Deastro es synth-pop ochentero del que me gusta, no del que me aburre, en cuanto a que se acerca más al shoegaze, el dreampop y la indietrónica, y se aleja de la new wave y la new rave, sin dejar de ser pop, en ocasiones completamente bailable. Melodías y sintetizadores entre lo etéreo y lo naíf, al fin y al cabo, Ranbolf Chabot, cabeza pensante tras Deastro, no tenía ni 20 años cuando grabó estas canciones, obra de un talentoso post-adolescente, pero post-adolescente después de todo.

En Jenesaispop calificaban este disco como una sinfonía en el espacio, y es que perfectamente podría ser la banda sonora de una road movie con naves espaciales.

Si bien, es cierto que quizás le sobren algunas canciones (14 son demasiadas) para darle un poco más de unidad al disco. Y el disco se desinfla un poco a medida que avanza, con un par de temas más flojos en los que predominan las guitarras (Vermillion plaza y Moondagger) y el tema que cierra el disco (The old and the treacherous), que tira más hacia una new rave bastante trillada. Aunque para compensar, por medio está Kurgan wave number one, todo un temazo de synth-pop espacial, y rescata The shaded forests de su primer disco, toda una delicia de synth-pop épico.

De todas formas, todo se le perdona cuando es capaz de hacer un inicio de ocho temas impecable, con temas imprescindibles como Biophelia, Parallelogram o Day of wonder, que estalla literalmente al llegar a Daniel Johnston was stabbed in the heart with the moondagger by the King of Darkness and his ghost is writing this song as a warning to all of us (toma título), bien enmarcada con las dos perlitas intrumentales de Pyramid builders y Rivers of life.

Para mi, una de las sorpresas de este 2009 que está a punto de dejarnos.

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