Primer disco de estudio de Fangoria y el que supone un cambio más drástico en su carrera (viniendo de Alaska y Dinarama, claro). Según el libreto de la reedición de 2002, venían bastante influenciados por el Acid House londinense y su relación y/o admiración por gente como Pop Will Eat Itself, Warp, Big Toxic o Dany Hide, les harían cambiar completamente. Desde un planteamiento mucho más minimalista y de sustituir los instrumentos naturales por bases con ordenador, musicalmente hablando, hasta el concepto de concierto más similar a una sesión de DJ, aunque todo esto buscando un equilibrio con su instinto más pop. Al volver de la grabación, los que escucharon el disco pensaron que aquello era un suicidio artístico porque querían hacerse los raros. Intencionado o no, así es como empezaron su etapa fuera de los círculos comerciales.

Dentro de las canciones que se incluyen, vemos además bastante diferencia de temáticas y estilos (dentro de lo que es), aunque por lo general, viendo el cuidado que se pone en las letras lo veo un disco mucho más escuchable que bailable. Aun así podríamos hablar de canciones más lentas-melódicas-intimistas como En el cielo, Extraña forma de vivir (que es una de las que, por temática y ejecución, me parecen más fascinantes), La razón de vivir; canciones más de medio tiempo como En mi prisión o Contra viento y marea y canciones ya más cañero-petardas como Salto Mortal, Hagamos algo superficial y vulgar, Entre dos mundos (con un tema narrativo bastante interesante), Me comeré tu piel, me beberé tu sangre o Punto y final (y de ejemplos pongo las que más me gustan -los videos son fatales, lo sé- y en negrita las que fueron single con link al videoclip).

El disco me parece bastante fresco, diferente y muy personal y, aunque tenga una carga experimental bastante fuerte (que es algo que está bien pero no deja de ser un poco una prueba), ya contiene muchas cosas que llegan a tocarme la fibra. Quizás no es su mejor disco, pero interesante es un rato.