Ben Gibbard y su banda venían de dos discos muy buenos, Transatlanticism (2003) y Plans (2005), de los que hablaré algún día, y estaba complicado superarlos. Aún así, no han hecho un mal disco, no en vano Gibbard es un experto en hacer canciones sencillas, bonitas y emocionales, de esas que sin ser single, le dan al disco una entidad de conjunto más que decente.

A los singles indiscutibles, I will possess your heart, Cath... y Long division, se unen el resto de canciones en un orden bien pensado, o casi. El casi, es porque el primer (¿y único?) single I will possess your heart, tiene ocho minutazos de duración, empezando con una intro in crescendo que ocupa más la mitad del tema, y lo ideal es que ésta hubiera sido la canción que abriera el disco, y no Bixby canyon bridge, que rompe un poco. Tampoco me voy a poner tiquismiquis, pero ¿a que habría quedado mejor? Cuestiones de orden aparte, Bixby canyon bridge es un tema que empieza delicado en las primeras estrofas y termina siendo bastante guitarrero en los estribillos, con un final tirando a la psicodelia. Tras él, viene el ya mencionado single I will possess your heart, que muchos vieron como un suicidio por su larga intro y su duración, pero que con las escuchas mejora totalmente. Una melodía un tanto oscura, con una linea de bajo y piano muy simple que guía toda la canción y una letra sencilla y muy directa (You gotta spend some time, love, you gotta spend some time with me, and I know that you'll find love, I will possess your heart), una súplica de amor en toda regla. No sunlight pone el contrapunto con una melodía más luminosa, casi californiana. Cath... tiene pinta de single, se prestaría mucho para un video clip que nos mostrara a la Cath a la que está dedicada la letra, una mujer que vive en un sueño para escapar de su triste vida. Típica, pero bonita. Talking bird es una balada lenta, bastante poco original melódicamente. You can do better than me, tiene una instrumentación muy retro, al estilo de lo que hizo Camera obscura en su último disco, además tiene una letra de las que te sacan la sonrisa al final. Y muy bien enlazada, le sigue Grapevine fires, con unos coros cercanos al gospel. Your new twin sized bed, es otra canción bastante normalita, pero con una buena letra sobre una ruptura sentimental, además sirve bien de contrapunto para dar paso a Long division, el tema más directo de todo el disco, de esos que en los conciertos todo el mundo se pone a saltar. Y nos encaminamos hacia el final con Pity and fear y The ice is getting thinner, con unas bases con toques orientales la primera, y una lenta balada la última, con una de esas letras sobre crisis y rupturas que tan bien le salen al señor Gibbard.

Resumiendo, no es tan buen disco como los dos anteriores, que tenían una calidad melódica y estructural mucho mayor en todos y cada uno de sus temas y en conjunto. Pero es uno de esos discos agradables de escuchar y que va mejorando con el tiempo.

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