Paris je t'aime
Anónimo 26.4.07
Tomemos aire, y expulsémoslo lentamente… y totalmente relajados, dispongámonos a la ardua tarea de diseccionar esta película formada por otras 18 películas.

Todo empieza en “Montmartre”, con un hombre (Bruno Podalydès, también guionista y director de la historia) cuestionándose su vida, especialmente la sentimental, con una actitud bastante derrotista mientras busca un imposible sitio para aparcar el coche. De repente, y a través de un precioso juego de planos a través del espejo retrovisor, se da cuenta de que la mujer (Florence Muller) que acaba de pasar ante su coche se ha desmayado allí mismo. A partir de aquí, y a pincelada sutil o brochazo limpio, vamos pasando por otras 17 historias más, cada una situada en otros 17 distritos de París.

En “Loin du 16eme” Walter Salles (el de “Diarios de Motocicleta”) y Daniela Thomas nos muestran a través de Catalina Sandino Moreno, el amor de una madre inmigrante hacia su hijo recién nacido. Destacable como con 4 planos nos cuentan lo tedioso del metro cuando de mera eventualidad turística pasa a ser el interminable camino que hacemos a diario, sin ver la luz del día. Y muy emotivo el bis de esa nana y esas miradas a lo lejos. Con una fotografía muy real y expresiva, y una interpretación tan simple como compleja, y perfecta, esta es una de las mejores historias de esta amalgama de retazos.

En “Parc Monceau” Alfonso Puaron (“Y tu mamá también”) cuenta una historia con final sorpresa interpretada por Nick Nolte y Ludivine Sagnier. Curiosa al menos, correcta y poco más.

Vicenzo Natali (director y guionista de la claustrofóbica y genial “Cube”) se encarga en “Quartier de la Madeleine” de dar uno de los brochazos surrealistas con una historia cómico-terrorífica de vampiros (Elijah Wood y Olga Kurylenko), con una estética al más puro estilo Sin City. Demasiado chocante para mi gusto, aunque recordándola ahora, con un punto freak que añade más matices al extra-especiado conjunto.

Richard LaGravenese nos introduce en los antros de prostitución de “Pigalle” para mostrarnos uno de esos últimos intentos de una pareja madura para sacar a flote su relación, de una forma bastante teatral, cargada de ironía, humor y dramatismo.

En “Place des Victories”, con Juliette Binoche, William Dafoe y Hippolyte Girardot, Nobuhiro Suwa vuelve al amor materno, esta vez por un hijo recién fallecido, con tintes surrealistas y un cowboy que parece haber salido de una peli de David Linch. No me convenció demasiado.

Los hermanos Coen (Arizona Baby, Fargo, El gran Lebowsky…) no iban a dejar de ser gamberros en esta ocasión, y nos traen en “Tulleries” la historia de un turista que sufre las consecuencias de mirar a una pareja que se está besando en el anden de enfrente de la estación de metro. Fiel a la estética y la forma de hacer de este par de dementes con cámara a cuestas.

Oliver Schmitz nos trae la que para mi es una de las historias más flojitas “Place des Fêtes”. Con Aïssa Maïga y Seydou Boro, nos cuenta la historia de un hombre apuñalado en la plaza que da título a la historia, y la joven enfermera que le atiende. Insulsa sin más.

“Faubourg Saint-Denis” es la historia de Tom Tykwer, con una siempre estupenda Natalie Portman, y Merchier Boston. Historia de amor entre un ciego y una actriz americana, que podría haber dado más de sí, pero que con tanta cámara rápida pierde encanto y casi se queda en un mero vídeo clip. Claro que siendo el autor de “Corre Lola, corre (Lola Rentt)” era de esperar. Una lástima.

