Gonzalo Fernández
10.7.09
Klaus & Kinsky fueron algo así como la revelación nacional del año pasado. Lo cierto es que fue escucharlos por primera vez y abandonarlos a la cuarta canción, porque tengo una especial aversión hacia los grupos españoles con voz femenina suave y "poquita cosa".
No fue hasta el desastroso concierto en la Wah Wah cuando empecé a prestarles un poco más de atención. Ya ves tú, a pesar de un concierto en el que no se les oía apenas por la mala educación del público, y en el que tampoco supieron hacer nada para meterse al público en el bolsillo, porque ya me dirás tú qué puede hacer una cantante así, que en vez de sangre tiene orxata; a pesar de aquello, decía, les di una segunda oportunidad y sin quererlo me han ido enganchando.
El disco es ecléctico, mucho, hay un poco de noise, rock, pop, un bolero, tecnopop naif... y poco a poco va entrando, vas descubriendo letras por aquí, melodías por allá, y a pesar de que catorce canciones son demasiadas y todo hubiese quedado mejor descartando algunas y haciendo un disco más compacto y digerible, al final no sabes muy bien cual dejarías y cual quitarías.
Hasta el noveno tema el disco mantiene el nivel, con buenísimas canciones como El cristo del perdón, Nunca estás a la altura, Flash-back al revés, sin desmerecer a Muerte en Plasencia o Crucifixión, la solución; y quizás sea a partir de la psicodélica y machacona Ronnie O'sullivan, cuando empieza a repetirse fórmula resultando un tanto lineal y repetitivo. Pero claro, quitar Teléfono de la esperanza es un crimen, soltando perlas en cada estrofa como "Si crees que no te puedes levantar y no quieres vivir, yo no te animo" o "Si ya no puede ser peor y te quieres matar, pues yo te ayudo, marca el número". O cómo quitar La mano de Santa Teresa de Jesús cuando dice cosas como "Me gustas más cuando me gritas que cuando callas, porque estás como ausente y le gustas a la gente" o "Yo te quiero disecar una mano y venerar tu reliquia cada noche y colocarla en un altar. Y así poderle rezar al dios de la gratitud, como Franco con la mano de Santa Teresa de Jesús". Y total... siendo Lo que no cura mata uno de esos crescendos que queda tan bien al final del disco, y Sintigo o sin ti una de esas perfectas canciones de cierre desoladoras y melancólicas...
En cuanto a la voz, al final uno supera sus aversiones, y lo cierto es que hay que reconocer que el tono le va perfecto a las canciones, sobre todo a las más noise. Total que un día tonto uno se levanta canturreando "Y cada día más que pasa todo da una vuelta más. Y cada día más que pasa todo gira un giro más..." y ya no tiene escapatoria.
Comentarios (2)
Anónimo
dijo...
la parte musical de k&k me gustó muchísimo, pero tanto las letras como la voz me resultaron insufribles
Tom
dijo...
También uno se acostumbra a la telebasura, al final es hasta divertida.
El próximo grupo de música que monte se va a llamar Isabelle & Pantoha.
El próximo grupo de música que monte se va a llamar Isabelle & Pantoha.
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