Siguiendo con el repaso de la discografía de Maga, con motivo de su próximo concierto en el Wintercase, hoy le toca el turno a su segundo disco. "El negro" de Maga.

El disco abre con Intro y Astrolabios. La primera no es mas que un crescendo que forma parte de la segunda, y Astrolabios es quizás el mejor tema del disco. Al menos sí el más inmediato y con una de las mejores primeras estrofas que he escuchado (Mi querida solución lumínica, desde que te has ido mi calle es gris plomo, las paredes de mi cuarto blanco agrio, y mi jardín varillas de paraguas...). Es de agradecer que aún se puedan ver letras de desamor originales y líricas.

Un lugar encendido, es un tema con una minimalista base electrónica y con guitarra acústica que pone el perfecto contrapunto, y que sirve de transición para llegar a Blanco sobre blanco, tema principal del EP homónimo, oscuro, denso y potente, y con un uso de cuerdas y una estructura 6x4 que le da un aire totalmente épico. Perfecto.

Táctica en la sombra y Azul cabeza abajo, bajan el ritmo sirviendo de nuevo como contrapunto. Enlazadas melódicamente, la primera es más oscura, mientras que la segunda tiene las cuerdas como única instrumentación. Tras ellas viene Catálogo de esferas, con la que vuelven las guitarras y las bases electrónicas. Y tras el contrapunto de la delicada Elka, recuperamos el ritmo con el dramático órgano y el potente bajo de Crujidos de reloj y entre melancólicas estrofas y explosivos estribillos de El ojo espejo, de los mejores temas del disco junto a Astrolabios y Blanco sobre blanco.

Para finalizar, tras unos segundos de silencio llega Sin manos, un tema a piano, con una batería y un contrabajo que le dan un aire jazzístico, y un grupo de vientos haciendo presencia en tímidos crescendos a modo de estribillo.

Comparado con el blanco, éste es un disco mucho más denso e intimista, aunque en el fondo siga un esquema parecido a su predecesor, con empleo de cuerdas y teclados y una evolución entre temas más tranquilos y acústicos y otros más potentes. Las letras se hacen más surrealistas o introspectivas si cabe, y las bases electrónicas (excepto en Astrolabios) son más minimalistas, del estilo de las que encontramos en los discos de Múm o en el Vespertine de Björk.

Sin superar en mi opinión al disco debut, es un buen segundo trabajo.

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