cemercial y (agárrate), la chica que lo hubo organizado tiempo ha en el Mercado de Fuencarral de Madrid, que parecía ser la que había organizado lo de Facebook (que nos la encontramos en la post-party esa), el día de antes... Claro, si hubiera tenido al menos una semana ya me hubiera encargado de arreglame un disfraz bien chulo, avisar (y explicar y convencer si hacía falta) a mucha más gente y en general organizarme un poco mejor.
Aun así, una experiencia memorable como pocas y que, por lo visto, tienen la intención de repetir. Mensualmente lo veo un poco demasiado quizás... más cuando los encargados de limpieza hayan visto cómo quedó aquello, pero si vuelve, volvemos, faltaría plus!
Y la verdad es que estuvo muy bien la experiencia. Era nuestra primera vez en directo (aunque yo ya me sabía las coreografías y las letras, claro... uno que es muy friky, mira) y desfasamos como el que más (quizás demasiado y por eso me caían constantemente objetos al sombrero de purpurina?). Que si hay que hacer el ganso, pongámonos en primera fila, claro que sí!
Fallos? Hombre, pues supongo que el hecho de conocer el tema tanto tiempo (casi 10 años ya! qué mayoras nos hacemos!), como que genera muchas espectativas... Había mucha gente que no sabía muy bien de qué iba aquello (y empezó a tirarse arroz tal cual salieron los labios, por ejemplo) y a mí, sinceramente, me faltó la V en la frente por mi condición de virgen. Creo sinceramente que si hubieran puesto un poco de animación que explicase un poco, hiciera el gamba cantando, bailando y sacando a bailar a la gente, hubiera sido otra cosa. De hecho, estoy seguro de que si me lo piden me monto una parafernalia quepaqué (indirecta a los organizadores :P).
Otra cosilla, desde luego, fue lo inesperado de todo... Yo me enteré la misma tarde, una chica que nos encontramos, yendo a comprar un rato antes al centro cemercial y (agárrate), la chica que lo hubo organizado tiempo ha en el Mercado de Fuencarral de Madrid, que parecía ser la que había organizado lo de Facebook (que nos la encontramos en la post-party esa), el día de antes... Claro, si hubiera tenido al menos una semana ya me hubiera encargado de arreglame un disfraz bien chulo, avisar (y explicar y convencer si hacía falta) a mucha más gente y en general organizarme un poco mejor.
Aun así, una experiencia memorable como pocas y que, por lo visto, tienen la intención de repetir. Mensualmente lo veo un poco demasiado quizás... más cuando los encargados de limpieza hayan visto cómo quedó aquello, pero si vuelve, volvemos, faltaría plus!
El sábado pasado estuvimos en lo que se han empeñado en anunciar por activa y por pasiva (valga la redundancia) como el primer festival gay de Valencia... El primero porque hasta ahora no ha habido otro, claro. Podríamos perdernos en analizar el concepto de festival: que si es un evento con varias ambientaciones, que si es una consecución de actuaciones... pero, bueno, centrémonos en esto o moriremos...
Según la web (y el evento en Facebook, que una vez acabado desaparece), la idea iba a ser de 18:00 a 7:30 en el recinto Spook y a partir de entonces en Buenavista Social Club en plan after. Dentro de lo que era Spook, hasta las 00:00, actuaciones varias en la terraza (Borrachas Provincianas, la Caramelo, Mari Callas, etc.) con castillo hinchable incluido, a partir de las 00:00, se abría la sala Suck Me, con varios DJ's y actuación de Sandra Love (maravillosa como siempre), desde la 1:00, estaría abierto Harness (en plan osos y con cuarto oscuro) y desde las 3:00 una zona chill out. Eso en principio.
Claro, que lo que te pintan de una forma luego no tiene nada que ver con la realidad... Sí había dos ambientes (tres con el chill out, que cerró como a las 6:00, justo cuando podría tener su gracia) y sí hubo cuarto oscuro... claro que en realidad eran unos baños con la luz apagada ¬¬ Sobre el castillo hinchable y las actuaciones de la tarde ni idea, porque nosotros aparecimos sobre las 2:00. Aunque yo, sinceramente eché en falta una sala de petardeo en plan Rafaella Carrá, Alaska y Dinarama y grandes éxitos de Raphael... Que viendo que habían varias salas cerradas al público, podría haberse mejorado...
De todas formas, la verdad es que en general muy bien todo. Había gente sin llegar al agobio (básicamente el punto ideal), había mucho chulazo suelto y la música estaba bastante bien (y, habiendo dos salas, una más machacona y otra más comercial, siempre podías ir cambiando... ideal el momento tus ojos bandido en la sala machacona XD).
Ahora, eso de anunciar que cada 30 minutos salía un bus gratis desde las Torres de Quart y otro desde Serrano para llevarte, un ful de Estambul. Por lo visto tuvieron problemas con la empresa autobusera y al final el horario de autobuses se redujo a uno a las: 19:00, 22:00, 1:30, 2:30 y 5:30 (que ese ya ni idea de para qué, pero bueno). Y dicho autobus era de 14 plazas (para acabar de rematar). Que sí, que nosotros fuimos con una flor en el culo y cogimos sitio para ir y para volver, pero era para haber hecho una reclamación de las que se caga la perra y exigir que devolvieran el dinero. Porque si prometes oros y moros, luego no me vengas con tonterías... Tal cual.
Aun así, como nosotros fuimos y volvimos sin mayor problema y allí era bastante idealo todo, puedo decir que divinamente divinamente, de verdad :D
Según la web (y el evento en Facebook, que una vez acabado desaparece), la idea iba a ser de 18:00 a 7:30 en el recinto Spook y a partir de entonces en Buenavista Social Club en plan after. Dentro de lo que era Spook, hasta las 00:00, actuaciones varias en la terraza (Borrachas Provincianas, la Caramelo, Mari Callas, etc.) con castillo hinchable incluido, a partir de las 00:00, se abría la sala Suck Me, con varios DJ's y actuación de Sandra Love (maravillosa como siempre), desde la 1:00, estaría abierto Harness (en plan osos y con cuarto oscuro) y desde las 3:00 una zona chill out. Eso en principio.
Claro, que lo que te pintan de una forma luego no tiene nada que ver con la realidad... Sí había dos ambientes (tres con el chill out, que cerró como a las 6:00, justo cuando podría tener su gracia) y sí hubo cuarto oscuro... claro que en realidad eran unos baños con la luz apagada ¬¬ Sobre el castillo hinchable y las actuaciones de la tarde ni idea, porque nosotros aparecimos sobre las 2:00. Aunque yo, sinceramente eché en falta una sala de petardeo en plan Rafaella Carrá, Alaska y Dinarama y grandes éxitos de Raphael... Que viendo que habían varias salas cerradas al público, podría haberse mejorado...
De todas formas, la verdad es que en general muy bien todo. Había gente sin llegar al agobio (básicamente el punto ideal), había mucho chulazo suelto y la música estaba bastante bien (y, habiendo dos salas, una más machacona y otra más comercial, siempre podías ir cambiando... ideal el momento tus ojos bandido en la sala machacona XD).
Ahora, eso de anunciar que cada 30 minutos salía un bus gratis desde las Torres de Quart y otro desde Serrano para llevarte, un ful de Estambul. Por lo visto tuvieron problemas con la empresa autobusera y al final el horario de autobuses se redujo a uno a las: 19:00, 22:00, 1:30, 2:30 y 5:30 (que ese ya ni idea de para qué, pero bueno). Y dicho autobus era de 14 plazas (para acabar de rematar). Que sí, que nosotros fuimos con una flor en el culo y cogimos sitio para ir y para volver, pero era para haber hecho una reclamación de las que se caga la perra y exigir que devolvieran el dinero. Porque si prometes oros y moros, luego no me vengas con tonterías... Tal cual.
Aun así, como nosotros fuimos y volvimos sin mayor problema y allí era bastante idealo todo, puedo decir que divinamente divinamente, de verdad :D
Hola a todo el mundo:
Quizás cuando estos séis madrileños reúnan suficientes canciones como para editar un disco, pueda valorarlos, porque de momento el único material al que he tenido acceso son las tres canciones de su MySpace. Facturan un pop/folk bastante naif y hippie, que suena a cosas como I'm from Barcelona o Devendra Banhart. Grupo numeroso con multitud de instrumentos y canciones de desarrollos largos con continuos cambios de ritmo. Lo cierto es que dieron un concierto de media horita bastante correcto y puede que den la sorpresa con un futuro disco debut, porque es una propuesta bastante original por estas tierras.
