La ley del deseo · Pedro Almodóvar
Anónimo 6.2.09
Sexta película del director manchego, y segunda de esta nueva etapa más seria sobre amores, dilemas y dramas.

Los paralelismos que pueden establecerse entre La mala educación y La ley del deseo, son tan claros que incluso podríamos hablar de reciclaje de ideas. Y es que, independientemente de la trama principal de la historia, la subtrama de Carmen Maura es prácticamente calcada a lo que veremos años después como hilo conductor de La mala educación, con la transexualidad, la pederastia y la famosa máquina de escribir como objeto fetiche.

Curiosidades aparte, en esta película supo rodearse de actores fetiche y no caer en el error de Matador. Antonio Banderas, Eusebio Poncela y Carmen Maura bordan sus papeles, sin más. Sobre todo esta última, que consigue meterse tanto en la interpretación y caracterización de una transexual, que incluso nos llega a hacer dudar.

Si en Matador, la aparición estelar fue Bibi Andersen, en ésta, aunque Bibiana repita en una escena memorable, hace su entrada otra de las que posteriormente pasaría a ser chica Almodóvar, Rosi de Palma. También nos encontraremos aquí con la famosa escena del "riégame" de Carmen Maura. Regalos visuales, como un plano de una cafetería que parece sacado del Nighthawks de Hopper. Y la famosa canción del final de Qué he hecho yo para merecer esto, apareciendo de nuevo en varias ocasiones como fondo de las escenas más melodramáticas.

La trama, todo un tratado sobre la pasión, el amor y la obsesión enfermiza, esta vez sin elementos paranormales ni esotéricos, aunque sin olvidar cierto punto místico, con la niña pidiéndole favores a la Virgen en un rocambolesco altar que forma parte de la decoración de la casa de Pablo (Eusebio Poncela). Y unos interiores muy cuidados y muy Almodóvar, porque si hay "chicas Almodóvar", también hay "casas Almodóvar", ¿o qué pensabais?

Sin estar al nivel de sus grandes obras, es una película interesante, que hay que ver para comprender muchos elementos de su universo particular.

Comentarios (4)

Fande dijo...
Idolatrado Feer, como Fande "La ley del deseo" tengo que discrepar contigo en lo de que no está a la altura de sus grandes obras, de hecho, para mi, es LA GRAN OBRA. Pero bueno, cada uno tiene su propio ránquin almodovariano.
Por cierto, supongo que lo sabes, pero para el que no lo sepa un detalle curioso: la niña de la peli es Manuela Velasco, la protagonista de la terrorífica "REC".
Besos fanáticos!
Anónimo dijo...
Ostia es verdad!! Ya decía yo que la cría me sonaba un montón.

La verdad es que todos tenemos nuestro particular ranking. Siempre me han gustado más las películas almodovarianas de mujeres que las de hombres. Nunca he terminado de encontrarle el punto a sus historias mariconiles, al menos no la magia que le veo a sus historias corales de mujeres.
coxis dijo...
para mí La Ley es especial porque es la primera peli que vi en el cine de Almodóvar. Recuerdo bien, domingo por la tarde, primera sesión, quince años y solo como un ocho (¿quién querría ver La Ley Del Deseo?)

En cuanto a escenas yo me quedo con "Mis fracasos son algo más que el argumento de un guión, no permito que ni tú ni nadie juegue con ellos" -llega uno y dice "oye Pablo" y Tina le suelta un "vete" de antología. Adoro La Ley Del Deseo...
Anónimo dijo...
Gracias por la info, Fande!!!

Coincido también con Fande en que esta peli SÍ es una de sus grandes obras...

También me gustaría apuntar algo que no has comentado en tu crítica, tal vez porque tú la vieras ya de más mayor, o con mucha carrera hecha ya a tus espaldas: Para muchos de nosotros, que la vimos en su estreno, o algo después en su estreno por la tele (como es mi caso), pues fue toda una revelación... Fue una de las primeras pelis españolas que vi, y por tanto con una realidad más cercana con la que identificarse, en las que la homosexualidad, o unos personajes homosexuales, ocupaban el protagonismo absoluto en la trama. Hoy en día eso ya no es algo raro, y no sorprenda a nadie de las nuevas generaciones, pero en su día fue todo un empujón para la normalización de algo muy marginal todavía...

Y yo, siempre que me cruzo por la noche con un camión de riego por la calle, automáticamente me acuerdo de Carmen... Escena antológica donde las haya...

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