Si hay algo que no me esperaba de este director es encontrar de pronto una película que perfectamente podríamos calificar de infantil. Por supuesto no hablo en un sentido despectivo: es una película que le podría poner a mis sobris cualquier tarde... o al menos a mí me hubiera encantado hace algunos años que me la pusieran (que hoy en día con Jaiesculmiusical... no sé si les gustaría a ellos).

Todo empieza cuando un niño ve salir por el armario de su habitación (que ya decía yo...) a unos enanos extrañamente vestidos... el caso es que, empujando una de las paredes acaban cayendo en otra época, concretamente la de Napoleón, con quien tendrán alguna charla que otra. De ahí pasarán a otro momento y a otro hasta llegar al mundo más allá de lo racional.

La verdad que es todo un derroche de fantasía y de medios nuevamente (que la cantidad de extras, localizaciones y decorados le dejan a uno muerto para una película que, al fin y al cabo tampoco creo que tuviera una gran repercusión). Destacaría sobretodo el castillo del Malo Malísimo (que, por supuesto, en una peli así, debe haber uno), hecha con piezas de lego de piedra (pero qué supergenial! ^_^).

Por lo demás, pues sí, resulta entretenida y divertida, sobretodo por los cambios radicales de escenario (de ambiente más bien) y por todo lo que es la imaginería fantástica que nos dibuja. Eso sí, no hablaré del final, pero más incredible para una peli de nanos no lo hubiera imaginado... que ríete de Bamby. Ahora, no deja de ser una película para niños.