Maga:
Maga eran, para mi, el plato fuerte de la noche. Parece que para mi y para pocos más, porque el público estuvo especialmente frío el domingo por la noche, nada que ver con aquel concierto del Alginet Multiart del 2006.
Con uno pequeño problema técnico al principio y sin cacharritos ni bases electrónicas pregrabadas, se dedicaron a hacer un repaso bastante equilibrado por toda su discografía, y nos regalaron dos temas nuevos que verán la luz en el próximo album, sin fecha por ahora. Hasta se premitieron el lujo de volver al EP Bidimensional con Des-pi-de y Medusa, dos de los momentos más especiales del concierto, y es que con canciones así, uno se da cuenta de que ya desde sus inicios tenían canciones inmensas. No faltaron 19, Agosto esquimal, Astrolabios o Pasó el cometa, ni Celesta, Piedraluna, Como nubes a mi te, Un lugar encendido o La otra mitad. Se echaron en falta otros temas, pero una hora y pico no da para más.
A ver cuando vuelven.
The radio dept.:
The radio dept. llevan ya dos discos y un carro de EP's, y tienen el tercer album a punto de salir. Su música está a medio camino entre el dream pop y el shoegaze, así que no me extraña que le gustasen tanto a Sofia Coppola para que decidiera meterlos en la banda sonora de Maria Antonieta. Del concierto, tras una escucha de sus dos primeros discos (de los cuales hablaré en próximas entregas), no se podía esperar mucho ritmo, el dream pop y el shoegaze no se caracterizan precisamente por ser la alagería de la huerta.
Dio un concierto de casi tres cuartos de hora, lo que la organización le dejó, repasando su discografía y dejando un buen sabor de boca, al menos a mi. Aunque quizás un concierto más largo hubiera terminado agobiando un poco.
Quizás cuando estos séis madrileños reúnan suficientes canciones como para editar un disco, pueda valorarlos, porque de momento el único material al que he tenido acceso son las tres canciones de su MySpace. Facturan un pop/folk bastante naif y hippie, que suena a cosas como I'm from Barcelona o Devendra Banhart. Grupo numeroso con multitud de instrumentos y canciones de desarrollos largos con continuos cambios de ritmo. Lo cierto es que dieron un concierto de media horita bastante correcto y puede que den la sorpresa con un futuro disco debut, porque es una propuesta bastante original por estas tierras.
Maga:
Maga eran, para mi, el plato fuerte de la noche. Parece que para mi y para pocos más, porque el público estuvo especialmente frío el domingo por la noche, nada que ver con aquel concierto del Alginet Multiart del 2006.
Con uno pequeño problema técnico al principio y sin cacharritos ni bases electrónicas pregrabadas, se dedicaron a hacer un repaso bastante equilibrado por toda su discografía, y nos regalaron dos temas nuevos que verán la luz en el próximo album, sin fecha por ahora. Hasta se premitieron el lujo de volver al EP Bidimensional con Des-pi-de y Medusa, dos de los momentos más especiales del concierto, y es que con canciones así, uno se da cuenta de que ya desde sus inicios tenían canciones inmensas. No faltaron 19, Agosto esquimal, Astrolabios o Pasó el cometa, ni Celesta, Piedraluna, Como nubes a mi te, Un lugar encendido o La otra mitad. Se echaron en falta otros temas, pero una hora y pico no da para más.
A ver cuando vuelven.
The radio dept.:
The radio dept. llevan ya dos discos y un carro de EP's, y tienen el tercer album a punto de salir. Su música está a medio camino entre el dream pop y el shoegaze, así que no me extraña que le gustasen tanto a Sofia Coppola para que decidiera meterlos en la banda sonora de Maria Antonieta. Del concierto, tras una escucha de sus dos primeros discos (de los cuales hablaré en próximas entregas), no se podía esperar mucho ritmo, el dream pop y el shoegaze no se caracterizan precisamente por ser la alagería de la huerta.
Dio un concierto de casi tres cuartos de hora, lo que la organización le dejó, repasando su discografía y dejando un buen sabor de boca, al menos a mi. Aunque quizás un concierto más largo hubiera terminado agobiando un poco.
Tras perderme, muy a mi pesar, la gira de presentación con Clare and the reasons y My brightest diamond. Ayer fue el turno de la primera gira con Ra ra riot y Los campesinos!
Ra ra riot:
Ra ra riot no me han convencido con su primer disco, y tampoco lo hicieron anoche. No dieron un mal concierto, aunque no sé por qué muchos grupos se empeñan en subir el volumen de todos los instrumentos por encima de las voces, haciendo que cueste escucharlas y el cantante tenga que desgañitarse. El público estuvo más o menos entregado mientras iban desgranando los temas del disco (¿se dejaron alguno?), pero no fue hasta que llegó Ghosts under rocks cuando reaccionaron de verdad.
Les falta rodaje y les faltan temas buenos. Quien sabe si en el próximo disco...
Los campesinos!:
Los campesinos! podrían haber dado un concierto brutal si la actitud que demostraron en el último tema, la hubieran tenido desde el principio. Claro que siendo siete encima del escenario no da para moverse mucho.
Tenían todo a su favor y un público entregadísimo, pero se empeñaron en mostrarnos lo que va a ser su próximo trabajo y se dejaron por el camino canciones geniales del primer disco, que les dan mil vueltas a cualquier tema del segundo. ¿Tiene sentido sacar un segundo disco tan pronto si las canciones no merecen la pena? Para ellos parece que sí.
Aún así, no faltaron Death to Los campesinos!, My year in lists, This is how you spell..., You! Me! Dancing! y cerraron el concierto con Sweet dreams, sweet cheeks, con el cantante y el batería entre el público y el resto de músicos subidos encima de los altavoces del escenario.
Supo a poco.
Ra ra riot:
Ra ra riot no me han convencido con su primer disco, y tampoco lo hicieron anoche. No dieron un mal concierto, aunque no sé por qué muchos grupos se empeñan en subir el volumen de todos los instrumentos por encima de las voces, haciendo que cueste escucharlas y el cantante tenga que desgañitarse. El público estuvo más o menos entregado mientras iban desgranando los temas del disco (¿se dejaron alguno?), pero no fue hasta que llegó Ghosts under rocks cuando reaccionaron de verdad.
Les falta rodaje y les faltan temas buenos. Quien sabe si en el próximo disco...
Los campesinos!:
Los campesinos! podrían haber dado un concierto brutal si la actitud que demostraron en el último tema, la hubieran tenido desde el principio. Claro que siendo siete encima del escenario no da para moverse mucho.
Tenían todo a su favor y un público entregadísimo, pero se empeñaron en mostrarnos lo que va a ser su próximo trabajo y se dejaron por el camino canciones geniales del primer disco, que les dan mil vueltas a cualquier tema del segundo. ¿Tiene sentido sacar un segundo disco tan pronto si las canciones no merecen la pena? Para ellos parece que sí.
Aún así, no faltaron Death to Los campesinos!, My year in lists, This is how you spell..., You! Me! Dancing! y cerraron el concierto con Sweet dreams, sweet cheeks, con el cantante y el batería entre el público y el resto de músicos subidos encima de los altavoces del escenario.
Supo a poco.
El sábado pasado fui a ver a estas chicas (y chicos) y nos volvimos todos con cara de gilipollas a casa.
Me parece una estafa por su parte cobrar 20 euros por un concierto en el que las voces no se oían y la calidad del sonido era nefasta. Si fuera por la sala, no les diría nada, pero es el cuarto concierto que he visto en El Loco, y siempre he salido muy satisfecho en cada uno de ellos. Menos en este. Además, por lo que tengo entendido, en Madrid tuvieron el mismo problema de volúmen con las voces, así que más bien no fue ningún problema, sino decisión del grupo. O al menos así lo he de entender.
Si a eso le añades que las dos cantantes son más sosas que una sopa de agua destilada, y que pasaron justito de la hora y cuarto de concierto, bises incluídos... pues eso, que se te queda cara de gilipollas, después de haber visto en la misma sala conciertos memorables de casi dos horas, como Pastora con su primer disco, Lori Meyers con Hostal Pimodan, o Camera Obscura en su última gira.
