Así de primeras, y con La vida secreta de las palabras mediante, cuando me enteré de que la Coixet se había ido a Tokio a rodar su nueva película, pensé: "vaya tela, la gafapasta esta, que se cree maravillosa por irse a Tokio"; y no me sonrojo cuando reconozco que si he ido a ver esta película, ha sido porque sabía que había sexo con Sergi López de por medio... en cuanto al resto no tenía ninguna expectativa.
Cuando decidí poner el sistema de puntuaciones en el blog, me remití a lo que un sabio antiguo conocido y esporádico lector del mismo me comentó cuando hace años nos dedicábamos a destripar películas en un foro de montañas rusas: las puntuaciones hay que hacerlas de 1 a 4, porque si tienes 5 posibilidades, muchas veces te terminas decantando por el punto medio, y con 4 no hay medias tintas, hay que mojarse.
Así que me mojo y salgo en defensa de la Coixet poniéndole un "interesante", porque a pesar de que la película pincha en algunos aspectos, me sorprendió en muchos otros.
Tampoco hay que engañarse, es una película de la Coixet y en Tokio, así que no esperéis nada más que lentitud, parsimonia y pocos diálogos en una historia de amor con extra de drama y que perfectamente podría haberse resuelto en un cortometraje, o quizás no, porque es precisamente ese detenimiento en las estampas de la capital nipona, en lo exótico, lo ridículo y lo tópico de la ciudad y sus personajes, en lo que yo le encontré el encanto a la película, consiguiendo superponerse con ello a la errante y mal empleada voz (y personaje) del narrador, como único y gran error que le veo al conjunto.
No es Mi vida sin mi, ni Lost in translation, pero es sencilla y eficaz. Y bonita.
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