La trilogía de Nueva York · Paul Auster
Anónimo 23.3.09
Hace ya unos días que me terminé La trilogía de Nueva York y por el momento no habrá más Paul Auster hasta verano, que una cosa es descubrir un autor y otra atragantarse. Es curioso, porque empecé con Leviatán y luego he ido hacia atrás cronológicamente, primero con El palacio de la luna y luego con esta trilogía.

Primera obra de Paul Auster, si obviamos Jugada de presión (1976), que firmó bajo el pseudónimo de Paul Benjamin, formada por Ciudad de cristal (1985), Fantasmas (1986) y La habitación cerrada (1986), tres relatos de género policiaco o novela negra, con cierta dosis de metafísica y surrealismo, en los que el autor empieza con muchas de sus posteriores manías y clichés. Principalmente, la obsesión enfermiza que sufren los tres protagonistas, que les llevan a sufrir una espiral descendente de autodestrucción que termina cada una a su manera, con formas que volvería a utilizar posteriormente, como la fase de vagabundo suicida que sufren los protagoinstas de Ciudad de cristal y El palacio de la luna, o la trama alrededor de la historia de un amigo que trata en La habitación cerrada y repetiría años más tarde en Leviatán.

No aptos para aquellos que busquen relatos policiacos al uso, dado su carácter metafísico y surrealista en el final de los tres relatos, donde lo importante no es resolver los casos, que en los tres relatos tienen un final abierto, sino el proceso obsesivo que viven los tres detectives en sí. Metafísica y surrealismo que se aprecia sobre todo en el final de Ciudad de cristal, o en los personajes de Fantasmas, que directamente no tienen nombre, llamándose simplemente Blanco, Azul, Negro y Castaño; dejando la historia más "convencional" para La habitación cerrada, que en determinado punto conecta anecdóticamente con Ciudad de cristal.

Aunque obtenga mejores y más compactos resultados en sus novelas posteriores, hay que reconocer que los tres relatos de esta trilogía de Nueva York se hacen de indispensable lectura para todos aquellos que quieran comprender el estilo de Paul Auster desde sus orígenes.

Comentarios (1)

Anónimo dijo...
con paul auster me pasa lo mismo que con saramago, me gusta mucho cómo escribe, pero lo que cuenta me resulta indiferente

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