Ladytron, estáis tachados de mi lista. Así lo habéis querido.
Emma get wild:
Eran las ocho y pocos minutos de la tarde cuando este dúo valenciano salía a escena, tras la presentación de Francesc Burgos, coordinador del ciclo de música pop Notes al peu.
La propuesta de esta pareja (convertida en trío durante la mayor parte del concierto) era totalmente desconocida para mi. Su sonido es puramente folk, predominantemente acústico, aunque con la ligera presencia de una guitarra eléctrica. Me recuerdan bastante a la música de Russian Red (con todas sus referencias), aunque el concierto se me hizo más tedioso comparado con el de la madrileña, que nos encandiló en el Greenspace hace una semana. Aún así, varios de los temas del repertorio sonaron bastante interesantes, y hay que considerar que en un concierto con dos guitarras acústicas y una eléctrica, el sonido es bastante limitado en cuanto a matices.
Con un primer disco, Hey Hurricane, publicado en 2006, tienen el segundo a punto de salir, These are the sounds that make the animals. Será cuestión de darles una escucha para ver si en el estudio han desarrollado más sus canciones, con más instrumentación aparte de las guitarras.
Aaron Thomas:
De su disco debut, Follow the elephants, hablé ayer. Salió solo a escena, y un servidor se dispuso a comprobar cómo sonaban sus canciones sin más instrumentación que su guitarra.
Sonó tremendo, y es que al desnudar las canciones por completo, se vio todo el potencial de su voz y demostró ser un gran guitarrista, capaz de sacar multitud de matices de sólo seis cuerdas. Sonaron Wasted or crazy, Damage done, Thinking is unproductive, Anymore (tremenda) y Finish me, intercaladas con otros cinco temas no publicados en el disco, y finalizando con una versión. Fue presentando cada canción a medida que avanzaba el concierto, empatizando con las más de cien personas que estábamos allí, gracias a un humor bastante irónico.
La verdad es que nos quedamos con ganas de más. Y yo particularmente, aunque él solo con su guitarra resulte muy intimista, espero verle en concierto con una banda al completo con la que sacar un sonido más fiel al disco.
Eran las ocho y pocos minutos de la tarde cuando este dúo valenciano salía a escena, tras la presentación de Francesc Burgos, coordinador del ciclo de música pop Notes al peu.
La propuesta de esta pareja (convertida en trío durante la mayor parte del concierto) era totalmente desconocida para mi. Su sonido es puramente folk, predominantemente acústico, aunque con la ligera presencia de una guitarra eléctrica. Me recuerdan bastante a la música de Russian Red (con todas sus referencias), aunque el concierto se me hizo más tedioso comparado con el de la madrileña, que nos encandiló en el Greenspace hace una semana. Aún así, varios de los temas del repertorio sonaron bastante interesantes, y hay que considerar que en un concierto con dos guitarras acústicas y una eléctrica, el sonido es bastante limitado en cuanto a matices.
Con un primer disco, Hey Hurricane, publicado en 2006, tienen el segundo a punto de salir, These are the sounds that make the animals. Será cuestión de darles una escucha para ver si en el estudio han desarrollado más sus canciones, con más instrumentación aparte de las guitarras.
Aaron Thomas:
De su disco debut, Follow the elephants, hablé ayer. Salió solo a escena, y un servidor se dispuso a comprobar cómo sonaban sus canciones sin más instrumentación que su guitarra.
Sonó tremendo, y es que al desnudar las canciones por completo, se vio todo el potencial de su voz y demostró ser un gran guitarrista, capaz de sacar multitud de matices de sólo seis cuerdas. Sonaron Wasted or crazy, Damage done, Thinking is unproductive, Anymore (tremenda) y Finish me, intercaladas con otros cinco temas no publicados en el disco, y finalizando con una versión. Fue presentando cada canción a medida que avanzaba el concierto, empatizando con las más de cien personas que estábamos allí, gracias a un humor bastante irónico.
La verdad es que nos quedamos con ganas de más. Y yo particularmente, aunque él solo con su guitarra resulte muy intimista, espero verle en concierto con una banda al completo con la que sacar un sonido más fiel al disco.
The war on drugs:
Que si Bruce Springsteen, que si Bob Dylan, que si U2, que si... el disco debut de estos chicos de Filadelfia (la ciudad del queso untable), Waggonwheel Blues, es una de las óperas primas alabadas por la crítica. A mi, ni fu ni fa. En consecuencia, el concierto no me transmitió mucho, así que entrar a valorarlo sería un poco absurdo.
Aún así, que no quede. Recomiendo una escucha al disco, y si gustan, pues oye, mira qué bien.
Animal collective:
Que Animal colective es un grupo difícil de escuchar es un eufemismo. Mejor decir directamente que me es imposible ponerme entero cualquiera de sus discos sin terminar queriendo invadir Polonia Baltimore.
Presentaron las canciones de su futuro disco y dejaron para el final el pequeño repaso de algunos de los temas de Strawberry Jam como Peacebone o Fireworks, alargada en directo durante más de 10 minutos. Si alguna vez vuelvo a verles en directo, que lo dudo, me encargaré de destrozar mis principios antidrogas y me meteré una pastilla, a ver si así logro alcanzar una especie de estado extrasensorial que me lleve a ver naves en llamas más allá de Orion.
Con grupos así, me pregunto si tanta devoción y entusiasmo del público no responde en gran parte a una pose o dogma modernil del estilo "me gustan porque me han de gustar". Quizás sea cierto que el mundo se ha llenado de gente con oídos entrenados para adorar fanáticamente este tipo de música, pero la intuición y la experiencia me hacen ser bastante escéptico al respecto.
Vive la fête:
Tras soportar estoicamente hora y media larga de Animal collective y reprimir mis ansias de invasiones ilegales, Vive la fête supusieron una especie de contrapunto caído del cielo.
Me encantan los grupos cuyos vocalistas tienen partes de su anatomía que ejercen una atracción hipnótica. En 2006, Paul Smith, de Maxïmo Park, se encargó de salir sin calzoncillos y con unos pitillos ajustadísimos, hipnotizándonos a todos con su paquete. En 2007, Els Pynoo, de Vive la Fête, hizo lo propio con sus tetas, pasando de sostenes y con una camiseta que potenciaba sus atributos. En ambos casos era absolutamente imposible mirar a otro lado.
Ayer Els no estuvo tan suelta con su delantera, aún así, su vestido de tiras dejaba adivinar a ratos sus pezones. ¡Si la censura americana se enterase! ¡La hecatombe! Aunque total... ¿no decían de esta mujer que terminaba en bolas en sus actuaciones en medio de una catarsis interpretativa? Que ahora simplemente le boten las tetas no debe suponer mucho para ella. Pero bueno, dejemos de hablar de mamellas, que va a quedar esto más soso que el Celebrities de Alaska.
Qué decir de un grupo que se llama Viva la fiesta que no resulte obvio. Pues nada, que da igual que sea difícil diferenciar unas canciones de otras, que da igual que su fórmula musical rockgóticoelectropopera esté más que gastada después de cinco discos... son la bomba. Desde el comienzo con el vals del Danubio Azul, hasta el final con la versión del Popcorn de Gershon Kingsley (y otra vez el Danubio Azul).
Que si Bruce Springsteen, que si Bob Dylan, que si U2, que si... el disco debut de estos chicos de Filadelfia (la ciudad del queso untable), Waggonwheel Blues, es una de las óperas primas alabadas por la crítica. A mi, ni fu ni fa. En consecuencia, el concierto no me transmitió mucho, así que entrar a valorarlo sería un poco absurdo.
Aún así, que no quede. Recomiendo una escucha al disco, y si gustan, pues oye, mira qué bien.
Animal collective:
Que Animal colective es un grupo difícil de escuchar es un eufemismo. Mejor decir directamente que me es imposible ponerme entero cualquiera de sus discos sin terminar queriendo invadir Polonia Baltimore.
Presentaron las canciones de su futuro disco y dejaron para el final el pequeño repaso de algunos de los temas de Strawberry Jam como Peacebone o Fireworks, alargada en directo durante más de 10 minutos. Si alguna vez vuelvo a verles en directo, que lo dudo, me encargaré de destrozar mis principios antidrogas y me meteré una pastilla, a ver si así logro alcanzar una especie de estado extrasensorial que me lleve a ver naves en llamas más allá de Orion.
