"Sweeney Todd, el barbero diabólico de la calle Fleet" se basa en una leyenda británica del siglo XIX que cuenta la historia de un barbero londinense al que un juez lo aparta de su familia, porque desea a su mujer, y como éste regresa quince años después de la cárcel para vengarse.

Adaptación del musical teatral, la película se convierte en una película con el sello indiscutible de Tim Burton, con una banda sonora escrita y compuesta por Stephen Sondheim, prestigioso y galardonado compositor.

Protagonizada por Johnny Depp, actor fetiche de Burton, y Helena Bonham Carter, esposa del director, con una fotografía y una ambientación increibles, unas voces protagonistas más que decentes, unas interpretaciones correctas y una atmósfera cargada de humor negro, es un verdadero placer para los sentidos. Sin más.

Quizá algunos la critiquen por ser muy "Burton", por ese estilo Disney-macabro, por no proponer nada nuevo, por ser demasiado "musical" (a ver, señores, es un musical, ¿qué quieren?), por haber creado demasiadas expectativas en algunos, o por detestar a Tim Burton otros, pero es innegable que estamos ante una buena película y una buena adaptación, que mantiene el ritmo en sus dos horas de duración, sin decaer y exponiendo todos los puntos claves de una historia tremenda, por su impecable realización y por lo que en sí nos cuenta.

Una historia oscura, sobre la venganza, la autodestrucción, el amor, la pasión y la búsqueda de la felicidad, donde las canciones no hacen más que potenciar la emotividad y el romanticismo. Aterradora y ácida a la vez, con escenas que lo mismo pueden causar la risa que el desmayo, y que fuera de esa clave de humor negro podrían resultar en exceso desagradables. Quien avisa no es traidor.

En definitiva, una gran obra de Tim Burton (y de su equipo técnico), que no se aleja de su particular sello, ni falta que le hace.


"For today I am a boy" (Antony and the Johnsons)