Detrás de Miike Snow están dos productores que han fabricado algunos de los hits del pop más comercial de esta década. Entre los clientes de los suecos Christian Karlsson and Pontus Winnberg, también conocidos como Bloodshy & Avant, están Kylie, Britney, Madonna, Suggababes o Ultra Naté. Vamos, que de hacer pop bailable saben, y mucho.

Para formar Miike Snow se juntaron con el cantautor Andrew Wyatt, y han debutado con un disco homónimo que está realmente bien y que, lejos de caer en la comercialidad de las canciones que anteriormente facturaron para su extensa y famosa clientela, mantiene un aire oscuro y peculiar que hace que su propuesta llame la atención.

Desde esa reinvención reggaetoniana que hacen con Animal, hasta el cierre melancólicodaftpunkiano con Faker, hacen gala de su sabiduría para hacer buenas melodías y mantener la capacidad de proponer cosas nuevas en la electrónica bailable con A horse is not a home, In search of, o la genial Cult logic. Y saben apuntarse a su manera a la moda de los sonidos africanos con Burial, darse un paseo por el pop más naíf con Song for no one, el R&B con Black & Blue, el soul con Sans soleil, o marcarse un temazo absolutamente cinematográfico con Plastic Jungle; todo siempre con un claro filtro electrónico.

Como siempre, queda la duda de si un grupo de dos productores y un vocalista no terminará siendo uno de esos proyectos de un disco, aunque poco importa de momento mientras se pueda disfrutar de este interesante debut.

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