Con grupos así, me pregunto si tanta devoción y entusiasmo del público no responde en gran parte a una pose o dogma modernil del estilo "me gustan porque me han de gustar". Quizás sea cierto que el mundo se ha llenado de gente con oídos entrenados para adorar fanáticamente este tipo de música, pero la intuición y la experiencia me hacen ser bastante escéptico al respecto.
Vive la fête:
Tras soportar estoicamente hora y media larga de Animal collective y reprimir mis ansias de invasiones ilegales, Vive la fête supusieron una especie de contrapunto caído del cielo.
Me encantan los grupos cuyos vocalistas tienen partes de su anatomía que ejercen una atracción hipnótica. En 2006, Paul Smith, de Maxïmo Park, se encargó de salir sin calzoncillos y con unos pitillos ajustadísimos, hipnotizándonos a todos con su paquete. En 2007, Els Pynoo, de Vive la Fête, hizo lo propio con sus tetas, pasando de sostenes y con una camiseta que potenciaba sus atributos. En ambos casos era absolutamente imposible mirar a otro lado.
Ayer Els no estuvo tan suelta con su delantera, aún así, su vestido de tiras dejaba adivinar a ratos sus pezones. ¡Si la censura americana se enterase! ¡La hecatombe! Aunque total... ¿no decían de esta mujer que terminaba en bolas en sus actuaciones en medio de una catarsis interpretativa? Que ahora simplemente le boten las tetas no debe suponer mucho para ella. Pero bueno, dejemos de hablar de mamellas, que va a quedar esto más soso que el Celebrities de Alaska.
Qué decir de un grupo que se llama Viva la fiesta que no resulte obvio. Pues nada, que da igual que sea difícil diferenciar unas canciones de otras, que da igual que su fórmula musical rockgóticoelectropopera esté más que gastada después de cinco discos... son la bomba. Desde el comienzo con el vals del Danubio Azul, hasta el final con la versión del Popcorn de Gershon Kingsley (y otra vez el Danubio Azul).
Russian Red:
Llegamos puntuales, lo juro, pero ya habían empezado. Espero que sólo fuera el primer tema.
Con conciertos como los de Russian Red, con una propuesta más intimista, te das cuenta del asco que da el público de los festivales. No se callan ni debajo del agua. Ni los que están ahí para ver a otro artista del cartel, ni los que han venido a ver al artista en cuestión. Estos últimos es para ponerlos en fila, empujarlos por un precipicio y disfrutar oyéndoles gritar hasta que se estampen. Así, tal cual.
A pesar de todo y gracias al elevado volumen, en ocasiones en el límite de lo doloroso, se pudo disfrutar del concierto, en el que Lourdes que repasó uno por uno los temas de su disco debut, I love your glasses, una auténtica joya del folk, cambiando la versión de Girls just wanna have fun por el I'm sorry de Brenda Lee, para poner la guinda al concierto.
Por su juventud, su voz y su talento, estamos ante una de las futuras grandes promesas del panorama nacional. Ha empezado con buen pie, sin duda.
Vetusta Morla:
Un día en el mundo, el disco debut de estos chicos, me gustaba sin calarme del todo. Pero desde ayer me declaro absoluto groupie. No puedo mas que quitarme el sombrero ante el pedazo de concierto que dieron, y es que ante tal potencia me quedé "como gato panza arriba" (como comentó Facto momentos después). Los temas crecieron hasta hacerse enormes encima del escenario, con un público entregado coreando cada canción.
No sé muy bien qué más comentar, porque describirlo sería quedarse corto. En breve hablaré del disco para poder explayarme a gusto.
Facto Delafé y las Flores Azules:
Voy a empezar a pensar que la maldición del segundo concierto es cierta. Dieron un concierto prácticamente clavado al del FIB, pero en julio sonaron tremendos, potentes. Ayer no. Quizás fue porque estaba cerca y el sonido llegaba mejor atrás, quizás fue porque en el FIB el volumen era aplastante, quizás fue porque en Benicàssim fueron la sorpresa, para mí y para ellos, que estaban agradecidos y asombrados ante la acogida que tuvieron, quizás fue porque después de Vetusta Morla cualquier cosa hubiera sonado menos potente. El caso es que no fue lo mismo.
Aun así disfruté como el que más. Gigantes instantes con Desde el este, La luz de la mañana, La meta volante, Mar el poder del mar, Gigante, Muertos, Pronombres, La Juani, Enero en la playa, Combates cotidianos, El indio, Sólo palabras, Pasan las luces, ... ¿todas? Pues sí. Y el final con La fuerza y Poquito a poco, y ese "Sólo un último favor, cerrad los ojos. Y ahora sonreid, venga que nadie mira".
¡Dale gas!
Llegamos puntuales, lo juro, pero ya habían empezado. Espero que sólo fuera el primer tema.
Con conciertos como los de Russian Red, con una propuesta más intimista, te das cuenta del asco que da el público de los festivales. No se callan ni debajo del agua. Ni los que están ahí para ver a otro artista del cartel, ni los que han venido a ver al artista en cuestión. Estos últimos es para ponerlos en fila, empujarlos por un precipicio y disfrutar oyéndoles gritar hasta que se estampen. Así, tal cual.
A pesar de todo y gracias al elevado volumen, en ocasiones en el límite de lo doloroso, se pudo disfrutar del concierto, en el que Lourdes que repasó uno por uno los temas de su disco debut, I love your glasses, una auténtica joya del folk, cambiando la versión de Girls just wanna have fun por el I'm sorry de Brenda Lee, para poner la guinda al concierto.
Por su juventud, su voz y su talento, estamos ante una de las futuras grandes promesas del panorama nacional. Ha empezado con buen pie, sin duda.
Vetusta Morla:
Un día en el mundo, el disco debut de estos chicos, me gustaba sin calarme del todo. Pero desde ayer me declaro absoluto groupie. No puedo mas que quitarme el sombrero ante el pedazo de concierto que dieron, y es que ante tal potencia me quedé "como gato panza arriba" (como comentó Facto momentos después). Los temas crecieron hasta hacerse enormes encima del escenario, con un público entregado coreando cada canción.
No sé muy bien qué más comentar, porque describirlo sería quedarse corto. En breve hablaré del disco para poder explayarme a gusto.
Facto Delafé y las Flores Azules:
Voy a empezar a pensar que la maldición del segundo concierto es cierta. Dieron un concierto prácticamente clavado al del FIB, pero en julio sonaron tremendos, potentes. Ayer no. Quizás fue porque estaba cerca y el sonido llegaba mejor atrás, quizás fue porque en el FIB el volumen era aplastante, quizás fue porque en Benicàssim fueron la sorpresa, para mí y para ellos, que estaban agradecidos y asombrados ante la acogida que tuvieron, quizás fue porque después de Vetusta Morla cualquier cosa hubiera sonado menos potente. El caso es que no fue lo mismo.
Aun así disfruté como el que más. Gigantes instantes con Desde el este, La luz de la mañana, La meta volante, Mar el poder del mar, Gigante, Muertos, Pronombres, La Juani, Enero en la playa, Combates cotidianos, El indio, Sólo palabras, Pasan las luces, ... ¿todas? Pues sí. Y el final con La fuerza y Poquito a poco, y ese "Sólo un último favor, cerrad los ojos. Y ahora sonreid, venga que nadie mira".
¡Dale gas!
Ayer fue el concierto grande del Greenspace. Enrique Morente, dos guitarristas acústicos, 5 cantaores, 6 cantaoras, un bailarín, y las guitarras, el bajo y el batería de Lagartija Nick. Toma despliegue.
Antes de meterme de lleno con el concierto, decir que finalmente fue AID la ganadora del concurso de música. La viguesa de 17 añitos convenció al jurado y, sinceramente, de las tres propuestas finalistas fue la mejor. Carlos Madrid quedó segundo y Cool63 quedaron en tercer lugar, menos mal.
Enrique Morente y Lagartija nick:
Ya han pasado 12 años desde que Enrique Morente tuviera la genial idea de mezclar flamenco, rock, Lorca y Cohen, con Lagartija Nick. Hoy en día, el disco sigue sonando actual, quizás porque el flamenco es un mundo mayoritariamente ortodoxo y hermético, empeñado en anclarse y estancarse en el pasado; o quizás porque es una obra maestra, se compare con lo que se compare.
