Basada en la novela de Henry Cueco, esta película nos cuenta la historia de un pintor que después de haberse dado a conocer en París y de que su mujer le pidiera el divorcio, regresa a la casa donde pasó su infancia en su pueblo natal y decide contratar a un jardinero que se haga cargo del amplio jardín que rodea la casa, poniendo un anuncio en el periódico. Y así es como empieza la película, con el jardinero subiendo a casa del pintor con su antigua motocicleta, que resulta ser un antiguo compañero de colegio.
Tremendamente sencilla y amable, la película nos lleva de una conversación a otra entre estos dos personajes: "el Pincel", frívolo, con problemas familiares, con el complejo de reconocer que su profesión es ser artista,... y "el Jardinero", ferroviario prejubilado, sencillo, amable, tan ingenuo como profundo,... del cual "El Pincel" terminará aprendiendo que vivir no es tan complicado como parece.
Daniel Auteuil como "el Pincel" y Jean-Pierre Darroussin como "el Jardinero", se encargan ellos solitos de llevar la película (con las anodinas actuaciones de las mujeres de ambos y la joven amante del pintor) con unas actuaciones tan naturales, que parece que hayan hecho esos papeles toda su vida. Sólo momentos como en el que el pintor termina regando el jardín, o cuando pescan a "La bicha", o cuando el jardinero cuenta sus vacaciones en Niza con su mujer... valen la pena con creces para ir a verla. Apenas con banda sonora, es sorprendente como una película puede ser tan sencilla, tan humilde, y transmitir tanto,... supongo que ambas cosas suelen ir ligadas.
En fin, perfecta.
"You say you're having little heart attacks. You know it's meaningless, you're not so shallow. Look at me, I'm living with the leftovers you left for me" (The Sunday Drivers)
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