Tres años después de su disco debut, Delorean volvieron con un segundo disco homónimo con el que empezaron a abrirse camino entre el público. Era la época del punk-funk y los de Zarautz se apuntaron al carro.
Yo por aquel entonces pasaba del punk-funk tanto como lo hago ahora, y los ramalazos a lo The Cure en Los muertos y a lo New Order, de nuevo por la textura de los punteados, en The nightlamps, tampoco me convencieron demasiado.
Del disco, poco más se puede decir, es simple y llanamente un disco de punk-funk con todo lo bueno que eso conlleve para algunos y todo lo malo que conlleva para mí. Por suerte, los temas de este disco, al igual que los de su disco debut, tampoco aparecen ya en sus directos, y a partir de aquí la evolución del grupo se empieza a encaminar poco a poco hacia la electrónica, porque ¿qué sentido tiene seguir haciendo punk-funk hoy en día?
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