Buscando información me he topado con una noticia de El País de abril de este año, cuando Enrique Morente retomó este disco para llevarlo a los escenarios. Me ha llamado la atención este párrafo, en el que Morente recuerda las primeras reacciones ante su disco.
Para hacerse una idea de la revolución que supuso la salida del disco, Morente recuerda que, antes de su publicación, el cantaor se presentó en el madrileño teatro Albéniz con Tomatito, en un concierto "muy flamenco y muy clásico" que había levantado a los aficionados de los asientos. "La equivocación estuvo en el bis. Lo teníamos todo preparado, se levantó el telón y allí estaba Lagartija Nick con su banda e interpretamos Omega. El tema duró 10,40 minutos, pero los insultos en el hall duraron más de una hora".Ayer no hubo insultos, todo lo contrario. Comenzaron todos los cantaores y Morente alrededor de un simple bidón, donde cada uno fue arrancándose a cantar con el coro de voces del resto de fondo. Después vino una primera parte de cante jondo con los temas más puristas del disco, completando la primera hora de concierto, que a mi personalmente se me hizo un poco larga, más por cuestión mía, que el flamenco puro y duro no es santo de mi devoción. Y tras un descanso en el que salieron las cantaoras, apareció de nuevo Morente con Lagartija Nick, para ir desgranando temas como Omega, Manhattan, Vuelta de Paseo o la tremenda versión del Halelujah de Leonard Cohen. Pasada la media noche, aún tuvo que salir a hacer un segundo bis ante la insistencia del público, que tras un primer bis en forma de tablao flamenco, puso la guinda con La aurora de Nueva York.
Toda una experiencia.
Ayer empezaron los conciertos de la cuarta edición del Greenspace, y última hasta próximo aviso, porque van a restaurar las naves. ¿Harán algo decente para mejorar la acústica?
Fue el día de las bandas emergentes, con las actuaciones de Giulia y los Tellarini, Poet in process, Polock y de los tres finalistas del concurso de música de este año: Cool63, AID y Carlos Madrid. Hoy se conocerá el ganador definitivo.
Giulia y los Tellarini:
Aparte de ser los autores de la canción de Vicky, Cristina, Barcelona, también son los artífices de Eusebio, un primer disco en el que esta italiana y su banda de ocho músicos mezclan México, Italia, chançon, tango... y demás estilos con un sonido absolutamente orgánico y de calidad. Fue un placer ver encima de un escenario un despliegue de ocho músicos y una cantante, tocando una música llena de matices y con una Giulia que empezó tímidamente, pero que terminó soltándose con el público.
Ya veremos donde acaban de aquí a un tiempo, cuando el boom Woddy Allen haya pasado y tengan que defenderse solos en una escena barcelonesa saturada de grupos de fusión. Aquí al menos fueron la nota exótica del festival.
Poet in process:
Más frío me dejó la propuesta de Poet in process, que tienen también un disco debut desde hace unos meses, Free Way. Tocan bien, tienen buen sonido y se les nota la experiencia encima de los escenarios, pero su música, que a ratos me recuerda a los Cranberries aunque sin los excesivos gorgoritos de O'Riordan, termina siendo demasiado convencional, trasnochada y un poco monótona. Les veo faltos de carisma y personalidad, sobre todo a su vocalista, como para que terminen despuntando más allá de haber metido una canción en la banda sonora de Hellboy 2.
Polock:
La sensación de la noche, sin duda. Tienen actitud, imagen y las ideas claras. No terminan de creérselo, porque estuvieron un poco sosos, o vergonzosos, con el público, pero yo les animaría a sacar un poco de arrogancia y vanidad encima del escenario. La modestia que se la queden otros. Obviando la referencia clara a The strokes, a ratos sonaban a Franz Ferdinand, a ratos me recordaban a Phoenix...
Todavía les falta repertorio para un concierto de casi una hora, pero acaban de empezar y los cinco temas que han metido en el EP (que terminé comprándome) son realmente buenos: Tangerines and unicorns o Nice to meet you son dos hits directos, sin más. El estribillo, la letra y la luminosidad de la primera hace que entre a la primera; y el comienzo oscuro de la segunda, contrastado con lo naif del estribillo y las estrofas, forman una combinación perfecta. High on life y Faster Love no se quedan atrás. Y Nightshot tiene un auténtico trallazo por estribillo.
Si estuvieran en Reino Unido, el NME ya les habría encumbrado. He dicho.
Por otro lado, intercalados con los tres conciertos, tocaron los tres finalistas del concurso de música.
Carlos Madrid apunta maneras como cantautor, pero le queda mucho por hacer. Tocó tres canciones al piano en las que se adivinaban unas letras bastante decentes, pero musicalmente es una propuesta muy limitada, por pulir en cuanto a instrumentación y matices, y sobre todo en cuanto a actitud escénica, porque tablas le faltan y timidez le sobra. Pero bueno, poco a poco.
De Cool63 no pienso decir nada de ellos excepto que son la típica panda de niñatos pijos imitadores de El canto del loco. Seguro que sus amigos se hartaton de votarles.
Y AID cerró el día de ayer con hip hop, que se queda bastante lejos de mis gustos musicales, y más desde un punto de vista tan purista como el de esta chica de Vigo. Vino acompañada de un scratcher y un breakdancer y fuerza no le faltó, desde luego. Quizás pueda abrirse un hueco en el panorama hip hop español, últimamente más reconocido y reconocible gracias a gente como La Mala Rodríguez o Vanexxa.
Y hasta aquí el miércoles. En unas horas, jueves, flamenco y rock.
Fue el día de las bandas emergentes, con las actuaciones de Giulia y los Tellarini, Poet in process, Polock y de los tres finalistas del concurso de música de este año: Cool63, AID y Carlos Madrid. Hoy se conocerá el ganador definitivo.
Giulia y los Tellarini:
© Liberto Peiró
Aparte de ser los autores de la canción de Vicky, Cristina, Barcelona, también son los artífices de Eusebio, un primer disco en el que esta italiana y su banda de ocho músicos mezclan México, Italia, chançon, tango... y demás estilos con un sonido absolutamente orgánico y de calidad. Fue un placer ver encima de un escenario un despliegue de ocho músicos y una cantante, tocando una música llena de matices y con una Giulia que empezó tímidamente, pero que terminó soltándose con el público.
Ya veremos donde acaban de aquí a un tiempo, cuando el boom Woddy Allen haya pasado y tengan que defenderse solos en una escena barcelonesa saturada de grupos de fusión. Aquí al menos fueron la nota exótica del festival.
Poet in process:
© Liberto Peiró
Más frío me dejó la propuesta de Poet in process, que tienen también un disco debut desde hace unos meses, Free Way. Tocan bien, tienen buen sonido y se les nota la experiencia encima de los escenarios, pero su música, que a ratos me recuerda a los Cranberries aunque sin los excesivos gorgoritos de O'Riordan, termina siendo demasiado convencional, trasnochada y un poco monótona. Les veo faltos de carisma y personalidad, sobre todo a su vocalista, como para que terminen despuntando más allá de haber metido una canción en la banda sonora de Hellboy 2.
Polock:
© Liberto Peiró
La sensación de la noche, sin duda. Tienen actitud, imagen y las ideas claras. No terminan de creérselo, porque estuvieron un poco sosos, o vergonzosos, con el público, pero yo les animaría a sacar un poco de arrogancia y vanidad encima del escenario. La modestia que se la queden otros. Obviando la referencia clara a The strokes, a ratos sonaban a Franz Ferdinand, a ratos me recordaban a Phoenix...
Todavía les falta repertorio para un concierto de casi una hora, pero acaban de empezar y los cinco temas que han metido en el EP (que terminé comprándome) son realmente buenos: Tangerines and unicorns o Nice to meet you son dos hits directos, sin más. El estribillo, la letra y la luminosidad de la primera hace que entre a la primera; y el comienzo oscuro de la segunda, contrastado con lo naif del estribillo y las estrofas, forman una combinación perfecta. High on life y Faster Love no se quedan atrás. Y Nightshot tiene un auténtico trallazo por estribillo.
Si estuvieran en Reino Unido, el NME ya les habría encumbrado. He dicho.
