El disco empieza con la delicada "So Sorry", con un ritmo de bossanova lenta, una guitarra acústica y su voz, que ya abren el apetito, para hartarse después con "I feel it all", power pop del que te hace querer salir corriendo por la calle saltando como en un musical y del que te hace llorar cuando en el estribillo todo se contiene mientras ella dice "I'll be the one who'll break my heart, I'll be the one to hold the gun, I'll be the one who'll break my heart, I'll end it thought you started it". Después viene "My moon my man" con una línea de piano marcando el ritmo y con un video musical tan mágico como el de "1,2,3,4", y es que ¿a quién no le dan ganas de ir andando haciendo coreografías por la calle con esta canción? A partir de hoy seré incapaz de ir por una cinta transportadora sin hacer el idiota (bueno, ya lo hacía antes). "The Park" y "Water" bajan el ritmo, la primera, un baladón lo-fi, que debe haberlo grabado en el porche de su casa, y el segungo, otro desgarrador tema a piano. Con "Sealion", nos ponemos black power, medio gospel y le hacemos un homenaje a Nina Simone. Y seguimos con el tema que ahora mismo más obsesionado me tiene "Past in present", folk y power pop one more time, del que te hace querer correr y saltar y del que te hace llorar en un contenido estribillo en el que nos suelta "There's so much present inside my present, inside my present, and so, so much past inside my present, inside my present, inside my present" y yo exploto, literalmente. Después de tres minutos de rozar el nirvana, viene "The limit to your love", perfecto intermedio entre la anterior, y la siguiente, "One, Two, Three, Four", una canción sencilla, con un video mágico, y con frases como "1, 2, 3, 4, 5, 6, 9 and 10, money can't buy you back the love that you had then". Cuando todos empiezan a girar a su alrededor cogiéndose a ella, y cuando al final todos desaparecen, yo... floto. Y "Brandy Alexander", "Intuition", "Honey Honey" y "How my heart behaves" cierran el disco, en un, quizás, epílogo demasiado largo, pero que a pesar de no tener ningún tema más movido, tiene la elegancia del primero, la desgarradora sencillez del segundo, el toque peculiar del tercero y el perfecto sonido de cierre de disco del cuarto.
Bueno, después de correr, saltar, reir, llorar, explotar y flotar, me recompongo para terminar. Espero verla en algún festival este verano.
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