“Quartier des Enfants Rouges” de Olivier Assayas nos cuenta la relación entre una actriz (Maggie Gyllenhaal, ¡Uy! La hermana de Jake, el de BrokeBack Mountain) y un camello local (Lionel Dray), una historia que se queda en ascuas, sin saber muy bien de donde viene, y a donde va…

Gus Van Sant, con Marianne Faithfull, Elias McConnell y Gaspard Ulliel, se encarga en “Le Marais” de la historia gay de la película, una repentina atracción de Gaspard hacia Elie en medio de una imprenta, que desemboca en una confesión de Gaspard bastante artificial y absurda… o es que las cosas han cambiado mucho en el mundo gay y yo no me he enterado. En fin, un poco bluf…

Wes Craven (¡Dior mio! Wes Craven) nos lleva al cementerio de “Père-Cachaise” en un paseo hasta la tumba de Oscar Wilde, donde una pareja a punto de casarse (Emily Mortimer y Rufus Sewell) se dedica a poner sobre la mesa sus diferencias, más bien ella que él, hasta que el fantasma de Oscar Wilde le echa una manita a él para poder recuperarla antes de que sea demasiado tarde. Puntito surrealista para una historia simpática.

Y aunque no estoy yendo por orden, porque acordarse más allá del primero y del último es imposible después de 18 cortos, un servidor, que fue a verla sin referencias previas, empezaba a impacientarse del jueguecito “adivinemos de quien es cada historia” hasta que de repente ve aparecer en pantalla a Leonor Watling y acto seguido a Javier Cámara, y faltó Silke y un tufillo a compresa fina y segura, te sentirás limpia te sentirás bien, para despejar toda duda. Isabel Coixet (y su iPod) se hizo cargo de “Bastille”, con una historia muy emotiva, con sus toquecillos de humor, y con un tono de fábula, vamos que a mi gusto, le quedó que ni bordada. Un marido (Sergio Castellitto) que va a dejar a su mujer (Miranda Richardson) por su amante (la Watling), pero que en ese preciso instante su mujer le confiesa que su doctor (Javier Cámara) le ha diagnosticado una Leucemia Terminal en 6 meses… y no la destripo más que hay que verla.

El momento más simpático llega con Sylvain Chomet en “Tour Eiffel”, con Yolanda Mareau y Paul Putner, en la historia de amor de dos mimos, tan tierna como alocada y surrealista. Y es que en una película sobre París no podría faltar un Mimo (Tom dixit).

Del “Quartier Latin” se encargan Frédéric Auburtin y Gérard Depardieu, con guión de Gena Rowlands. Y nos cuentan la historia de una pareja madura (Gena Rowlands y Ben Gazzara) que se pide el divorcio definitivo, en una velada que pasa de la más absoluta corrección a los insultos sarcásticos y no tan sarcásticos, en cuestión de segundos, consecuencia de las heridas que ha ido dejando un amor que se mantiene vivo al fin y al cabo. Muy tierna y muy ácida a la vez.

“Quais de Seine” por Gurinder Chadha, con Paul Mayeda Berges de coguionista, no podría hablarnos de otra cosa que del mundo Árabe, siendo este el barrio donde se encuentra el Instituto del Mundo Árabe (impresionante obra arquitectónica de Jean Nouvel, todo sea dicho). Historia de un chico (Cyril Descours) que harto de la dinámica de sus amigos de dedicarle piropos de dudoso gusto a toda mujer que pase ante ellos, se fija en una chica árabe (Luïla Bekhti), y al ver que esta tropieza al marcharse, va en su ayuda, entablando así una primera conversación. Un relato que pone de manifiesto una serie de realidades sobre el mundo árabe, delicadas de tratar en Francia. Interesante.

A Christopher Doyle se le va la olla en “Porte de Choisy” con la historia entre un vendedor de productos capilares (Barbet Schroeder) y una peluquera china (Li Xin). Sin duda la historia más surrealista e innecesaria, para mi gusto, de toda la película.