Por otro lado, intercalados con los tres conciertos, tocaron los tres finalistas del concurso de música.
Carlos Madrid apunta maneras como cantautor, pero le queda mucho por hacer. Tocó tres canciones al piano en las que se adivinaban unas letras bastante decentes, pero musicalmente es una propuesta muy limitada, por pulir en cuanto a instrumentación y matices, y sobre todo en cuanto a actitud escénica, porque tablas le faltan y timidez le sobra. Pero bueno, poco a poco.
De Cool63 no pienso decir nada de ellos excepto que son la típica panda de niñatos pijos imitadores de El canto del loco. Seguro que sus amigos se hartaton de votarles.
Y AID cerró el día de ayer con hip hop, que se queda bastante lejos de mis gustos musicales, y más desde un punto de vista tan purista como el de esta chica de Vigo. Vino acompañada de un scratcher y un breakdancer y fuerza no le faltó, desde luego. Quizás pueda abrirse un hueco en el panorama hip hop español, últimamente más reconocido y reconocible gracias a gente como La Mala Rodríguez o Vanexxa.
Y hasta aquí el miércoles. En unas horas, jueves, flamenco y rock.
Desde el 2005 no iba al FIB. Entonces fui sólo un día, el domingo, porque me tocó una entrada. Era el primer festival al que iba, y yendo sólo un día no podía juzgar demasiado. Ahora que ya he ido a unos cuantos, puedo empezar a despotricar, aunque eso lo dejaré para el final, primero los conciertos.
Krakovia
Suenan bien en directo, la verdad, pero lo de este grupo es un poco, como decirlo... vamos, que no me convencen. En el fondo no dejo de verlos como una versión rockabilly de Cycle, sólo que en lugar de La China Patino, tienen a una rubia que se quita la falda a mitad de concierto. Correctos, pero no sorprendentes. Eso sí, anda que no les vino bien ser los que abrían el Escenario Verde sin ningún otro concierto en ninguna carpa, vamos, que estaban todos los guiris allí dispuestos a darles una oportunidad.
Nada surf
Sus discos son de esos que ni me gustan ni me disgustan, se dejan escuchar, pero no me apasionan hasta el punto de aprenderme las letras o ponérseme los pelos de punta. El caso es que en concierto saben montárselo muy bien, animan al público, y que hablen un español perfecto le da un puntito a su favor.
Sigur Rós
Los grandes del jueves, dieron un concierto de hora y media que a mi me dejó un poco frío. No sé por qué, pero tengo muy arraigado en la memoria el concierto que dieron en el Summercase del 2006, más intenso, más oscuro y con un público más entregado. Aquel año me quedé con ganas de escuchar Svefn-g-englar, y este año me dieron la satisfacción de empezar el concierto con ella,... me temblaban las manos literalmente, mientras llamaba a Sartre para que la escuchara por el móvil, se me saltaban las lágrimas y se me ponían los pelos de punta, pero ahí quedó la cosa, en general fue un concierto falto de volumen y fuerza, y por muy aparente que les quedara el nuevo single, con las palmadas del público y el confeti,... no me convencieron. Prefiero a unos Sigur Rós atronadores y oscuros, y no blanditos y poppies.
Facto Delafé y las flores azules
Sin duda, la sorpresa del festival. Me acerqué a verles sin expectativas, ya que en disco suenan tan tranquilos, me esperaba uno de esos conciertos un poco muermos, en los que te pasas más tiempo cagándote las cuatro guiris modernas de mierda que no se callan, que disfrutando de la música. Pero Facto, Delafé y Helena (las flores azules) montaron una auténtica fiesta, a medio camino entre el hip-hop y el pop, llenaron el escenario de globos y confeti, y le dieron a las canciones toda la fuerza que requerían para un directo. No faltaron "Mar, el poder del mar", "Enero en la playa", "Gigantes", "Muertos", "El indio", "La Juani",... y cuando se despidieron con eso de "vamos a pedirte un favor, sonríe, si tú, sonríe, venga, que nadie mira", consiguieron poner la guinda a un concierto genial.
No se cansaron de agradecernos la gran aceptación que tuvieron y de repetir que no se esperaban para nada aquello... yo creo que ninguno nos lo esperábamos.
El columpio asesino
Estos pamplonicas son inclasificables, entre el rock, el punk, con un puntito electrónico,... No les había prestado mucha atención antes del FIB, pero tras este concierto sin duda lo haré.
Hot chip
La expresión "reventar una carpa" le viene perfecta a este concierto. Nunca han sido santo de mi devoción, pero hay que reconocer que siendo un grupo guiri en el festival español más guiri, tenían todos los puntos para montarla bien montada. Empujones, saltos, calor, sudor y un público puesto hasta el culo y entregadísimo, a esto le añades unas dosis de electrónica bailable friky, y ahí lo tienes, uno de esos conciertos en los que si no puedes con tu enemigo, mejor unirte a él y disfrutar como un hooligan más, a base de empujones, pisotones, codazos y la práctica del deporte oficial del FIB: "el lanzamiento de vaso medio lleno de cerveza". Divertidísimo.
Róisín Murphy
No puedo ser imparcial y objetivo con ella. Podría haber llegado y cantar nueve jotas, que yo la hubiera aplaudido igual. No fueron nueve jotas, fueron nueve de sus canciones, y nueve las veces que se cambió de vestuario. Desde luego, lo de ser la mujer más cool del mundo se lo gana a pulso. Llegó marcando pezones bajo un sueter blanco ajustadísimo, y se dedicó a degranar los singles de su último disco, un par de canciones del anterior, y Forever More del último de Moloko. La verdad es que supo a poco, pero así son los festivales y sus conciertos cronometrados de una hora.
Mika
Cerraba el Escenario Verde y lo bordó. Con una escenografía circense, confeti, serpentinas, piruletas, flores, bailarinas gordas, muñecas hinchables, payasos, etc., repasó prácticamente todo su disco de principio a fin, incluyendo un bonus track y el cover de "Just can't get enough" de Depeche Mode. Su disco me divierte y me aburre según el tema, pero hay que reconocer que en directo se defiende perfectamente y monta un buen espectáculo.
The national
Otro al que fui sin los deberes bien hechos y que a raíz del concierto seguro que los escucho más. Bastante público y bastante entregado para ser el domingo a primera hora, o la gente no se drogó mucho el sábado, o es que vinieron muchos domingueros, a saber.
Death cab for Cutie
El concierto más esperado del día para un servidor. Y a pesar de que se olvidaron bastante de Transatlanticism y Plans, me dejaron satisfecho. Eso sí, terminar con "Transatlanticism" y su "I need you so much closer..." le deja a uno roto en mil pedazos. Sí, soy un sentimental, ¿qué pasa?
Calvin Harris
A partir de aquí, el festival fue fiesta, fiesta y más fiesta. Empezó Calvin Harris (productor entre otras cosas del "In my arms" de Kylie la australiana) con su house-funk-disco-electro... y algunos géneros más, haciendo bailar hasta al más soso del público.
Justice
En la misma carpa de los tres anteriores, montaron en cuestión de minutos dos torres de amplificadores y una tabla de mezclas con una cruz luminosa. Sí, era el turno de Justice, y sí, ya he comentado otras veces que a mi el fenómeno DJ no me apasiona, que no termino de entender un concierto de Chemical Brothers, Daft Punk, Fatboy Slim... pero me deshice de mis prejuicios y me dispuse a sufrir otro "Hot chip" en mis carnes. Lo sorprendente es que el público se dedicó a bailar sin empujar, sin codazos, sin pisotones, sin casi lanzamientos de vaso... vamos, que la carpa estaba a reventar, pero fue todo un gustazo. No faltó ninguno de los temas de su disco, y por supuesto, no se olvidaron de su remix del "We are your friends" de Simian, que el público terminó coreando una vez acabado el concierto mientras salían de la carpa. En el fondo, esa es la magia de los conciertos, la capacidad de reunir a un montón de gente con un mismo fin. Disfrutar.
Yelle
Y para terminar, me dispuse a seguir con la fiesta y descubrir a esta francesita en concierto. Con menos público (que deberían estar viendo a Siouxie), todo se prestó a seguir bailando sin parar. No faltaron Je veux te voir ni A cause des garçons con trozo de remix incluido, que daban ganas de ponerse a bailar tecktonik en plan french-bakala... hubiera sido un puntazo.
