Si desde que se pasaron al castellano sacaron un primer disco, Fascinado, en la que dieron rienda suelta a letras muy cinematográficas y experimentos surrealistas varios, con cadáveres exquisitos incluidos; y un segundo disco, Costa Azul, donde repitiendo fórmula conseguían dar un giro suficiente en lo musical y mantenerse como dignos letristas entre lo trascendente y lo chabacano; en éste han cometido el premeditado error de escribir sobre el amor y... les ha salido lo que les ha salido. Un disco sin chispa, sin gracia y sin humor.
Mucho Abbey Road y poco lerele.
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