Y terminamos (como ya dije, me acuerdo de la primera y de la última, pero no del orden intermedio) con Alexander Payne (Director y guionista de la genial “Carreteras Secundarias (Sideways)”) y con Margo Martindale en “Montparnasse”, en la emotiva y divertida historia de una turista norteamericana, con momentos de carcajada, con esos típicos errores de los turistas, y momentos realmente geniales, como el momento de plenitud en el que ella se da cuenta de que se había enamorado de París y París se había enamorado de ella.


Resumiendo, una gran idea, mejor llevada en algunas historias y peor en otras, que hace inevitable que peque de altibajos, y que quizás hubiera quedado más redonda si en lugar de entrelazar algunas de las historias en los últimos momentos de la película, hubieran tenido el detalle de haberlas ido entrelazando durante el metraje, evitando así también la desesperación que causa a veces, cuando has perdido la cuenta, el no saber cuantas historias quedan, y si la que viene será mediocre o te dejará con buena sensación. Un experimento recomendable, a pesar de todo.


"Señor, cuando un dedo señala al cielo, el tonto mira el dedo" (Un niño a Nico en "Amelie")

Comentarios (4)

Eric dijo...
A ver, me pongo las gafas de pasta ;P

Hacer una peli con tantos cortos tan cortos no solo es desesperante, es fatal. Unos mejores y otros peores, pero pensar una historia de ¿cuantos? 5 minutos? 7? es un logro, pero te quedas a medias la mayor parte de veces y te entra la vergüencilla ajena la otra mitad (la de los vampiros me mató y la del vaquero me dejó en coma)

De las que más me gustaron: la de la madre inmigrante(mu tienna), la de la pareja del puticlub y la otra pareja del bar(que se separan)(ahí ví mucha calidad de interpretación), la del metro (ácida), la del camello(me sentí bastante identificado en cierto modo; de las que más me gustaron chulazo aparte), la del ciego y la actriz(rapidilla pero bien), los mimos(XD), los gays(es graciosa, no?), la de la Coixet (de las que más, he de admitirlo)y la última(qué bonito!).

Son 10 las que he elejido. Pienso que algunas más cerradas, otras que te dejan con ganas de más. Yo hubiera hecho menos y más tiempo para cada una... pero si llegan a mezclar las 18 como dices, morimos del dolor de cabeza para pillar algo!

Ya me las quito.
Besets!

PD: creo que esa frase es de Tom, pero no me hagas mucho caso que sabes que la mimetización está ahí fuera ;P
Tom dijo...
Bueno, ahora comenta la otra q fue a ver la peli. Y para variar voy a estar en contra de todo lo que decís:

A mi me parecieron todos los cortos bastante correctos, perfectamente entrelazados por un detalle que veo que se os pasó completamente, París. Nos están invitando a dar un paseo por todos esos rincones que se encuentran en esta maravillosa ciudad (toma gafapastada).

Hay algunos cortos surrealistas: el de Juliette Binoche con el niño, el del comercial de peluquería y el de Elijah Wood convertido en vampiro, pero son una metáfora de lo que te puede llegar a ocurrir allí.

El resto de historias son bastante encantadoras, incluida la del inmigrante apuñalado, algo que desgraciadamente existe y que se debe contar, por poco que te gustara, maricón.

Y para mi sin lugar a dudas la mejor es la última, combina la hilaridad que produce ver a una turista americana que pretente conocer París desde el punto de vista yanki (cursos de francés, guías de turistas y riñonera), y al mismo tiempo nos descubre esa faceta de París que hace que te puedas enamorar perdidamente de la ciudad.

Por cierto, la frase era mía, pero como eric y yo últimamente vamos en un pack la puedes hacer suya también.
Anónimo dijo...
Vale valeeeeee

Tom dixit, Tom dixit, Tom dixit
krisish dijo...
Felicidades por tu nuevo cambio de look, sólo decirte que si vas a observatori el viernes nos veremos en el concierto de Dorian y en el de Jay Jay, he conseguido día libre!! ;P Besets de krisish

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