Y ahora... el festival. Desde hace tiempo ya se sabía que Benicàssim se había convertido en un festival para guiris en busca de fiesta y playa, pero nunca imaginé que llegaría a tal extremo. El público español debe representar como mucho un 15-20%, hasta el punto de sentir que el extranjero eres tú. Siendo así, el grado de hooliganismo resulta a veces insoportable, y es que no he visto público más desfasado y mal educado en ningún otro festival. Lo de "Lanzamiento de vaso medio lleno de cerveza" como deporte oficial del FIB no es coña, y es algo que nunca había visto en ningún otro festival. Demasiado guiri en edad erasmus para mi gusto, pero bueno, supongo que es la única forma que tienen de llenar cada año, y visto el negocio, lo demás les da un poco igual. Si quieres un público educado, mucho mejor el Primavera Sound.
Los tickets a 2,5 euros, y por consiguiente, las botellas de agua, los mini refrescos y las mini cervezas a 2,5 euros, es un robo. Si vuelvo otro año, me lo llevo todo de casa en una nevera en el coche, y a mamarla. Eso sí, la rapidez de los camareros deja en bragas a cualquier otro festival, prácticamente llegabas y pedías.
La organización de escenarios deja bastante que desear. Supongo que todo es causa de tener un sólo escenario grande y dos carpas. No sé si se han llegado a plantear terminar con las carpas y poner escenarios, mejoraría bastante el sonido y los asistentes no sufriríamos la sauna en la que se convierten las carpas en los conciertos más concurridos. Por otro lado, la organización de horarios en el Summercase o el Primavera Sound te permite estar yendo entre los escenarios grandes, perdiéndote como mucho las dos primeras canciones de cada concierto, es decir, puedes ver más conciertos, cosa que en el FIB no pasa, porque está organizado de forma que cada escenario es independiente, con su media hora entre conciertos, y punto. Eso es un punto grande en su contra, siendo además que el precio del abono es casi el doble entre el FIB y otros festivales.
En definitiva, que me tendrá que gustar muuucho el cartel para que vuelva.
Ya estamos de vuelta el señor Sartre y yo (y toda la compañía restante) a nuestra querida y odiada Valencia. No recuerdo haber estado tan cansado en mi vida... o me he hecho mayor en cuestión de meses, o por una extraña razón el Summercase cansa menos que el Primavera Sound. Aún así, ha merecido la pena. Lástima que por cuestiones laborales este pueda ser mi primer y último Primavera Sound, porque si todos son como éste, repetiría sin dudarlo todos los años. Pero bueno, vamos a lo que vamos, que es comentar y criticar los casi 20 conciertos que vimos en tres días.
El Jueves abría a lo grande con MGMT en el escenario Rockdelux, uno de los grupos del momento, con su psicodelia, y su rock con toques electrónicos que ya comenté en su día. El concierto, correcto. Ser de los primeros no ayuda, porque la gente no está caliente, pero también es cierto que les faltó fuerza, sobre todo en sus dos canciones estrella Time to pretend, en la que se echó en falta más volumen, y Kids en la que no entiendo por qué se limitaron a poner la música pregrabada y cantar encima prescindiendo del resto de la banda... aún así, una buena forma de abrir el festival.
Tras la necesaria escapada para comprar tickets de bebida, una cerveza y de vuelta al Rockdelux con The Notwist, desconocidos para un servidor, y recomendados por Sarte y compañía, sin ser una gran sorpresa, dieron un concierto decente, donde descubrí su música entre la electrónica, el rock, y los finales ruidosos.
Un perrito caliente y una cerveza sirvió de escasa cena y en seguida hacia el escenario Vice Jägermeister, el escenario con más encanto del festival, por su localización bajando las escaleras de la Pérgola Fotovoltaica del Fòrum. Allí nos esperaban British Sea Power, con su sonido entre la épica y el pop, y alguna que otra ida de olla, para sorpresa de un servidor. Otro descubrimiento más que apuntar a la lista.
Tras ellos, de vuelta al Rockdelux para esperar a que acabaran Public Enemy, de los que han comentado que dieron un concierto buenísmo, pero que a mi, con mi pereza hacia el hip-hop, me daban un poco lo mismo. Y sentadito en esas maravillosas gradas, vi el concierto más esperado por todo el mundo, Portishead. Que sí, que dieron un concierto buenísimo, que metieron sus éxitos entre medias de las nuevas canciones, que Beth Gibbons canta y hasta Dios se calla para escucharla... pero a mi, me dan pereza (ahora es cuando bajo a la calle y dos millones de gafapastas están esperándome para quemarme en la hoguera). Total, que a falta de un par de canciones para el final, me fui un rato a descubrir a Caribou en el escenario CD Drome... y vaya, debería haberme quedado a ver finalizar Portishead, porque todo lo que prometía Caribou se desvaneció en medio de un concierto ruidoso y atronador donde me fue imposible descubrirles decentemente, así que habrá que redescubrirles en casa. Si lo llego a saber, hubiera visto a Explosions in the Sky, que con que hubieran dado un concierto la mitad de especial que el que dieron en el Wintercase, me hubiera bastado.
Bajamos de nuevo al Vice, donde esperamos ansiosos como groupies al grupo revelación del año, Vampire Weekend. De tan groupies que somos, la cagamos, porque el sonido en las primeras filas era atronador y nos comentaron que más atrás se oía mucho mejor... aún así, el concierto más divertido de todo el festival, y es que estos neoyorquinos saben montarla bien.
Y como cierre al Jueves, de nuevo en el CD Drome, con Midnight Juggernauts y su electrónica para modernas que a mi me dejó un poco igual, con un sonido un tanto atronador... lástima, porque tienen pinta de sonar bien en los discos.
El Viernes, directamente al Auditori a ver a The Swell Season. Aparte de descubrir el Auditori del Edificio Fòrum, el concierto, para mi que estoy enamorado del cantante, de la película (Once) y de todo,... pues fue ideal. Empezó con Say it to me now, sin micro y entre el público, repasaron los principales temas de la banda sonora y el disco, y tocaron unos cuantos nuevos. Como ya dije en su día, no han revolucionado nada con su música, pero tienen la capacidad de hacer canciones que emocionan, que ya es mucho.
Tres canciones de The Cribs que no me terminaron de convencer, y de inmediato al Vice a ver a The Mary Onettes, otro descubrimiento que me apunto a la lista, y de los que espero que con ese puntito Editors, me cansen mucho menos. Y sin terminar el concierto, de vuelta al Rockdelux a descubrir a Bishop Allen, que sonaron tan bien, que están apuntados en la lista sin reparo alguno.
El panorama del Viernes se planteaba un tanto extraño, sería porque era el día que menos artistas conocía, y funcionar a base de descubrimientos está bien, pero un concierto de alguien que conoces es necesario de vez en cuando. Así que tras un tiempo de vagar entre las barras, The Sonics y los puestos de comida, milagrosamente decidieron acompañarme a ver a Autolux, que entre tanto pop, folk y electrónica, ya hacía falta un poco de ruido y guitarreo oscuro. El concierto tuvo momentos gloriosos con "Blanket", "Angry Candy" o "Sugarless". A ver si vuelven pronto con un sucesor a su primer disco.
Tras ver el final de Why? y hacer la coña tonta de decir lo guay que sonaba Why?, me dejé engañar por el señor Sartre, para esperar sentados en las primeras filas a Cat Power, que no sé que tiene de Cat, pero de Power tiene poquísimo. Un absoluto coñazo de concierto, con huída al césped para descansar incluida. Su último disco de versiones me cansa y sigo sin entender que la emparenten con Feist, cuando ésta le da mil patadas en la boca.
A continuación empezaba The Go! Team, pero nosotros, que somos mas chulos que nadie, decidimos irnos a ver los puestos de merchandising, donde me había comprado el disco de The Gossip por 9€, y a cambiar los tickets del día anterior para beber más cerveza. Total, que acabamos viendo un rato de The Go! Team, cuyo concierto fue para la mayoría una tremenda fiesta, menos para mi, porque su propuesta musical no me apasiona.
