Un primer trabajo mucho más etéreo que los que vendrían después, con un par de canciones instrumentales y otras que, sin serlo, tienen un marcado carácter instrumental, siendo la voz más un complemento que el elemento principal. En líneas generales es un disco oscuro y tranquilo, con canciones largas que podrían ser la banda sonora de escenas grises y lluviosas, un disco que invita a escucharlo tumbado en la cama con los auriculares puestos, descubriendo cada una de las capas de instrumentos que contienen algunos temas.
Desde Firesuite, se pone de manifiesto el carácter del disco, siguiendo con Here it comes, con un sonido soul y a dos voces (Andy en las estrofas y Jimi en los estribillos) y Break me gently, en la que hacen gala de distorsiones en la voz, reverbs y samples, algo que se ha mantenido como rasgo característico del grupo. Sea song es el típico tema acústico con estructura 6x4 que siempre da un punto emocional, con la voz casi como complemento coral, al igual que en Rise, muy del estilo de Firesuite, o Lost souls, con más presencia vocal, pero en la que se añaden capas y capas de instrumentos, arreglos y distorsiones, con una base marcada y machacona en un genial y exasperante crescendo de casi tres minutos. Después llega la calma con las dos canciones más pop y luminosas del disco: Melody calls, bastante folkie, y Catch the sun, absolutamente britpop. The man who told everything vuelve a la estructura de Sea Song, pero con un sonido más decadente y tranquilo, y The cedar room es claramente el Champagne Supernova de Doves, uno de esos crescendos de casi ocho minutos, perfecto para terminar un concierto. Pero en el disco aún queda Reprise, el segundo corte instrumental a modo de interludio, y A house, un tema triste, con una guitarra acústica y miles de capas de ruido, que cierra el disco perfectamente.
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