Bueno, pues que lo de las distopías no tiene que ser necesariamente algo superfilosófico o superserio. Para muestra esta peliculilla de Woody Allen. El caso es que yo me esperaba una buena comedia con unos puntos muy ácidos y otros muy absurdos. Y no me equivoqué. La película es la risa.

Trata de un hombre al que congelan en 1973 y despierta 200 años después. Ahora el mundo lo dirige el Jefazo, todos tienen el puesto que se les asigna y viven felices y contentos en la seguridad de un mundo completamente dirigido (o más o menos, claro). Como este señor no está controlado por el gobierno, deberá aliarse con la resistencia para ver qué es el plan AIRES... claro que entonces se cruza con Diane Keaton.

Como es costumbre ya, encontramos unos diálogos completamente surrealistas y ácidos y unas situaciones de lo más cómico. Especialmente interesante el diálogo con el médico que le pregunta sobre su época enseñándole fotos de famosos... Ése es Bela Lugosi, fue alcalde de Nueva York, no ha visto que cara tiene? y así con un montón. Otro puntazo muy memorable es el de la regresión de Un tranvía llamado deseo, lo de los policías que van a por ellos o casi todas las persecuciones.

Supongo que si tuviera que quitar algo sería lo cómico de Diane Keaton muchas veces. No es que lo haga mal la mujer (me parece muy buena actriz), pero sí que es verdad que algunas cosas le pegan mucho más a él. Supongo que es por quejarme de algo.

Pero es la risa, de verdad.