Terminamos huyendo al CD Drome, para terminar de ver pinchar a Robert Hood y tragarnos la sesión entera de Ellen Allien, con dos remixes de Björk y el nuevo single de Portishead incluidos. Tras bailar, beber y que nos pidieran pastillas en varias ocasiones, mi cuerpo decidió que no podía más, y mientras unos se quedaban con Supermayer y otros con Holy Fuck, yo me fui a mi hostalito, a ver si conseguía acallar a mi riñones.
El Sábado sólo tenía claros dos conciertos, el de Rufus y el de Apparat. Pero el día empezó descubriendo a Port O'Brien, apuntadísimos en mi lista de futuras escuchas; y un trocito de Okkervil River, apuntados con menos intensidad. Trocito, porque a mitad empezaba el concierto del que es para mi el descubrimiento del festival... si, porque Fanfarlo, a medias entre la épica de Arcade Fire y el deje vocal de Clap your hands say yeah, tienen todos los puntos, con un solo concierto, de convertirse en otro de mis grupos fetiche.
Tras ellos y una tranquila cena, dándole un respiro a nuestros riñones, nos fuimos a ver a Rufus Wainwright. Qué decir de Rufus,... bueno, lo primero la próxima vez que le vea, quiero verle con toda la banda, y lo segundo,... un cero patatero para la organización del festival por no ponerle en el Auditori, porque el concierto hubiera pasado de ser genial a ser inmenso, y nos hubieramos ahorrado esos momentos en los que se oía la música de los otros escenarios. Empezó con Art teacher, y a mi se me cayeron las bragas al suelo (por no decir donde fueron a parar las bragas de Sartre), y entre comentarios más o menos ácidos, fue desgranando temas varios de su amplia discografía, él solito, con su piano o con sus guitarras... y es que ya lo han dicho antes que yo, pero es impresionante como el tío solo, con un piano y una guitarra, puede llenar de esa manera el escenario. Se hizo tremendamente corto, por desgracia.
Cualquier cosa que pudiéramos ver a partir de entonces, no podía compararse ya, pero aún nos dio tiempo a ver un trocito de la propuesta flamenco-rockera (más flamenca que rockera) de Enrique Morente y Lagartija Nick, volver a comer (otra vez) y decidirnos por ir a bailar un rato con la sesión de Alan Braxe, famoso DJ y productor, que se dedicó a montar una buena fiesta a la que se fue apuntando cada vez más gente, hasta llenar el Vice.
A continuación, y con todas las intenciones de ver a Les Savy Fav, nos entró el agobio cuando llegamos al escenario ATP y nos lo encontramos lleno hasta los topes, así que como los riñones nos gritaban pidiendo clemencia, decidimos volver al Rockdelux a sentarnos en las gradas un rato mientras escuchábamos a Tindersticks.
Y ya para finalizar, me quedé solito para ver a Apparat... que dieron un concierto lamentable, tardaron un montón en preparar los instrumentos, los técnicos daban pena, se les fue el sonido en dos canciones y como empezaron media hora tarde y por cuestiones de organización no pudieron terminar media hora después, tocaron 6 o 7 canciones, con una actitud por su parte muy mala, por los problemas con el equipo técnico.
Me hubiera gustado terminar la noche borracho perdido bailando en la actuación de Kavinsky, que según el libreto de artistas lo situaban en un punto intermedio entre Justice y Daft Punk (no sé muy bien dónde está ese punto intermedio, la verdad), pero la compañía falló, se puso a llover a cántaros, y bajo mi chubasquero puse rumbo al hostal,... que en 6 horas salía el tren de vuelta y había que descansar un poco.
En resumen, un gran festival, al que me hubiera gustado ir conociendo más grupos, pero que me ha servido para descubrir en directo a unos cuantos, que siempre mola más que descubrirlos en casa. Espero poder repetir algún año.
Bueno, ayer acabó el Wintercase de este año. Esta edición con una gira menos que otros años, con un precio superior al de otros años, y con bajadas de precios tras la gira de presentación, así sin avisar, que a uno se le queda cara de tonto al pensarlo. Pero entremos en lo que importa, lo conciertos:
Spiritualized + Soulsavers + Mishima:
En la gira de presentación desgraciadamente me perdí a Mishima, es lo que tiene empezar demasiado pronto, que uno tiene cosas que hacer y no puede plantarse tan pronto en la sala. Por otro lado ni Spiritualized ni Soulsavers me dejaron muy satisfecho, cierto es que no son santos de mi devoción, pero a pesar de dar unos conciertos correctos, su actitud encima del escenario pecó de fría, incluso distante, ni un "gracias" ni un "thank you" ni un nada de nada, tal cual llegaron, se fueron. La sala tampoco estaba muy llena, ni el ánimo del personal estaba subido. En fin, que si hubiera sabido antes que iban a bajar 20 euros el precio del abono tras la gira de presentación, me lo hubiera comprado después.
Ratatat + Super Furry Animals:
Quizás la mejor gira del festival. Parece que este año ha sido el año de los grupos instrumentales. Ratatat y Explosions in the Sky han desmotrado que no es necesario cantar para hacer música, bueno... eso estaba más que demostrado hace siglos, pero que hoy en día salgan a la palestra grupos así es cuanot menos curioso. Ratatat dio un concierto corto, cortísimo, pero correcto,... espero que su música guitarrera robótica no termine por quemarse a si misma, porque su propuesta es interesante.
Y Super Furry Animals, pues qué decir, que dieron el mejor concierto del festival, que tienen un disco recien salido del horno "Hey Venus!" que es una joya y que me gusta mucho más desde el concierto, y que hicieron un repaso tremendo por toda su discografía en un concierto de casi 2 horas,... y que a pesar de su estilismo, son y han sido los mejores. Y eso que no les conozco a fondo, que si no me veo más emocionado que "el notas del concierto", un personajillo con gorro y gafas de sol blancas que se dedicó a demostrar al público y al grupo que en este mundo tiene que haber de todo.
How I Became the Bomb + The Boxer Rebellion + Editors.
El día que más llena ha estado la sala, y es que Editors llena, para qué negarlo. How I Became the Bomb nos regalaron media horita de canciones repasando su EP "Let's Go" y metiendo algún tema nuevo, muy buenas "ROBO", "Killing Machines", etc... fueron los mejores de la noche.
The Boxer Rebellion, los metieron con calzador por cuestiones de contrato, eran los teloneros de Editors en la gira europea, y tenían que seguir siéndolo. Empezaron sonando bien, no los conocía en absoluto, pero después del tercer tema me terminaron cansando, su propuesta es un tanto anodina y pretenden una épica y una trascendencia que se queda hueca... lo siento por ellos, pero no me convencieron.
Y Editors... ay Editors... no sé si fue que en el Summercase tocaron sólo 40 minutos, o que estaba más lejos del escenario y no vi las frikadas del cantante, o es que no las hizo entonces y ahora sí, porque se ha dado un golpe en la cabeza. El caso es que no me cuadran ciertas actitudes cuando se hace una música contundente y épica (o con esa pretensión). Me cansaron, mucho, pecaron de lineales, aunque ya lo son en los discos, y quizás estaba todo demasiado centrado en el cantante, pareciendo en ocasiones que el resto del grupo estaba allí por estar. El público en general, frío, menos en las dos últimas canciones, que hicieron un poco el burro y se fueron contentos a casa. ¿Yo? Tal cual vine me fui,... Tom Smith me sorprendió en Julio por su voz, pero ahora... si, muy correcta y potente, pero falta de matices y registros. Una lástima.
Explosions in the Sky + Spoon.
Otro gran día de conciertos. Explosions in the Sky, con su rock instrumental progresivo dieron un concierto muy emotivo, a mi, que me encanta Sigur Rós, (con los que es inevitable hacer cierto paralelismo) me dejaron satisfecho. La propuesta musical de estos chicos es muy interesante, emocional, épica y trascendente,... es todo un lujo poder tener a grupos así gracias a festivales como este.
Spoon, más accesibles, también dieron un buen concierto, repasaron discos anteriores, aunque fue con las canciones de su último disco "Gagagagaga" con las que el público más se entregó. Me sorprendió la variedad de registros de la voz del cantante, y su buena actitud,... imposible no comparar con el fiasco que me llevé con el cantante de Editors.
Y hasta aquí el Wintercase de este año. Espero que el año que viene vuelvan a Presentación + 4 giras,... hubiera estado bien un dia más con The Gossip + LCD Soundsystem.