El otro día salió el tema hablando con unos amigos: la fobia social que tenemos en mayor o menor medida todos los gays. Está claro que el panorama social nunca ha sido maravilloso y que, en cierto modo, nuestros miedos a la hora de exteriorizar nuestras muestras de cariño hacia nuestra pareja o amistades, tienen argumentos fundamentados. Pero habría que plantearse si realmente está tan atrasado el entorno como para temerlo continuamente, si todo esto no es en un porcentaje considerable una fobia que nos acompaña desde que sabemos que somos gays, un miedo constante a las reacciones del exterior, que siempre son esperadas como negativas. Nos hemos pasado toda nuestra adolescencia temerosos, al fin y al cabo, el condicionamiento al que hemos sido sometidos en nuestra educación no plantea la homosexualidad como algo aceptable precisamente, incluso llegamos a aprender a convivir con ese temor de forma que lo adoptamos como una actitud más ante la sociedad, en definitiva, nos miramos mal a nosotros mismos antes de que lo haga nadie más, lo cual nos convierte en uno más de todo ese entorno que imaginamos rechazándonos. Nos convertimos sin planteárnoslo en nuestro primer y peor enemigo.
No soy libre de esa fobia, ni el número uno de la visibilidad, pero pienso que debemos hacer algo. Diría que llega a ser una responsabilidad. Hablando con estos amigos, salió el tema de los derechos, ahora que ya podemos casarnos y tenemos gran parte de los derechos que siempre reclamamos en el pasado. Uno de estos amigos dijo que cambiaría todos esos derechos por el hecho de que la sociedad no nos mirara mal, y yo no estuve de acuerdo. Bueno, en realidad sí que lo estoy, me explico, sería fantástico vivir en una sociedad que de la noche a la mañana no tuviera el más mínimo prejuicio o reserva hacia la homosexualidad. Es más, en esa sociedad no hubiera existido lucha alguna por conseguir ningún derecho, porque los tendríamos desde el principio todos por igual, por tanto, con ese fabuloso cambio tendríamos ambas cosas, no habría que elegir entre derechos o aceptación. Sí, estoy de acuerdo con él en esa estupenda fantasía, pero… no puedo estar de acuerdo en quedarse fantaseando sin hacer nada en la realidad que nos ha tocado vivir, y por suerte, comparándola con realidades anteriores, nos encontramos en un momento en el que nuestros derechos por fin han dejado de negársenos. Dejemos de fantasear sobre mundos idílicos y volvamos a la realidad, con esta sociedad y nuestra fobia.
Está claro que unas cuantas leyes no cambian la mentalidad de una sociedad, pero el reconocimiento legal es algo que no está en nuestras manos, al menos no depende única y exclusivamente de la presión que hagamos a través de manifestaciones, reivindicaciones, etc., sino de que al gobierno le de la gana escucharnos y actuar en consecuencia. La decisión final es suya, y ya pudimos presionar y luchar hasta caer exhaustos de cansancio, impotencia y frustración, que mientras ellos no quisieran, seguiríamos sin nada de nada. Por suerte, ahora han querido. En cambio, la aceptación social sí que está en nuestras manos, única y exclusivamente. No hay gobiernos que puedan parar eso, no es necesaria una ley que lo permita, porque nadie puede prohibirlo, y lo que realmente me asusta es que seamos nosotros mismos los que nos estemos impidiendo progresar, por culpa de esa maldita fobia social. Desde luego, lo dije al principio y lo repito, la falta de progreso no es culpa sólo de nuestros miedos, pero tampoco es absoluta culpa de los prejuicios del entorno, si lo dejamos en mitad y mitad, nos estamos negando a nosotros mismos un avance del cincuenta por ciento. Visto así es bastante triste.
Ninguna sociedad termina aceptando como normal algo que ve en contadas ocasiones, así que la única forma de aceptar como normal la homosexualidad es verla. Para la sociedad, ver a dos chicos besándose en la calle es raro, pero ¿quién tiene la responsabilidad de que ese acto sea raro?, ¿la sociedad, o todas esas parejas gays que no se besan en la calle cuando realmente sienten que quieren besarse? En cierto modo, les estamos negando la posibilidad de ver la homosexualidad como algo habitual en el entorno, y como consecuencia, nos estamos negando a nosotros mismos un entorno mejor, que en definitiva es lo que realmente nos importa.
Pero claro, para superar una fobia social se necesita ser valiente, y es mucho más sencillo agachar la cabeza, aguantarse las ganas de un beso, y negarse todas aquellas cosas que evidencian la homosexualidad de uno mismo, sean cuales sean. Es más fácil ser un cobarde, pasar desapercibido y no reconocer tu fobia, y decir que la culpa absoluta de los prejuicios, del rechazo, de que no alcancemos la normalización,etc., es de la sociedad, de la Iglesia, de las drag queens, de los desfiles del orgullo gay... es más fácil quejarse que hacer algo. Tampoco estoy abogando por ir con un cartel en la frente, ni anunciarlo a los cuatro vientos, no se trata de ser gay y anular por completo el resto de nuestras facetas como persona, se trata de que el hecho de ser gay tenga al menos un poco de espacio en nuestra vida cotidiana. Se trata de exteriorizar muestras de cariño, muestras de amistad y actitudes que sean coherentes con nuestros sentimientos. No es necesario exteriorizar el tema veinticuatro horas al día, pero eso tampoco supone no exteriorizarlo nunca.
Las estadísticas dicen que uno de cada diez humanos es homosexual. Con que cada uno de nosotros se ocupara de su “entorno inmediato de nueve personas”, el trabajo estaría hecho.
Comentarios (5)
Anónimo
dijo...
me voy a poner en el papel del malo:
mi ex decía que todos los maricas somos enfermos mentales. y empiezo a darme cuenta de que tiene razon. tenemos complejos (como todos), pero parece que nos sentimos orgullosos de ello y los exteriorizamos sin pudor.
¿aceptados por la sociedad? yo nunca me he sentido no-aceptado. sí, me han "insultado" por la clle, pero también han ofendido a una amiga por ser guapa, insultado a uno por llevar la camiseta de futbol "equivocada", etc.
mi ex decía que todos los maricas somos enfermos mentales. y empiezo a darme cuenta de que tiene razon. tenemos complejos (como todos), pero parece que nos sentimos orgullosos de ello y los exteriorizamos sin pudor.
¿aceptados por la sociedad? yo nunca me he sentido no-aceptado. sí, me han "insultado" por la clle, pero también han ofendido a una amiga por ser guapa, insultado a uno por llevar la camiseta de futbol "equivocada", etc.
Tom
dijo...
Mis dos neuronas no pueden procesar tanta información a la vez.
Anónimo
dijo...
Tom y sus dos neuronas.
Gatchan, no capto por donde va tu respuesta. Ahora el de las dos neuronas soy yo, juas!
Gatchan, no capto por donde va tu respuesta. Ahora el de las dos neuronas soy yo, juas!
Fande
dijo...
Idolatrado Feer es que podría firmar yo mismo cada renglón de lo que has escrito!! Qué sensación más extraña... y a la vez tan agradable de convergencia mental! todavía estoy "noqueado", te lo juro.
Un super beso.
F.T.
Un super beso.
F.T.
Anónimo
dijo...
Idolatrado idolatrador, el cielo está idolatrado, quien lo desidolatrará, el desidolatrador que lo desidolatre, buen desidolatrador será. Estoy fatal, lo sé.
Encantado de converger mentalmente contigo :)
Encantado de converger mentalmente contigo :)
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