Maga · Blanco
Anónimo 29.10.08
Seis años hace ya desde que Maga sacara su disco debut. Titularlo Blanco es más una cuestión práctica, porque en realidad ninguno de los tres discos que llevan publicados tiene título, y para diferenciarlos se les ha bautizado extraoficialmente con el color correspondiente (Ya van Blanco, Negro y Rojo).

Blanco fue en su día todo un descubrimiento. Apadrinados por los fans de Los Piratas, Maga comparten varios puntos esenciales (jugueteo con bases electrónicas, letras surrealistas,...) aunque el resultado final es bastante distinto, más épico y minimalista en el caso que nos ocupa.

En su día tuve una relación amor/odio con estos tres sevillanos, y es que al principio cuesta hacerse con la característica voz del cantante. Me resultaba un tanto irritante, pero supongo que con el tiempo terminé acostumbrándome a ella.

El disco abre con Diecinueve y Agosto esquimal, los dos temas que les dieron a conocer y les encumbraron en su día, y con razón. Diecinueve es una delicada canción de amor, potenciada por las bases electrónicas (... y dormíamos tan juntos que amanecíamos siameses. Y medíamos el tiempo en latidos...). Agosto esquimal, más quitarrera y con arreglos de cuerdas (... voy nadando a mariposa entre tus manos, mi pequeña esquimal...). La inmediatez de estos dos temas no se repetirá hasta Primer vuelo, penúltimo tema del disco. Y entre medias se van alternando temas más rockeros como Piedraluna o Swan, otros más minimalistas como Celesta o Intentos de color, y otros a medio camino donde los arreglos de cuerda y teclado se hacen más protagonistas como Como nubes a mi té, Helás (Mañana), con un estribillo tremendo, o Dormido, desgarrador y oscuro.

Además, encontramos dos interludios: Miniver, incluido en Piedraluna, un particular y minimalista reprise/medley de Diecinueve y Celesta, y Minimor, incluido en Como nubes a mi té, igual de minimalista que el primero y en el que no soy capaz de identificar ningún fragmento de otro tema, si es que lo hay.

Para finalizar, el disco cierra con Vacaciones de un minuto, tema corto y acústico en el que entre frases costumbristas e introspectivas, aparecen Amelie, el Vespertine de Björk, o Ulises y Martina de Son de mar, novela de Manuel Vicent llevada al cine por Bigas Luna. Me encanta cuando en una canción salen referencias al cine, la música o la literatura, y se utilizan como un concepto que incluye multitud de sensaciones.

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Comentarios (2)

Anónimo dijo...
He oído hablar de ellos, pero hasta la fecha nunca he escuchado nada suyo... Si me dices que tienen un toque a Piratas, me pondré manos a la obra, que soy muy pirata yo...

Los títulos de las canciones me parecen muy sugerentes, eso sí...

Y lo de la voz del cantante, pues es que la vida da muchas vueltas... Si me dijeras ahora mismo que te nombre la voz de un cantante español que me guste mucho, automáticamente te diría Iván Ferreiro, y hace muchos años, cuando lo oí por primera vez sólo quería quemarlo en la hoguera o darle chinchetas de comer... Y no es caso único, porque Pau Debon, de Antònia Font, me producía urticaria al principio, y ahora me encanta...

Muak!
Anónimo dijo...
Pues te aconsejo comenzar cronológicamente, primero el blanco, luego el negro y luego el rojo.

Iré haciendo reseñas de todos.

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