Sí, sí, yo también voy a hablar de la crisis, pero no de la crisis económica, que es un tema bastante cansino, sino de la crisis de privacidad en la que nos estamos metiendo, de la que muy pocos hablan, lo que la hace más peligrosa.
Hace unos años, existía una cosa llamada diario, en la que aquellos que lo tuvieran apuntaban sus reflexiones personales sobre lo que les pasaba en su día a día, y que guardaban bajo llave. Bastaba que el autor se enterase de que alguien había leído su diario sin su permiso para que el infractor se convirtiera automáticamente en escoria social.
Hoy en día hemos pasado a la opción totalmente contraria, nos abrimos un blog, fotolog, Twitter, Facebook... y le contamos nuestra vida a todo el mundo. Nos explayamos en los blogs, lo ilustramos en los fotologs, o lo sintetizamos al máximo en frases cortas en Twitter o en el muro de Facebook. ¿Qué ha pasado?
Lo de vender nuestra intimidad no es nuevo. Los famosos y no tan famosos llevan años haciéndolo en la prensa del corazón, y el fenómeno se ha ido extendiendo a todos los estratos sociales gracias a programas como El diario de Patricia, Gran Hermano o El juego de tu vida, y que ya empezara hace 15 años con El programa de Ana, aquí en España, y en infinidad de talk shows y reality shows en todo el mundo. Todo esto, unido a que la forma de relacionarnos con nuestros semejantes ha ido abandonando la realidad de las cafeterías e invadiendo la virtualidad de Internet, ha terminado alcanzando su expresión máxima en las redes sociales.
Internet ha sido, desde que se inventó, un medio demasiado libre y demasiado anónimo para los que mueven los hilos. Una anarquía a la que todos los poderosos han querido meterle mano, ponerle vallas y sacar tajada. Y es que un medio libre de intercambio de cultura, ideas y pensamiento no interesa, no vaya a ser que a la gente le dé por pensar y protestar, con lo bonita que es la globalización y el pensamiento único.
Poco a poco la tecnología ha ido evolucionando, y si hace años controlar Internet era algo impensable, de un tiempo a esta parte no sólo nos están controlando, sino que nos han vendido sus métodos de control con un bonito envoltorio:
- Gmail nos vendió 2Gb de espacio y muchos cayeron sorprendidos ante la oferta y huyeron de hotmail en un clamor generalizado contra Microsoft, pero Gmail (y seguro que Hotmail también) lleva tiempo archivando todos los asuntos y destinatarios de los emails que enviamos y recibimos, es decir, tienen un mapa definido de nuestros contactos y nuestros temas de conversación.
- En la blogosfera, Fotolog ya empezó con una herramienta clara de "amigos/favoritos", con la que pueden formarse sus mapas de contactos e influencias, y Blogger ha hecho lo propio con su herramienta de "seguidores", perfeccionando la simpleza de los "links" o los "blogrolls".
- En Twitter ya no sólo pueden establecer mapas de contactos e influencias, sino que muchos de sus usuarios les han proporcionado sin más su número de teléfono móvil.
- Pero el rey es sin duda Facebook. No sólo les damos nuestros datos, sino que se los damos tratados y clasificados. Si rellenamos todos los datos que podemos rellenar, saben nuestro nombre real, donde vivimos, nuestro teléfono, nuestro correo electrónico, nuestra fecha de nacimiento, nuestro estado civil, si nos interesan hombres, mujeres o ambos, nuestras creencias religiosas e ideologías políticas, tienen nuestras fotos con nuestra cara etiquetada, saben de qué nos hacemos fans, quienes son nuestros amigos, a qué causas nos apuntamos, a qué grupos pertenecemos, donde estudiamos... y lo tienen todo perfectamente clasificado en su base de datos sin necesidad de extraer ni analizar información alguna, porque ya nos hemos encargado nosotros de poner cada dato en la casilla correspondiente.
- Después de saber quiénes y cómo somos, lo siguiente es controlar qué hacemos y cómo lo hacemos. El cloud computing ya lleva un tiempo dando que hablar, Google, Microsoft, Apple, etc., parecen muy interesados en la idea, que consiste básicamente en ofrecernos los programas que instalamos y usamos en nuestro ordenador, pero a través de Internet. Ya no hace falta tener el Word instalado, te conectas a Google Docs y allí puedes redactar tus textos y almacenarlos. Cuando el tema esté más desarrollado nos venderán las bondades del sistema diciéndonos que ya no hace falta que compremos ordenadores con grandes discos duros para almacenar nuestros documentos e instalar programas, ya que ellos se encargan de almacenarnos todo. Entre esto y el streaming de contenidos audiovisuales habrán conseguido lo impensable, que ni siquiera tengamos el poder absoluto sobre nuestros documentos.
¿Qué será lo próximo? El otro día no quise hablar de conspiraciones orwellianas, aunque la verdad es que poco tiene que ver esto con el Gran Hermano de Orwell. El funcionamiento es el mismo, pero lo irónico es que no ha hecho falta ningún gobierno totalitario para instaurarlo. Lo han hecho realmente bien, nos han ofrecido más espacio en nuestros correos, comodidad para compartir fotos, aplicaciones gratuitas, y por encima de todo, nos han ofrecido nuestros 15 minutos de fama. A cambio, nos estamos vendiendo nosotros mismos.
La privacidad ha muerto, ¡viva la privacidad!
Publicar un comentario:
Borraremos cualquier comentario que se pase de la raya, así que si has venido a tocarnos las narices o a llenar esto de spam, no te va a servir de mucho.