Si decía que Time Bandits era una peli que me parecía bastante para niños, con esta estoy convencido. Más que nada porque era una de mis películas habituales cuando era pequeño. Ahora, claro, que revisitar este tipo de cosas tiene su doble filo: puedes confirmar que mola o puedes sumirte en el aburrimiento y darte cuenta de que cuando eras un crío te lo tragabas todo... (como me pasó con Cristal Oscuro, por ejemplo, que cuando volví a verla casi me duermo...). En este caso he de admitir que me ha gustado recordarla. Por un lado porque había muchos trozos de los que ni me acordaba y por otro porque, claro, ahora le puedo sacar mucha más punta.
Esta peli cierra su trilogía sobre la fantasía que empezó con Time Bandits y siguió con Brazil. La verdad que fantasía e imaginación derrocha mil, aunque hay que advertir que todo esto está basado en un libro (que Gilliam mola pero también por lo que elige) y que, el mismo, en las narraciones (se supone que de sus hazañas) del mismísimo Barón (que como personaje histórico, parece que existió, pero que tendía a la exageración también).
Todo comienza en un teatro, donde se está representando la vida de este señor. De pronto, de entre el público, sale un anciano que asegura ser el auténtico Barón de Munchausen y que todo lo que narran ellos no ocurrió así. Mediante el flashback se nos introduce la primera aventura. Después, la realidad se irá mezclando con la ficción y comenzará el verdadero viaje hacia diversos lugares extraordinarios como la Luna (cuyo rey es interpretado por Robin Williams), el volcán donde viven Vulcano y Venus (Uma Thurman) o el interior de una ballena.
Una de las cosas que más aparece al leer sobre ella es el faraónico gasto que representó comparado con lo que recaudó. Por lo visto se les fue un poco la imaginación al fin y al cabo. Otra cosilla es lo que decíamos al principio: que sí, que está pensada para un público ámplio, pero es verdad que hay algunas escenas un poco duras o fuertes para un chavalín. Que la verdad que ahora los nanos lo ven todo y no se asustan de nada, pero que no sé yo... Por lo demás, que me parece una peli interesante y entretenida y que acabó en el olvido un poco injustamente.
Esta peli cierra su trilogía sobre la fantasía que empezó con Time Bandits y siguió con Brazil. La verdad que fantasía e imaginación derrocha mil, aunque hay que advertir que todo esto está basado en un libro (que Gilliam mola pero también por lo que elige) y que, el mismo, en las narraciones (se supone que de sus hazañas) del mismísimo Barón (que como personaje histórico, parece que existió, pero que tendía a la exageración también).
Todo comienza en un teatro, donde se está representando la vida de este señor. De pronto, de entre el público, sale un anciano que asegura ser el auténtico Barón de Munchausen y que todo lo que narran ellos no ocurrió así. Mediante el flashback se nos introduce la primera aventura. Después, la realidad se irá mezclando con la ficción y comenzará el verdadero viaje hacia diversos lugares extraordinarios como la Luna (cuyo rey es interpretado por Robin Williams), el volcán donde viven Vulcano y Venus (Uma Thurman) o el interior de una ballena.
Una de las cosas que más aparece al leer sobre ella es el faraónico gasto que representó comparado con lo que recaudó. Por lo visto se les fue un poco la imaginación al fin y al cabo. Otra cosilla es lo que decíamos al principio: que sí, que está pensada para un público ámplio, pero es verdad que hay algunas escenas un poco duras o fuertes para un chavalín. Que la verdad que ahora los nanos lo ven todo y no se asustan de nada, pero que no sé yo... Por lo demás, que me parece una peli interesante y entretenida y que acabó en el olvido un poco injustamente.
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